El otro día contamos cómo montar una fotografía panorámica con la ayuda de Adobe Lightroom y comenté que más adelante diría cómo hacer las fotos para tener menos problemas a la hora del revelado. Hoy vamos a ver cómo hay que preparar la cámara y que parámetros hay que fijar para que todo quedé perfecto.
Una panorámica es la combinación de varias fotografías para crear una más grande. No es necesario que sea horizontal, como se hace en la mayoría de los casos. También puede ser vertical (y quedan estupendas) o varias filas y columnas para crear hasta las famosas gigapixel... Como siempre la imaginación (y desgraciadamente los medios que tengamos) es el límite.
Tomar varias fotografías para formar una panorámica no es tan sencillo como cuando ponemos en marcha los modos automáticos de las cámaras compactas. Salen bien, pero la verdad es que pocas te dejan acceder al RAW y me pone un poco nervioso no saber qué está haciendo exactamente la máquina en cuestión. Por eso os voy a dar los siguientes pasos para poder colgar en las paredes la mejor panorámica posible.
Pasos para empezar con buen pie en la fotografía panorámica
Se ha escrito mucho sobre este tema, pero al final lo que sirve es lo que le funciona a cada uno. Yo no soy amigo de comprar mil artilugios que vamos a usar tres veces al año. Eso sí, si tenemos dinero o nos queremos especializar sí que hará falta invertir en material específico. Pero os puedo asegurar que para fotografía de paisaje se necesitan pocas cosas...
1. La nivelación perfecta de la cámara
El trípode y una cara rótula panorámica es lo que aparece siempre en la mayoría de artículos y libros dedicados al tema, sobre todo para evitar el temido error de paralaje. ¿Y qué es? Como bien se define en el libro Fotografía panorámica de alta calidad de José María Mellado es
La desviación angular de la posición aparente de un objeto dependiendo del punto de vista elegido.
El problema solo se da si hay líneas arquitectónicas muy cerca del objetivo, así que si vamos a hacer un paisaje no nos tenemos que preocupar. Lo importante es colocar bien el trípode y procurar que la base donde se coloca la rótula esté paralela al suelo. Y los buenos trípodes tienen un nivel de burbuja que nos ayudan a este menester.
La cámara también tiene que estar nivelada y para esto es importante que nuestra rótula tenga también el nivel de burbuja. Y como ya he dicho, si no hay líneas cerca del objetivo no nos tenemos que preocupar por el error de paralaje. Si queremos ser perfectos, lo único que tenemos que saber es que para evitarlo no tenemos que girar la cámara sobre su base. El punto de giro suele estar situado en el centro del objetivo que estemos utilizando. Es así de sencillo.
Cuando las cámaras tenían pocos millones de píxeles era importante que estuvieran colocadas en formato vertical para evitar el conocido efecto espagueti. Muy alargada y muy estrecha. Hoy en día siempre que tengas las precauciones que indico, da exactamente igual.
Y con el trípode todo quedará mejor, pero si no tenemos y hay luz suficiente se puede hacer a pulso sin problemas. En serio. Lo prometo.
2. Ajustes solo manuales de la cámara
Este punto es muy importante para llegar a buen puerto. Incluso más que el primero. Los grandes fallos de las fotografías panorámicas son los cambios de color entre las tomas... Por eso la cámara siempre tiene que estar con el equilibrio de blancos en algún ajuste preestablecido para evitar las variaciones entre una y otra. Es por no seguir este consejo que los cielos parecen distintos.
E igual que con el equilibrio de blancos, todos los demás ajustes de la cámara deberán estar en manual. No podemos variar el diafragma, ni la velocidad de obturación. Ni mucho menos el foco.
Así que hay que preparar la cámara pasando todo a manual. Solo así nos aseguraremos de que lo único que cambie sea el encuadre. Y absolutamente nada más. Y por favor: RAW, RAW, RAW.
3. Medición de luz manual
Bien, en el punto anterior he dicho que todo debe estar en manual. ¿Y cómo mides la luz? Porque puede haber mucha diferencia entre las luces y las sombras al crear una imagen con un ángulo tan amplio.
La solución es bien sencilla. Tú, como fotógrafo, debes ser capaz de distinguir cuál es la zona más brillante de todo el recorrido. Cuando lo identifiques, debes medir la luz en ese punto. Ajustar un diafragma cerrado, una buena velocidad para evitar trepidación y vigilar que el histograma toque el extremo derecho. Como siempre se hace en fotografía digital.
Cuando tengas los datos de exposición, pasas el modo de exposición a Manual, ajustas el diafragma y la velocidad elegidos y todas las fotos las haces con el mismo par. Da igual que alguna zona quede subexpuesta. Así deberá estar en la panorámica final para que todo sea natural.
4. Enfoque manual
Es un error dejar el autoenfoque. El fotógrafo deberá buscar el punto de enfoque perfecto para esa toma con ese ángulo de visión. Lo más fácil en enfocar al infinito, pero es un error en la mayoría de los casos.
En la fotografía de ejemplo, con un diafragma 8, el punto de enfoque está en la parte central del muro de la cascada. Así me aseguro el foco desde la caída de agua hasta el fondo montañoso. Y paso al enfoque manual para que no varíe ni un ápice en las cinco fotografías que formarán la futura panorámica.
5. Los disparos finales
Ya ya solo queda disparar. Realmente es lo más sencillo. Tenemos la cámara preparada después de todos los pasos anteriores. El encuadre nos gusta y la luz es la mejor que hemos encontrado. Llega el misterio del solapamiento entre imágenes.
Pues bien. Lo más sencillo es que cada foto contenga un 20-30% de la siguiente. Y si consideras que es algo difícil hacer esto, lo mejor es que te sirvas de un truco muy útil para los que empiezan con esta técnica. No hay nada peor que llegar a casa y descubrir que te faltó una zona por cubrir.
La mayoría de los visores pueden sobreimpresionar distintas reglas de composición. La más clásica es la de los tercios. Pues bien, solo tienes que asegurarte que en el primer tercio de la siguiente foto haya exactamente lo mismo que en el último tercio de la primera foto. A lo mejor haces más disparos de los necesarios, pero es la mejor forma de asegurarse que los programas de panorámicas no van a tener problema alguno.
Y ya está, que la luz reparta suertes y te toque a ti la mejor.
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