El 90% de mis fotografías están hechas con el modo de exposición Prioridad al diafragma. Hoy, ayer y siempre hay una corriente que dice que solo eres buen fotógrafo cuando disparas en modo Manual. Así que hoy vamos a esgrimir cuatro motivos para que os animéis a disparar vuestra próxima fotografía en Prioridad al diafragma.
No sé cuántas veces he oído a lo largo de mi vida profesional que el auténtico fotógrafo es aquel que dispara en Manual. Hay una especie de mística en un acto que luego, en el momento de contemplar la fotografía terminada, es imposible apreciar. Nadie puede saber con qué modo de exposición se hizo una imagen. Es algo imposible.
También se dice que así, en Manual, uno es capaz de ver y sentir la luz de forma auténtica. Incluso que es lo que diferencia a un amateur de un profesional. Es un mito. He llegado a preguntar a muchos cómo exponen en Manual y según ellos consiste en poner la aguja en el centro. Parece que es lo único que importa.
Siempre he admirado a los grandes maestros que eran capaces de ver la luz y dar unos valores exactos. Por ser la voz de la experiencia y por entender perfectamente la famosa regla del f16. Experiencia y aprender algo de memoria.
Pero los tiempos avanzan. Y hay que aprovechar los modos semiautomáticos o semimanuales, según se quiera ver. Ahí están para agilizar nuestro trabajo y centrarnos en el encuadre, en la composición, en captar los momentos. Incluso, si sabemos ver la luz (y la entendemos) podríamos trabajar en P. El modo Programa también nos deja a nosotros elegir lo que queremos en función de una medición automática.
Pero para tratar de abrir el debate vamos a presentar cuatro motivos para defender el modo Prioridad a la apertura, Prioridad al diafragma, Av o A, según queramos llamarlo.
Cuatro motivos para trabajar con Prioridad al diafragma
Vamos a ver los cuatro motivos por los que puede ser una buena opción disparar en Prioridad al diafragma. Desde luego creo que no hace falta decir que cada uno puede hacer lo que quiera. Parece mentira tener que decirlo pero este artículo solo quiere plantear una forma de hacer fotos, nunca imponer:
- Permite elegir el diafragma en función de la profundidad de campo que necesitemos. La cámara elige por nosotros la velocidad de obturación, en función de la luz y la sensibilidad. Si conocemos nuestra cámara seremos capaces de decidir si la exposición se acerca a lo que estamos buscando.
- Simplifica el trabajo del fotógrafo al tener que elegir solo un parámetro del triángulo de exposición. Si queremos profundidad de campo solo tenemos que cerrar. Y si queremos aislar al sujeto principal solo hay que abrir el diafragma. Es una forma de trabajar muy sencilla.
- Realmente trabajamos como si disparásemos con el modo Manual. Si exponemos a la derecha siempre podemos jugar con la Compensación de exposición para mover el histograma en la dirección que queramos. Y al mover la compensación lo que hacemos es afinar el tiempo de obturación, pero con un mayor margen de precisión.
- Controla el tiempo de obturación. Si queremos congelar el movimiento solo tenemos que abrir el diafragma al máximo para dejar pasar más luz. Si trabajamos con Prioridad al diafragma lo más fácil es que subexpongamos la imagen por querer disparar con una velocidad más rápida que la que realmente se puede. Así sabemos cuál es el límite. Y podemos decidir si necesitamos subir el ISO para conseguir lo que buscamos.
Al final lo único que queda es la fotografía. No importará el modo de exposición que hemos elegido. Si al final nos hemos decantado por la Prioridad al diafragma os aseguro que al final no se notará en absoluto. Solo es eso, una forma de trabajar para conseguir nuestro objetivo. No nos engañemos.
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