Se acerca Halloween y queramos o no, una de las fiestas más americanas de todas, ya se ha introducido casi por completo en nuestro calendario festivo. Muchos de nosotros el lunes por la noche estamos invitados a alguna fiesta de disfraces, y aunque la temática de los mismos sea el miedo o terror, no hay una fiesta auténtica sin un fotógrafo con su cámara.
Esto es lo que debió pensar Tyler Card al fabricarse su propio disfraz en el que él mismo se convierte en una réflex digital. Lo más curioso del asunto es que es una cámara gigante que realmente funciona, eso sí, como veréis en el vídeo tiene su truco.
El fotógrafo nos muestra cómo utiliza unos cuantos metros cuadrados de cartón, otros tantos metros de cinta adhesiva, un portátil y su propia réflex digital para fabricarse esta cámara y sorprender a sus amigos en una fiesta de disfraces. Creo que debe de ser uno de los disfraces más originales que he visto, eso sí, su pasión por la fotografía no llega a la altura de Dabe Alan, el fotógrafo y diseñador que se tatuó sus cámaras en el brazo.
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