Quizá sea uno de los peores escenarios con los que puede encontrarse un fotógrafo: tener que tomar imágenes con la dura luz del sol del mediodía cayendo a pleno sobre la escena. Y aunque es algo más típico del verano, sin duda es un problema en cualquier época del año con el nos encontraremos en más de una ocasión, sobre todo si nos gusta hacer fotos estando de viaje. Por este motivo, vamos a ofreceros algunos consejos para tratar de que las imágenes tomadas en estas circunstancias sean mejores.
ISO al mínimo y diafragma cerrado
Ante una situación como esta, lo más básico es configurar nuestra cámara con los valores apropiados para una situación de alta luminosidad. Así, deberemos poner el ISO al mínimo y el diafragma en un valor alto, lo que como bien sabréis significa que su abertura sea pequeña.
Así, las cosas, una ISO de 100 y un diafragma de ƒ16 son unas cifras recomendables para estos casos, variando la velocidad para adaptarnos a la escena concreta. Con estos valores, tendremos asegurada una buena reproducción de la imagen con el mínimo ruido posible y una profundidad de campo amplia. A esto hay que añadir que, como probablemente tendremos que usar una velocidad alta (a partir de 1/125), será difícil que la imagen salga trepidada.
Evita los retratos
Tal y como os contamos, la luz natural al mediodía en una jornada soleada es cenital (incide desde arriba) y es tan dura que produce fuertes sombras en la cara, con especial incidencia en los ojos. Por eso, en estas condiciones y como norma general, deberíamos abstenernos de hacer retratos.
Por supuesto todo depende de lo que queremos conseguir con la foto, pero en general la luz dura cenital no es desde luego la mejor receta para conseguir un retrato que resulte agradable. Para ello es mucho mejor utilizar luz difusa o bien aprovechar las primeras y últimas horas del día en las que la luz solar es mucho menos dura y más cálida.
Busca la sombra
Si a pesar de todo queremos hacer un retrato al mediodía, siempre podemos recurrir a buscar un lugar donde el sol no incida de forma directa, como la sombra de un edificio o de un árbol, sitios donde lograremos una iluminación mucho más suave y apropiada para un retrato. Otros recursos de los que también podemos echar mano podrían ser una sombrilla/ paraguas o un sombrero de ala ancha, aunque en estos casos hay que tener especial cuidado con la diferencia de iluminación entre las zonas más iluminadas y las más sombrías.
En todos los casos hay que tener mucho cuidado con lo que aparece en el fondo, algo que debes tener en cuenta en todos los casos pero es especialmente importante cuando busques fotografiar algo en sombra en un entorno de elevada iluminación por el sol de mediodía. Como consecuencia de esto puede que el fondo aparezca sobreiluminado, lo que puede ser válido siempre y cuando sea lo que pretendemos.
Ojo al histograma
Entender y utilizar este recurso es especialmente importante en este tipo de condiciones difíciles, en los que existe una alta probabilidad de que se puedan perder detalles en ciertas zonas de la imagen, en este caso con más probabilidad en las altas luces. No nos vamos a meter en si sigue teniendo sentido derechear la imagen con los sensores actuales, pero desde luego en estos casos sí que hay que tener mucho cuidado de que la gráfica que nos muestra el histograma sea correcta.
Recuerda que si el gráfico se sale por la parte derecha eso significa que habrá zonas sobreexpuestas al máximo, es decir píxeles en color blanco puro sin detalle alguno que, por tanto, ni siquiera podremos recuperar en postproducción.
Utiliza un filtro polarizador
Es un recurso muy válido para estas situaciones de las que estamos hablando, las fotos en exteriores con luz fuerte y dura. De sus cualidades ya hemos hablado en muchas ocasiones, y en este caso son muy aprovechables dado que por un lado reduce la cantidad de luz (normalmente a partir de dos pasos) que llega al sensor y, de otro lado, permite que las ondas electromagnéticas lleguen ordenadas de alguna manera, eliminando las luces parásitas.
Por supuesto, como sabrás, el polarizador permite eliminar los reflejos en superficies como el agua, el vidrio y ciertos metales, además de saturar el azul del cielo potenciando las nubes. Esto es porque este filtro tiene la propiedad de bloquear la luz en la región más brillante de la imagen, que normalmente será el cielo, de modo que más allá de ofrecer un cielo atractivo, es muy útil para equilibrar las diferencias de iluminación entre éste y el resto de la imagen.
O bien uno de densidad neutra
Esa función de reducir la luz que entra a la cámara que decíamos en el caso del polarizador, es justo la que ofrece un filtro de densidad neutra, pensado concretamente para esto. Como sabéis, este tipo de filtros pueden presentarse con la misma opacidad en toda su superficie o hacerlo de forma gradual, lo que da lugar a los filtros degradados. En ambos casos reducen la luz que llega al sensor permitiéndonos más flexibilidad en la exposición cuando hay mucha luz, pero en el segundo además sirve para compensar las diferencias de iluminación entre diferentes zonas, normalmente entre el cielo y el resto de la imagen.
Así que ya sabes, tratar de lograr buenas fotografías con el sol del mediodía no es una tarea imposible y hay algunos recursos para adaptarse mejor a este tipo de situaciones. De hecho uno de los retos de un fotógrafo es ser capaz de adaptarse a lo que sea necesario y sacarle provecho con las herramientas a su alcance. Porque ¿quién dice que no se puede hacer una buena foto al mediodía y a pleno sol? ¿No te parece?
Foto de portada | Etienne Girardet
Ver 3 comentarios