Tener en nuestras manos “el poder” para editar las fotografías con programas muy potentes (y sencillos) que nos permiten hacer auténticas virguerías puede tener su “lado oscuro”. Así, cuando empezamos a procesar fotografías es fácil caer en una serie de errores, o dejarse llevar por modas, que probablemente nos perjudiquen si no somos capaces de resistir la tentación de abusar de ellas.
Se trata de cosas que todo principiante debería evitar o, cuando menos, ser consciente de que el exceso no es nada bueno (como en casi todo). Sé de lo que hablo, porque yo mismo (hace unos cuantos años ya) cometí muchas “barbaridades” que os voy a mostrar en este artículo.
Por eso, la mayoría de las fotos que vais a ver son propias y fueron procesadas de forma excesiva cayendo en varios errores que hoy procuraría evitar. Bueno, ciertamente tampoco me arrepiento, porque se trataba de “jugar” con las grandes posibilidades que cierto programa de edición (entonces nuevo para mí) me había descubierto que podía realizar en apenas unos clics para conseguir unas fotos muy llamativas.
Desaturación selectiva
Es una técnica muy efectista que todos hemos visto muchas veces, sobre todo en folletos publicitarios. Se trata de virar a monocromo una imagen excepto algún elemento, generalmente muy saturado y de un color llamativo. Este recurso puede estar bien en determinadas ocasiones, pero abusar de ello es claramente pernicioso.
Así que, como principiantes, debemos plantearnos si realmente merece la pena aplicar este efecto a una foto en concreto, si la imagen de verdad mejora o si sólo buscamos un golpe de efecto visual. En la imagen de arriba, por ejemplo, tenía su gracia aplicar el efecto para resaltar el bus amarillo (ya sabéis, igualito que en las películas), pero ciertamente la foto más real me parece mejor.
No quiero decir que debamos huir de esta técnica (como del resto), pero sí que deberíamos dejarla sólo para ocasiones contadas y es mejor subir un poco con la saturación para resaltar el elemento concreto sobre el que queremos llamar la atención, pero sin llegar a virar el resto a blanco y negro. O si no, siempre tenemos otros recursos para dirigir la mirada del espectador hacia un elemento, entre ellos algunos muy creativos.
Sobresaturado de la foto
En los últimos años, sobre todo con el auge de redes sociales como Instagram, es más frecuente ver muchas imágenes de colores vibrantes y muy atractivos, a veces irreales. Parece que si nuestro feed no es colorido y un poco chillón es que no somos lo suficientemente buenos. Y esto puede llevarnos a procesar en exceso nuestras fotos, sobresaturándolas o virando el color para obtener resultados más llamativos.
Esto me sucedió en la foto de arriba, cuyo cielo (como se puede apreciar fácilmente) tiene un tono totalmente irreal. Sí, llama la atención, pero una vez pasada la sorpresa uno se pregunta ¿mejora la foto? ¿aporta algo realmente esa saturación excesiva? Así que, cuando empezamos a retocar las fotos, debemos procurar no pasarnos con el color. Una imagen atractiva está bien, pero sobresaturarla no siempre es la mejor receta.
Abusar del blanco y negro
Justo al contrario que lo anterior, a veces nos ocurre que casi cualquier foto gana interés si la viramos a monocromo. Sin embargo, eliminar la información de color no siempre es adecuado porque si no hay contraste o los colores se empastan, es muy posible que no sea recomendable convertirla.
Incluso si una escena tiene buen contraste es posible que dejarla en color sea la mejor estrategia, porque resultará más atractiva y natural. Es el caso del ejemplo que os pongo, aunque reconozco que la foto monocroma también me gusta pero, en su momento, la convertí casi de forma automática… Y eso es justo lo que se debería evitar.
Uso excesivo del viñeteado
Usar viñetas creadas en el postprocesado de la fotografía es algo bastante personal, pero resulta un efecto bastante artificial que puede ser útil en determinados casos pero se debería evitar abusar. Por ejemplo, en retratos puede ser una forma más de resaltar al protagonista, pero en paisajes quizá no sea lo más adecuado.
El ejemplo que he escogido creo que es bastante significativo, porque muestra como un ligero viñeteado puede ayudar a dar interés en la foto, pero un efecto demasiado marcado casi la estropea.
Abuso del HDR
He dejado para el final el que posiblemente sea el efecto más recurrente de los últimos años (aunque parece que se ha pasado un poco de moda). Hablo efectivamente del HDR o High Dynamic Range, esa técnica para conseguir fotos con alto rango dinámico que clarísimamente (creo) es el ejemplo de que el abuso es altamente pernicioso.
Esta vez la foto que ilustra este punto no es mía (por eso no hay "antes y después") ya que, por una vez, apenas he incurrido en este error y sólo lo he usado unas pocas veces buscando siempre un resultado realista. Y es que las fotos en las que se abusa de esta técnica son totalmente irreales… y encima feas (es una opinión, claro), pero si se usa con tino es una solución totalmente recomendable para situaciones de alto contraste.
Claro que me gustaría conocer vuestra opinión al respecto ¿Os parece que estos cinco errores que hemos mencionado son correctos o estamos exagerando? ¿Los habéis cometido? ¿Echáis en falta algo en la lista?
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