Aquí estamos, preparados una vez más, para dar carpetazo a una de las semanas más movidas en este mundillo nuestro de la fotografía. Ha pasado de todo a lo largo de estos siete días. Empezando por lo último, hemos celebrado el reconocimiento al fotoperiodista español Samuel Aranda en los World Press Photo, hemos lamentado la muerte de Sergio Larraín, un referente de la fotografía y hemos asistido al parto de las Nikon D800 y Olympus E-M5. Por si no fuese poco, el frío no ha tenido a bien darnos un respiro.
¿Qué serías capaz de hacer con una coliflor? Si pensabas contestar que cocinarla o comértela has de saber que hay quien es capaz de servirse de ella para fotografiar la destrucción. Suena extraño pero en A Desgana nos presentan el trabajo de Brock Davis quien, tirando de imaginación, puede disfrazar a uno de estos inocentes vegetales del hongo de una explosión nuclear.
No vamos a abandonar la violencia aun porque en esta ocasión son los amigos de Microsiervos los que hacen un guiño a la maldad, siempre, eso sí, bajo el prisma de la fotografía. Han descubierto la galería de Alan Sailer, un fotógrafo que disfruta captando cómo explotan los objetos más cotidianos que podamos imaginar, desde un castillo de naipes a una pelota de béisbol. Me consta que existen terapias anti estrés basadas en la destrucción, ¿servirá ésto como alternativa?
Llegados a este punto, ya saturados de violencia y destrucción, os propongo acercaros a Antoine d’Agata, otra de esas figuras imprescindibles de la fotografía actual y miembro, como lo era Sergio Larraín, de la prestigiosa Magnum. En Historias de las fotografías hacen una interesante síntesis de la peculiar obra del fotógrafo francés. Seguro que sus imágenes despiertan algo en vosotros, la indiferencia no es una posibilidad.
La fotografía de Antoine d’Agata tiene, confieso, un punto de violencia que obvié en el punto anterior con lo que llegados a esta última parada, la excitación puede ser peligrosa. Para cerrar el Galaxia Xataka Foto con una sonrisa, esta vez de verdad, nos quedamos con una publicación de La Mesa De Luz y su colección fotográfica de modelos resbalando sobre la pasarela. Puede ser un poco cruel reírse del mal ajeno, en este caso un simple tropiezo, sí, pero es algo que no podemos controlar. Las caídas ajenas nos hacen reír y aquí hay unas cuántas. ¡Hasta la semana que viene!
Foto | Ally Aubry
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