Tal vez uno de los mayores retos a los que se puede enfrentar un fotógrafo es el retrato de niños pequeños. La dificultad que acarrea el fotografiar a estos pequeños dictadores se acentúan por lo rápido que se pueden cansar y perder total interés en lo que se está haciendo. Pero con unos sencillos trucos podemos conseguir resultados más que aceptables para este tipo de fotografías.
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Si nos encontramos al aire libre y queremos fotografiar a niños jugando y divirtiéndose, para mi gusto el mejor objetivo es un 55-200, podemos estar lo suficientemente alejados para que los niños no se sientan “vigilados” y capturar todas las curiosidades que son capaces de generar estos pequeños diablillos.
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Si nos encontramos en un estudio de fotografía para retratos, tal como comentan en Photofocus, las lentes de focal corta son idóneas para capturar los pequeños detalles.
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Conviene tener la estancia perfectamente iluminadas para “suavizar” las formas en las tomas.
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Si se trata de niños de corta edad, contar con la madre resulta de inestimable ayuda para que se sientan tranquilos.
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Intentaremos que la madre lleve una vestimenta neutra para poder camuflarla con el fondo y que así el objetivo de la foto, el niño, no pierda protagonismo. De esta manera podremos realizar estupendos primeros planos con la madre sujetando al niño.
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Como no, sacar las fotografías en RAW para poder después jugar con los parámetros de la foto resaltando colores de ojos y retocando imperfecciones en la piel.
Ya os dimos algunos consejos para fotografiar niños anteriormente, con estos sencillos trucos, y armándote de un poco de paciencia, seguro que consigues estupendos retratos que formen parte de tu colección de fotografías.
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