Nikon ha anunciado a bombo y platillo que la nueva D850 es capaz de digitalizar todo nuestro material químico con la ayuda de un ingenioso accesorio que se vende aparte. Esto es algo que se puede hacer desde los comienzos de la fotografía digital y vamos a aprender a digitalizar nuestro archivo químico hacerlo con cualquier cámara de objetivos intercambiables.
Para conseguir la máxima calidad a la hora de digitalizar nuestros negativos y diapositiva hay que tener un escáner profesional. Que nadie se crea otra cosa. Pero si queremos hacerlo de una forma rápida, ágil y con tanta calidad como nos ofrezca la combinación de nuestro objetivo y sensor el sistema que propongo es perfecto. En vez de escanear, fotografiamos el negativo. Tardaremos diez minutos en terminar un carrete y encima en formato RAW.
El sistema que utilizo actualmente es fruto de muchas horas de pruebas, lecturas especializadas y bastante frustración hasta conseguir los resultados apetecidos. En los primeros tiempos hubo algo de eso que llaman ahora DIY, las siempre populares manualidades pero al final te das cuenta de que aprovechando lo que hay en el mercado consigues lo mejor. En pleno desarrollo leí que para recuperar los negativos de La maleta mexicana usaron el mismo método.
Si tenemos tiempo podemos comprar de segunda mano un buen escáner de negativos como el mítico Nikon SUPER COOLSCAN 5000, el más humilde Minolta o los recientes Epson planos. Pero escanear correctamente 36 fotografías puede suponer el día entero. Por eso este método que anuncia Nikon ahora es una solución perfecta.
Antes de empezar
Para lograr buenos resultados necesitamos:
- Un trípode firme.
- Una cámara con un sensor de formato completo para evitar recortes.
- Un buen objetivo macro.
- Una fuente de luz constante o un flash conectado de forma inalámbrica a la cámara para iluminar por detrás.
- Un soporte de película para conseguir que esté totalmente plana.
- Nuestras fotografías de 35 mm.
Lo mejor sería tener una cámara de formato completo, del mismo tamaño que los negativos de 35 mm para evitar recortes. También podríamos utilizar otras cámaras de sensores pequeños, pero la calidad podría verse resentida. Aunque sabemos que con un buen sensor se hacen maravillas... Sería cuestión de calcular la distancia focal para sacar toda la superficie original.
Las cámaras compactas también valdrían pero siempre y cuando tengan la opción del enfoque manual o el famoso focus peaking. Pero si buscamos la máxima calidad no queda más remedio que apostar por el sensor grande.
No podemos hacerlo bien sin un objetivo macro. Nada de filtros de aumento, anillos de inversión u otras historias del pasado. La clave es un objetivo con aumento 1:1. Un centímetro en la realidad se registrará como un centímetro en el sensor.
Un trípode robusto impide la trepidación y permite disparar con un diafragma cerrado para conseguir la máxima profundidad de campo. Por supuesto no tiene sentido fijar la cámara y hacer la foto sin el cable disparador, pero cosas más raras he visto.Y si aprovechamos la visión directa (live view lo llaman) lograremos que el disparo sea lo más nítido posible en las réflex.
Iluminaremos con una fuente de luz constante y calibrada para evitar tener que varias la temperatura de color. Lo mejor sería utilizar una antigua mesa de luz para negativos, pero un flash con difusores, una ventana natural orientada al norte o una sencilla lampara de un fabricante sueco pueden cumplir el mismo cometido.
Los negativos o las diapositivas los tenemos que colocar planos. No se puede hacer nada si no nos hacemos con un buen soporte de un antiguo escáner o a lo sumo dos cristales finos e inmaculados (sería sumamente incómodo). Por supuesto el negativo o la diapositiva no deberían moverse lo más mínimo.
Los pasos de la digitalización
Conseguir el mejor resultado, una vez hemos elegido el equipo y los accesorios, depende de una sola cosa: los planos del negativo y del sensor deben ser totalmente paralelos. Si no lo conseguimos, nada tendrá sentido. Eso sí, si nos hacemos con este accesorio que cambió mi vida digitalizadora, este paso fundamental dejará de ser complicado. Eso sí, no nos quedará más remedio que hacer un poco de bricolaje y quitar la lente macro de diez dioptrías que incorpora. Hay otros accesorios similares, pero este funciona perfectamente con cámaras de formato completo.
Si no queremos pasarnos mil horas delante del ordenador tendremos que cuidar la limpieza del original. Me imagino que tendréis los negativos guardados en sus fundas de ph neutro, en carpetas libres de polvo y todas las precauciones básicas... Una buena perilla de farmacia o un bote de aire comprimido (usado con sumo cuidado) serán nuestros mejores aliados.
Y si tenéis espacio suficiente en casa resulta muy cómodo conectar la cámara al ordenador para ver el resultado en la pantalla en directo. Programas como Eos Utility de Canon o el Camera Control Pro de Nikon son perfectos para este menester. Es más cómodo enfocar en el monitor del ordenador que en la pantalla de nuestra cámara.
Ya solo queda disparar con los requisitos habituales cuando buscamos la máxima calidad: RAW, exponer a la derecha y listo. En el próximo artículo veréis como positivamos los negativos. O si puedes comprar la nueva Nikon y su accesorio olvídate de todo esto.
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