Hoy continuamos con la serie que estamos dedicando a un nuevo método de revelado de blanco y negro con ayuda de las máscaras de luminosidad. En este artículo vamos a ver cómo tenemos que revelar nuestras fotografías para conseguir el mejor resultado posible antes de ir a Adobe Photoshop. Eso sí, no os va a gustar cómo quedará pero es fundamental para lograr nuestro objetivo.
El blanco y negro me gusta mucho. Desde pequeño, desde que me metía en el laboratorio para no salir hasta tarde, el blanco y negro siempre ha sido una de mis pasiones fotográficas.
En el mundo digital siempre me ha gustado experimentar con todo tipo de flujos y técnicas. Desde luego no es lo más importante pero un buen aspecto, una buena gradación, siempre se agradece. La técnica no lo es todo, como parece que han olvidado algunos.
Por eso os estoy contando este método que espero pase a ser uno de vuestros favoritos. Seguro que sigue evolucionando con el tiempo. Al principio era distinto. Y provocaba unos negros demasiado densos y muy pocos matices de gris.
Así que tuve la idea de modificar el revelado del archivo RAW para poder trabajar con esa información y las máscaras de luminosidad sin perder la fuerza de la zona oscura y con la misma potencia en las luces.
Si no cambiamos nuestra rutina a la hora de revelar, este método solo serviría para aquellas fotografías que ya tienen un fuerte contraste, donde no importa que los negros se pierdan. Así que vamos a ver cómo podemos revelar para conseguir un buen blanco y negro dando muy pocas vueltas.
El problema de las máscaras de luminosidad
Como muchos fotógrafos tengo una rutina de revelado que he compartido en numerosas ocasiones. La idea principal es conseguir un blanco y un negro absolutos y luego distribuir la información según sea la luz que tuviéramos en el momento del disparo.
Por supuesto insisto mucho en el contraste y en seguir las directrices de Ansel Adams para tratar de conseguir alguna vez algo como lo que él era capaz de lograr.
Una buena copia es aquella que tiene un blanco perfecto y un negro absoluto dentro de una escala de grises. Así no correrá peligro de parecer plana o empastada. El histograma tiene que tocar ambos extremos. Todo lo demás dependerá de la luz del momento. Es así de sencillo y complicado a la vez.
Como vamos a trabajar con las máscaras de luminosidad tenemos que recordar algo básico. Por un lado sirven para seleccionar solo las luces. Si las invertimos solo podríamos jugar con las sombras... Es decir, si vamos a convertir la selección en la pura fotografía, con todos los matices de la luz, nunca podríamos aprovechar los valores de los tonos oscuros.
Por este motivo tenemos que revelar el archivo RAW olvidándonos de las sombras. Estas las vamos a crear cuando nos metamos de lleno en el ajuste en blanco y negro. Pero hasta entonces tenemos que evitarlas a toda costa. Por eso hay que revelar de otra forma, tal como vamos a ver ahora.
El revelado del RAW
La clave de todo está en preparar el archivo correctamente. Como siempre en estos casos acudo a mi decálogo de revelado pero con un cambio sustancial.
No quiero repetirme porque ya lo he contado en otras ocasiones con distintos programas. Solo voy a comentar los cambios para este revelado de blanco y negro:
- Ver la fotografía.
- Entender el histograma.
- Corregir los problemas ópticos del objetivo.
- Reencuadrar la fotografía.
- Elegir la dominante de color.
- Ajustar la luminosidad de la fotografía.
- Contraste: En este caso el contraste no lo tocaremos, para evitar que los negros queden demasiado oscuros. Como trabajaremos con las máscaras de luminosidad el contraste lo podremos ajustar luego de una forma sumamente precisa.
- Ajustar el lado derecho del histograma.
- Arreglar la zona izquierda del histograma: Aquí es donde está el secreto. No hay que arreglar los negros sino destrozarlos, reventarlos. Ya los ajustaremos posteriormente. La clave está en subir Negros y Sombras a +100. Tenemos que conseguir que el histograma se aleje lo máximo posible de la izquierda.
- Aumento de la acutancia.
La fotografía quedará horrible. Pero tenemos que pensar que estamos al principio de un método de trabajo. No es el resultado final. Tenemos que conseguir una imagen lo más plana posible para todo lo que vendrá después. Esto consiste en convertir todo en luz en un primer momento sin perder matiz alguno. Seguiremos en el próximo artículo.