Hace unas semanas os estuve hablando sobre algunas de las diferencias producidas en la imagen entre un sensor Full Frame y un APS-C. Pues bien, unido a la moda de disponer de más modelos de cámaras FF en las marcas parece que también hay ciertos modelos que se han subido, o pretenden, subir al carro del que ya se subieron algunos antes, el de la batalla del megapíxel.
Pues bien, hoy quería haceros unos pequeños y resumidos apuntes sobre el porqué a veces puede ser ventajoso y otras perjudicial la cantidad de megapíxeles (fotodiodos) que disponga un sensor. Un aspecto que hay que aclarar es que no hay una regla fija que defina que menos es mejor o más peor, o viceversa, pues todo dependerá del uso que nosotros vayamos a dar a cada cámara y el tipo de fotografía que pretendemos buscar (y su fin). Al igual, quiero dejar bien claro que no pretendo entrar de lleno en ninguno de los temas de forma muy extensa, pues considero que muchas veces nos dejamos llevar para la información y olvidamos lo más importante, el hacer fotografías.
Algunos factores
Así que en definitiva, tener más megapíxeles no significa más ruido sin no analizamos el área que ocupan y el tamaño de los mismos.
Así que, aunque es cierto que no es un factor primario sino más bien propiciado por la calidad del sensor (bits del mismo) y su buena gestión, es importante nombrarlo debido a que el ruido influye en él en determinados momentos. Pero ¿significa que un sensor de gran resolución tendrá por tanto un mal rango dinámico? En absoluto, pues eso solo dependerá de la capacidad que tenga el sensor de registrar un rango de luminosidad mayor o menor, y eso obviamente se debe en un gran porcentaje a la calidad del mismo
En las cámaras con sensores de alta resolución los objetivos de alta calidad son casi una obligación, y más cuando el nivel de detalle en estos sensores aumentan de forma tan alta. Es importante, por tanto, tener claro que necesitamos objetivos que puedan darnos una buena nitidez tanto en el centro (aspecto más fácil para los objetivos) como en las esquinas (aspecto más importante pues en este tipo de sensores se acentúa si no conseguimos montar objetivos de buena resolución en las esquinas).
En definitiva, aunque entran algunos otros factores como la densidad de pixeles y su tamaño para saber con exactitud que objetivo es mejor para cada modelo en particular, lo que si es prácticamente general es que para cámaras con sensores de grandes resoluciones no debemos montar objetivos de baja calidad, pues al final no estaremos sacando partido al sensor y por tanto al final los resultados pueden acabar siendo parecido a modelos de peor calidad. Para tener cierta idea al respecto es bueno aprender a leer las curvas MTF de los objetivos; gracias a ello podremos entender su comportamiento.
¿En qué nos coloca esto? Pues en que debemos tener mucho cuidado con pensar que usando la famosa regla de la trepidación vamos a subsanar esto, y es que esa regla se queda obsoleta teniendo que subir como mínimo un punto más de velocidad para asegurarnos que no ocurra este fenómeno. Cabe recordar que esto es muy variable, pues temas como el pulso de cada uno, o incluso el estabilizador de imagen son factores a tener en cuenta. Todo esto ocurre exactamente igual en los smartphones, en los cuales la densidad de los sensores ha aumentado considerablemente, pero debido a que las distancias focales usadas en ellos son tan pequeñas, al igual que la incorporación de los estabilizadores de imagen, no la hacen muy palpable (aunque no significa que inexistente).
En definitiva, cuantas más resolución (recordemos siempre que en función del tamaño del sensor también) debemos tener mucho cuidado con la trepidación y aumentar un poco más la velocidad requerida para que no ocurra.
Es por esto que siempre se dice que aunque la difracción es un (de)efecto óptico también influye notablemente en el sensor; y es que cuando usamos diafragmas cerrados la luz se difracta en más direcciones, pudiendo entrar en los fotodiodos adyacentes y por tanto perdiendo la nitidez efectiva de cada uno.
En definitiva, en sensores de gran resolución la relación entre mejor diafragma-nitidez (objetivo-sensor), es siempre un diafragma entre 2-3 pasos por encima de la apertura máxima del objetivo. Por ejemplo si ponemos un Nikor 24-70 f2.8 a una Nikon D800 la apertura máxima a la que podríamos disparar sin empezar a tener problemas de difracción serían f5,6 - f8. Quiero dejar patente que este punto depende nuevamente mucho de la densidad de cada modelo y del objetivo elegido, pero para que podáis entenderlo creo que es más que suficiente.
Estos son algunos puntos importantes (de los varios que existen) a la hora de ver que ventajas, desventajas o "cuidados" que debemos tener a la hora de elegir uno de estos sensores. Para mi manera de verdad, no existe un concepto genérico para la alta resolución, ya que intervienen sobre todo los factores prácticos por encima de todo. Debemos siempre tener en cuenta si nuestro tipo de fotografía se asemeja a lo que estos sensores pueden ofrecernos. o mejor aún, lo que estamos dispuestos nosotros a ofrecerles. Así que por favor, antes de dejaros llevar por los megapixeles parémonos y pensemos; no porqué sean malos sino porque al igual que comprarse un coche va a requerir ciertos cuidados (dentro de una cierta similitud si me permitís), estos también si queremos amortizar y sacarle el máximo partido a lo que tenemos, o queramos tener.
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