Da gusto cuando uno se encuentra con pequeños trucos como este, simples, fáciles y eficaces. Además no creo ni que haga falta explicarlo, sólo con leer el título seguro que lo entendéis.
La idea es sencilla, pero muy práctica, y simplemente consiste en pegar un trozo de velcro a la tapa trasera de nuestros objetivos (si no me equivoco se venden autoadhesivos).
Con esto se consigue poder apilar los objetivos (sin que vayan golpeándose) y aprovechar mejor el espacio de nuestras bolsas fotográfica o simplemente conseguir un extra de agarre y de seguridad para ellos.
Pues eso, sencillo, práctico, fácil y barato, la formula perfecta.
Vía | Thedigitalstory
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