La gestión del color es fundamental para la impresión de nuestras fotografías, incluso para colgarlas en internet. Muchos fotógrafos se quejan de que lo que ven en sus monitores no tiene nada que ver con lo que ven en el papel o en su página web. Hoy vamos a descubrir el mundo de los propósitos de conversión, una herramienta clave para lograr una buena representación del color cuando llevamos la fotografía a otro lugar.
Es un tema complejo, que abre ventanas en los programas que nos asustan y nos obligan a cerrarlas porque realmente no sabemos qué hacen. Así que muchas veces confiamos en la famosa técnica del ensayo error o hacer caso a lo que dice una persona de nuestra confianza o lo que hemos leído en una página web que hemos encontrado después de varios clics.
Sobre este tema recomiendo leer mucho, escuchar mucho y practicar mucho. Tenemos muchos referentes en España sobre la gestión del color como Hugo Rodríguez o José María Pereira Uzal. También podemos buscar a Arnaud Frich y otros maestros del mundo de la impresión que seguro conocéis. Ellos son una referencia segura para profundizar.
En este artículo no vamos a poder explicar con detenimiento todos los pasos que hay que dar pero sí que vamos a entender cómo funcionan los propósitos de conversión.
La gestión del color en el mundo de la fotografía
Conviene repetirlo para no olvidarlo. La gestión del color no permite que el color -con sus tonos, su saturación y su luminosidad- que vemos en la realidad se reproduzca exactamente igual en la pantalla o en el papel. Solo permite que lo haga de manera coherente y controlada. La suma perfección es un mito.
Para conseguir el mejor resultado tenemos que partir de un buen monitor fotográfico perfilado y calibrado. Y a la hora de pasar de un perfil a otro, o de un espacio a un perfil hay que saber cuál es el propósito más adecuado para lograr que todos los colores de la imagen se impriman correctamente.
Y el proceso es distinto en cada uno de los programas más conocidos del revelado fotográfico. el objetivo es el mismo pero los pasos son distintos. De hecho pienso que está más claro en Adobe Photoshop que en Capture One pero depende de los gustos y dominio de cada uno.
El proceso que seguimos es el siguiente:
- Revelamos la fotografía con la gestión del color. Ya sabemos que en Adobe Photoshop trabajamos con un espacio de color (Adobe RGB 1998) de forma habitual y en Capture One tenemos la posibilidad de hacerlo directamente con un Perfil ICC de nuestra cámara.
- Si vamos a imprimir la fotografía con ayuda de Photoshop nos veremos obligados a ir a Edición>Convertir en perfil y entrar en esa ventana con tanta información que se nos puede atascar.
- En Capture One es diferente y aunque se hace lo mismo, hay que ir por otros caminos dentro del menú Archivo>Imprimir.
- La clave es elegir adecuadamente los propósitos de conversión y eso es lo que vamos a explicar a continuación para conseguir la mejor copia posible.
Los propósitos de conversión en la gestión del color
¿Qué son los propósitos de conversión? Para no extendernos demasiado podemos decir que los propósitos de conversión sirven para llevar los colores de un espacio a otro. De un espacio de salida a uno de entrada. Pasar, por ejemplo, de un espacio de color Adobe RGB a un perfil ICC de un papel con una ampliadora.
Muchos de los colores que vemos en nuestros monitores perfilados y calibrados no se pueden imprimir en un papel determinado porque tienen un gamut diferente. El gamut o gama es, como dice José Pereira:
La porción del espacio de color que puede ser reproducida por un dispositivo determinado.
Seguro que muchos recordáis ese diagrama CIElab en el que se representan los diferentes espacios de color con un triángulo que toca los extremos rojo, verde y azul. Es un espacio en el que podemos ver todos los colores que podemos percibir.
Si queremos pasar de un gamut a otro necesitaremos los propósitos de conversión para saber qué hay que hacer con los colores que quedan fuera del más pequeño de los dos, los colores fuera de gama. Y tenemos cuatro opciones distintas para solucionar algo conocido como el mapeo de gama.
En cualquiera de los programas que hemos hablado tenemos:
- Colorimétrico absoluto.
- Colorimétrico relativo.
- Perceptual.
- Saturación.
Es curioso porque después de consultar numerosas fuentes, incluso las oficiales de Adobe y Capture One, he llegado a la conclusión de que cada maestrillo tiene su librillo. Para fotografía triunfan dos de ellos: Colorimétrico relativo y Perceptual. Pero hay autores que desaconsejan trabajar con Colorimétrico relativo. Y recuerdo a uno que decía que daba igual el que eligieras porque todos hacían lo mismo.
Así que vamos a ver las particularidades de cada uno y luego practicaremos para encontrar la mejor solución para nuestras fotografías. En el fondo todo depende de los colores que tenga cada imagen. En ningún caso es algo que podamos poner en automático.
Saturación
Este propósito no está indicado para la fotografía, pues lo único que busca es conseguir la máxima saturación posible. Los tonos que quedan fuera se saturan al máximo en el nuevo espacio a costa de su tonalidad y luminosidad.
Colorimétrico absoluto
Es una de las opciones del propósito colorimétrico. Su gran ventaja es que reconoce el blanco del papel que vayamos a utilizar y conserva en su lugar a todos los colores que coincidan en ambos espacios.
Los colores que quedan fuera se ajustan al nuevo espacio sacrificando el brillo. Lo podríamos utilizar si el espacio de destino es más amplio que el espacio de entrada.
Colorimétrico relativo
Por defecto es el propósito que yo suelo recomendar a mis alumnos. Y es el que tengo puesto por defecto en mis programas.
Lo que permite es que el brillo del espacio de entrada se mantenga en el espacio de destino. Y todo porque conserva el punto de blanco del origen exactamente igual en el destino. Es decir intenta que el blanco del monitor sea igual en el papel en el que vamos a imprimir.
Para conseguirlo desplaza el brillo de los colores que han quedado fuera en la misma distancia que ha tenido que recorrer para la compensación de punto blanco. Los colores que coinciden en ambos espacios conservan su lugar. Y lo único que puede provocar es una pérdida de contraste.
Este propósito interesa aplicarlo cuando el espacio de entrada es más amplio que el espacio de destino.
Perceptual
En muchos artículos lo llaman el propósito fotográfico. ¿Qué es lo que hace? Mueve todos los colores en la misma proporción, incluso los que coinciden en ambos espacios, para admitir los que se han quedado fuera.
Esto provoca que las relaciones entre los colores sea exactamente igual aunque cambie de gamut. Es decir, mueve absolutamente todo para acoplar toda la información en un espacio más estrecho. Un efecto negativo que puede tener es la pérdida de saturación general en la fotografía.
Es un propósito perfecto si el espacio de entrada es más grande que el de destino. Algo que suele ocurrir con mucha frecuencia.
Conclusión
Al final todo depende de la fotografía que tengamos entre las manos. Si está muy saturada seguro que nos interesa el Colorimétrico relativo pero si reinan en ella los tonos pastel puede que nos interese más el Perceptual.
Y ojo, siempre hay que marcar la opción, si estamos trabajando en Adobe Photoshop, Usar compensación de punto negro porque tenemos asumido que el negro del papel nunca será tan intenso como el negro profundo del monitor...
Pero si la fotografía va para las redes sociales, no tiene sentido puesto que será el mismo. Todo depende del destino final.
En futuros artículos escribiremos sobre todos los pasos que hay que dar, con detalle, para trabajar tanto en Adobe Photoshop como en Capture One.