Imaginad una boda y pensad en los invitados que se afanan por tomar fotos con sus móviles, alguno de ellos incluso con una enorme tablet. Imaginad también al amigo fotógrafo que quizá sólo quiere conseguir unas fotos con las que engordar su portfolio, y a la tía abuela que se compró una réflex aunque le viene grande y con su flash estorba tanto a los protagonistas como al profesional que han contratado para las fotos oficiales. Todo eso es lo que aparece en Unplugged, un vídeo que no tiene desperdicio.
Se trata, evidentemente, de una parodia pero no me negaréis que se acerca mucho a la realidad de lo que ocurre en muchas bodas, seguramente en todas partes del mundo. De ahí lo de unplugged, que se refiere a esa corriente que viene de Norteamérica de celebrar “bodas desenchufadas”. Es decir, bodas en las que los invitados dejan sus terminales en la entrada para disfrutar de la ceremonia sin estar pendientes de hacer fotos que para eso están los profesionales de la fotografía. ¿Qué os parece?
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