Saber medir la luz es una de las claves de la fotografía. Es tan solo un paso técnico. No va a hacer por lo tanto que tu disparo pase a la historia, pero te va a permitir expresar exactamente lo que tú quieres. Se da por supuesto en el oficio del fotógrafo. Vamos a repasar todas las claves de la exposición para disipar cualquier duda.
Hace tiempo publicamos una serie de artículos dedicados al famoso triángulo de la exposición. El diafragma, la velocidad de obturación y la sensibilidad. Descubrimos todos sus secretos para familiarizarnos con ellos. Hay que conocerlos tan bien que podamos llegar a olvidarlos porque actuamos automáticamente cada vez que disparamos. No tiene sentido, si queremos mejorar como fotógrafos, dudar un instante ante una situación dada:
- El diafragma regula la cantidad de luz que llega al sensor.
- La velocidad de obturación es el intervalo de tiempo, que se controla mediante el obturador, durante el cual se permite el paso de la luz a través del objetivo para exponer el sensor.
- La sensibilidad digital es una amplificación de la señal de salida del sensor.
Para tener un absoluto control de todas estas variantes tenemos al mejor amigo del fotógrafo digital (nunca me cansaré de repetirlo), el histograma. La representación gráfica de la luminosidad del disparo que hemos hecho. Ahí vemos cómo hemos medido la luz. Y por eso deberíamos tenerlo siempre a mano, excepto cuando ya somos capaces de trabajar libres y centrarnos en lo realmente complicado que es hacer una buena fotografía.
¿Pero existe la exposición perfecta?
Una vez entendidos todos estos conceptos podemos enfrentarnos sin miedo a la exposición. Y comprender que todo depende de la luz y de lo que queremos comunicar. Por lo tanto no existe una exposición perfecta, como a muchos les gusta decir. Existe la exposición necesaria, la que queremos en ese momento en el que apretamos el disparador. Otra cosa es que queramos ser más o menos academicistas.
Aquí hemos hablado en otras ocasiones la exposición derecheada o exponer a la derecha. Esta forma de trabajar, propuesta en 2003, tiene defensores y detractores. Personalmente la sigo a rajatabla por la naturaleza lineal de los sensores digitales.
Si trabajamos así, conseguiremos una fotografía sobrexpuesta y será nuestra obligación corregirla en el momento del revelado. Así introducimos el concepto, que ya presentó José María Mellado en uno de sus libros, de histograma de entrada e histograma de salida. Pero este es otro tema...
Mucho depende de la calidad del sensor de la cámara, de su rango dinámico. De su capacidad de reproducir correctamente las luces y las sombras. De la profundidad de bits del formato RAW, de la pérdida que provoca hacerlo en jpeg... Incluso depende del equilibrio de blancos que hemos seleccionado o del perfil de cámara. Hay muchos factores que parece que no podemos controlar y que debemos conocer para lograr el mejor resultado posible.
Otros fotógrafos prefieren seguir disparando según los principios de la película química, en la que se exponía para las sombras. Es decir, se tendía a la subexposición. Al final lo único que importa es el resultado final y no fijarse si una fotografía tiene un grano de más o de menos.
Lo importante, como ya he dicho cuatro párrafos antes, es que no existe la exposición perfecta, sino la que necesita cada momento para expresarnos. Algunos prefieren la anarquía, otros los rigores académicos del momento y algunos las pruebas científicas. Todas son válidas siempre que el resultado final sea bueno.
Cómo se expone en fotografía digital
Aquí también hay distintas formas de trabajar. Hay quien prefiere el modo Manual, y otros medir la luz con el modo Prioridad al diafragma. Las dos de nuevo son válidas. Yo tengo clara mi forma de trabajar. Siempre quiero elegir la profundidad de imagen, así que no dudo en poner A (Av en Canon) en el dial de Modos de la cámara.
Pero antes de explicar algunas de las formas de exponer hay que saber cómo miden la luz las cámaras. Cuando apretamos el disparador el exposímetro mide la intensidad de la luz de la escena y da unos valores de exposición para conseguir que se reproduzcan con una luminosidad de gris medio. Le da igual estar mirando a un bosque nevado o a una oscura mina de carbón.
Mide siempre para dar una luminosidad gris. Así cualquiera de nosotros podemos cambiar de cámara sin problemas de adaptación en este apartado. Si tenemos esto claro, podemos entender por qué es tan difícil exponer bien.
Hay que saber dónde medimos para conseguir el mejor resultado. Lo ideal sería tener siempre a mano una carta gris, pero no es posible. Ahí es donde entra la interpretación que tenemos que hacer y el problema de tantos fotógrafos que empiezan.
Por este motivo os propongo dos formas de exponer en función de si trabajamos con visor óptico y visor electrónico o pantalla live view.
Con visor óptico
Como no es posible ver el histograma en directo tenemos que saber dónde medimos y cómo. Es importante que elijamos entre los modos de medición el Puntual, para tener la mayor precisión.
- Antes de empezar tenemos que saber la Compensación de exposición que tenemos que dar a nuestra cámara para que al medir la luz nos devuelva un valor de exposición más luminoso que el gris medio, casi blanco. En las Canon suelen ser dos puntos; en las Nikon apenas un tercio de punto.
- Elegimos el diafragma en función de la profundidad de campo que estamos buscando.
- Situamos en el centro del visor la zona más brillante del encuadre que hemos elegido y medimos la luz.
- Retenemos dicho valor. Algunas cámaras solo necesitan pulsar un botón y otras hay que mantenerlo pulsado.
- Reencuadramos, enfocamos y disparamos.
- Una vez hecha la fotografía, miramos el histograma para saber si está todo correcto.
Con visor electrónico
Los visores electrónicos han alcanzado la mayoría de edad. Y una vez que has probado la nueva generación ya no puedes volver atrás. Una de las cosas que tienen es que podemos ver el histograma en directo. Y todo cambia.
- Miramos por el visor y encuadramos la imagen.
- Elegimos el diafragma en función de la profundidad de campo que estamos buscando.
- Ajustamos el histograma con ayuda del dial de la compensación de exposición. Tiene que tocar el extremo derecho.
- Enfocamos, disparamos y listo.
Ahora ya tenemos fotografías digitales perfectamente expuestas. Es solo un proceso técnico que aprenderemos después de mucha práctica. Al final todo son matices. Lo difícil, lo realmente difícil, es hacer los mejores encuadres posibles. Eso es lo complicado de la fotografía.
Ver 7 comentarios