La gestión de color es uno de los grandes problemas de la fotografía digital. Todo el mundo ha oído hablar de ella pero pocos saben cómo funciona realmente. Y muy pocos pueden explicar en qué consiste. En Xataka Foto nos hemos propuesto resolver, en una serie de artículos, todas las dudas que puedan surgir sobre el mundo de la gestión del color.
El mundo fotográfico está volcado en las nuevas cámaras, en los objetivos más nítidos, en los programas más avanzados que no hay que pagar mes a mes. Pero pocas veces escuchas hablar de la reproducción exacta de los colores. Solo nos acordamos del color cuando no conseguimos ver en la copia en papel, o en la pantalla de nuestro dispositivo, ese rojo que esperábamos.
Muchos fotógrafos tienen la mejor cámara pero trabajan solo con un ordenador portátil. O tienen una de esas pantallas espejo que tanto diseño rezuman por los cuatro costados pero que son imposibles de perfilar y calibrar con exactitud. O imprimen con el clásico método de la prueba/error hasta conseguir algo que recuerde a lo que veían en sus pantallas.
Para evitar estos problemas y facilitar el acceso al mundo de la gestión del color voy a escribir estos artículos para aclarar algo tan importante como la reproducción precisa del color de nuestras fotografías. De principio a fin, de la cámara a la impresión. Pero como siempre, vamos a empezar por el principio.
¿Pero qué es la gestión del color?
El color en la fotografía digital no es otra cosa, y siento ser tan directo, que una mera sucesión de unos y ceros. Nada más. Es lenguaje binario. Y la cámara, el monitor y la impresora lo entienden perfectamente. ¿Entonces dónde está el problema? Que cada uno de estos dispositivos genera el color de una forma distinta:
- Las máquinas fotográficas reciben la luz y le dan el color según la matriz del sensor y la interpretación del procesador.
- Los monitores nos enseñar el color por la estimulación eléctrica de los fotodiodos (más luz, más estimulación).
- Las impresoras forman el color por la combinación de tintas sobre el papel.
Y aquí entra en juego la gestión del color. Se puede definir de muchas formas pero la que me gusta es la que dice que su función es conseguir que todos los dispositivos vean el color de una forma predecible. De principio a fin.
¿Es solo un problema de la fotografía digital?
En la época química el color no era un problema grave para la mayoría de los fotógrafos. Elegías un carrete porque sabías cómo respondía. Solo tenías que llevarlo a un laboratorio que respetara los químicos, los tiempos y las temperaturas y tenías el color exacto, el que buscabas.
En los tiempos digitales se olvidaron de dicha convención y no tuvieron más remedio que acudir al mundo de las imprentas para conseguir, durante todo el proceso, un color esperable y coherente.
Veamos qué pasa si elegimos un color concreto concreto (0,190,190) y con la ayuda de la gestión del color simulamos tres dispositivos distintos: la realidad, un monitor y una impresora sencilla. Y encima lo reproducimos a partir de un pantallazo:
Es el mismo color. Solo he modificado los espacios de color. Un mismo número binario se ve de forma distinta por el dispositivo en el que se reproduce. Y la gestión del color es como un diccionario que intenta igualar los distintos acentos. Y no nos queda más remedio que saber cómo funciona.
A mis alumnos siempre les resumo toda esta historia de la misma forma. Puede que sea muy básica, pero es la mejor forma que he encontrado para ayudar a comprender la gestión del color:
- El color digital se define gracias al Modo de color.
- Este se ajusta a un Espacio de color, que asigna una posición al color en una tabla.
- Los dispositivos (cámara, monitor, impresora...) tienen espacios de color concretos, que se conocen como Espacios de trabajo.
- Y para cada dispositivo tienes que crear una descripción de su espacio de trabajo particular, el perfil ICC.
Modo de color
El color es un conjunto de números (255,0 ,0) dando lugar a una estructura de colores llamadas Modos de color. En fotografía trabajamos sobre todos con tres modos de color, independientes de cualquier dispositivo.
Lab
Modelo de color fijo, abstracto e ideal. Es la estructura que más intenta acercarse a la reproducción de los colores reales.
Tiene un canal de Luminosidad y dos de color, el a y el b:
El canal de Luminosidad va del 0 (negro) al 100 (blanco) El canal a comprende los colores entre el rojo (valores positivos) y el verde (valores negativos). El canal b comprende del amarillo (positivo) al azul (negativo).
Este modo de color se utiliza como nexo de unión entre un modo de color y otro.
RGB
Modelo de color aditivo basado en los tres colores primarios: Rojo (R), Verde (G) y Azul (B).
La suma de los tres colores da como resultado el blanco. Es el resultado de la luz emitida por los monitores, cámaras o proyectores. El blanco puro se define con tres bytes (8 bits cada uno): 255, 255, 255; y el negro puro como 0, 0, 0.
Es el modo por defecto de las imágenes digitales.
CMYK
Es un modo de color substractivo con cuatro canales: Cian, Magenta, Amarillo y Negro.
La suma de los cuatro canales da como resultado el negro; y su ausencia, blanco. Es el modo de color de las impresoras. Es más limitado que el modo RGB.
Estos tres modos de color son muy amplios, y como son dependientes de dispositivo (RGB y CMYK), están definidos y descritos, dando lugar a lo que se conoce como espacios de color.
Los espacios de color son el conjunto de colores de dicho dispositivo. Y permiten relacionar valores concretos con determinados colores.
Espacios de trabajo
Uno de los problemas que tenemos es que cada dispositivo, cada monitor, ve el espacio de color a su manera. Y así nacen los espacios de trabajo: abstractos, independientes de un dispositivo concreto. Son un punto de partida para unificar el tema del color.
Estamos hablando de los más conocidos sRGB, Adobe RGB (1998), ProPhoto RGB... Ser capaz de elegir bien uno u otro permite trabajar correctamente en el mundo de la fotografía. No son otra cosa que la descripción de un espacio de color:
- sRGB: es el espacio de trabajo más reducido y por lo tanto es el estándar de internet. Se dice que responde a la media de calidad de un monitor.
- Adobe RGB (1998): es mucho más amplio. Algunos monitores del mercado son capaces reproducirlo casi al 100%. Muchos fotógrafos lo consideran el espacio de trabajo ideal.
- ProPhoto RGB: es capaz de representar colores que no podemos ver. Dicen que es el ideal para trabajar pero muchos fotógrafos lo vemos como un problema a la hora de revelar.
Perfiles ICC
Y para terminar todo este embrollo tenemos que conocer los perfiles ICC (International Color Consortium). En este caso son espacios de trabajo pero dependientes de dispositivo. Es decir, son espacios de trabajo adaptados a cada cámara, monitor, escáner...
Cuando perfilamos una cámara o un monitor estamos viendo cómo representa el aparato los colores del espacio de trabajo.
La gestión de color comprende todas estas cosas que hemos estado viendo. En el próximo artículo descubriremos paso por paso cómo lograr que el rojo que estamos viendo en la realidad sea lo más parecido en la copia final...
En Xataka Foto| Perfiles de color: ¿cómo debemos trabajarlos para sacarles el máximo partido?
Ver 1 comentarios