El «flou» en fotografía: qué es y cómo utilizarlo

El «flou» en fotografía: qué es y cómo utilizarlo

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El «flou» en fotografía: qué es y cómo utilizarlo

El «flou» es un recurso estético y técnico poco conocido en fotografía, a pesar de que su validez creativa está fuera de toda duda. Conceptualmente está conectado al movimiento pictorialista, encumbrado en España por grandes maestros de la fotografía, como Joan Vilatobà, al que dedicamos hace poco un post bastante extenso, Pla Janini, Antonio Campañá u Ortiz Echagüe.

Nació a finales del siglo XIX con una intención muy clara: afianzar la fotografía como una auténtica manifestación artística equiparable a la escultura, la música, y, sobre todo, la pintura. Por esta razón su máxima es separarse de la realidad, distorsionándola para recrear un mundo onírico y bucólico. Pero, aunque su origen se remonta más de un siglo atrás en el tiempo, el «flou» sigue muy vivo actualmente bajo la forma de un recurso estético que merece la pena conocer, y que podemos recrear perfectamente utilizando técnicas modernas. Veamos cómo hacerlo.

Del bromóleo a la vaselina

Durante las muchas décadas de la fotografía química el «flou» requería la utilización de métodos artesanales que recurrían al uso del carbón, del bromóleo o de la goma bicromatada. El positivado era manual, y, por esta razón, cada fotografía tenía un acabado diferente que la hacía única, algo muy en la línea de lo que pretendía defender este movimiento estético. Pero los fotógrafos que practicaban esta técnica acentuaban aún más ese acabado tan peculiar de sus instantáneas utilizando pantallas y velos, además del positivado.

Hoy en día tenemos varios recursos a nuestro alcance si queremos dar a nuestras fotografías un acabado similar al de la obra de los grandes pictorialistas. Una forma relativamente sencilla de conseguirlo pasa por utilizar filtros específicos, como el Softar, diseñado expresamente para emular esa estética. Pero quizás la técnica que más gusta a los fotógrafos que practican actualmente el «flou» por su carácter artesanal y más personal es la aplicación de vaselina.

Flou2

Este último método consiste, sencillamente, en aplicar la vaselina sobre un filtro, pero no de forma regular, sino incrementando la cantidad en aquellas zonas que queramos difuminar con más intensidad. Lo ideal es no aplicar esta sustancia directamente sobre el objetivo, sino hacernos con un filtro UV, colocarlo en el objetivo, y, por último, aplicar una pequeña cantidad de vaselina neutra sobre él, de forma irregular. Aquí lo ideal es «jugar» con esta sustancia y comprobar cómo se comporta la luz cuando incide en ella y posteriormente penetra en el interior de nuestro objetivo.

Desde un punto de vista óptico la vaselina provoca una difusión de las altas luces, una pérdida de definición muy evidente y una difuminación de las formas, características que incrementan el peso del color en la composición. Si os apetece probarlo os sugiero que utilicéis un trípode, y, sobre todo, que experimentéis sin ningún complejo. Seguro que obtendréis resultados, cuando menos, muy llamativos, si no sorprendentes.

Imágenes | Titouan Russo | Jeff Kubina
En Xataka Foto | Joan Vilatobà, fotógrafo imprescindible y auténtico pionero del pictorialismo fotográfico

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