Cuando empezamos a conocer bien la variedad de objetivos que disponemos y sus características, es cuando, también, empezamos a darnos cuenta que la creatividad tiene una nueva ventana por donde respirar.
Las herramientas que disponemos para llevar ese lenguaje audiovisual que tenemos en nuestra cabeza a la realidad no son perfectas; por tanto, el conocimiento de como funcionan es indispensable. Es por eso que lo que parece una pequeña "faena", puede acabar comportándose como un punto positivo si sabemos aprovecharlo.
En el vídeo, que os propongo que visualicéis a continuación, podéis ver unos ejemplos de como, el usar objetivos gran angulares para lo que supuestamente no suelen usarse, acaba por potenciar enormemente valores fotográficos que serían difíciles de conseguir de otro modo.
Sabéis que la perspectiva ayuda a determinar la profundidad y situación de los objetos a distintas distancias. Esto hace que, cuando nosotros cambiemos varios parámetros como la cercanía al objeto a fotografiar (entre algún otro), las imágenes que podamos obtener sean absolutamente diferentes que las que conseguiríamos si sólo hiciéramos zoom sobre ellas.
Este tipo de cosas nos ayudan a conseguir un enfoque descriptivo totalmente diferente en una fotografía o toma. Como os dije aquí teneis, en el vídeo de Mark Wallace, algunos ejemplos muy buenos disparados con un gran angular.
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