Los timelapse están de moda, y sin duda son una práctica atractiva para cualquier fotógrafo que con este tipo de vídeos tiene en su mano fotografiar el paso del tiempo de una manera muy diferente a lo habitual. Pero ¿es una disciplina complicada? Como todas, tiene sus peculiaridades pero realmente podemos decir que siguiendo una serie de consejos básicos no es complicado iniciarse en esta práctica para lograr un primer vídeo sencillo pero resultón.
Hace algún tiempo nuestra web hermana Xataka nos ofrecía un completo artículo sobre cómo iniciarse en la práctica del timelapse y hace bastante más nosotros mismos os ofrecimos en dos entregas una guía con la misma intención, por lo que en esta ocasión nos ha parecido buena idea hacer una actualización del contenido y, sobre todo, centrarnos en aspectos muy prácticos sobre la realización de timelapses.
Por ello, os vamos a ofrecer una serie de recomendaciones prácticas para iniciarse en esta disciplina, pensando siempre en realizar una toma sencilla, sin que haya movimiento de la cámara, pero con un resultado a la altura y que podamos mostrar con orgullo.
Materiales necesarios:
La cámara
Por supuesto, es necesario empezar haciendo una relación de los elementos que necesitamos para realizar un timelapse entre los que, lógicamente, la cámara figura en primer lugar. En principio cualquier cámara es válida para este tipo de tomas, ya sea una compacta, una sin espejo o una réflex.
Incluso un móvil puede ser válido, de hecho quizá es posible que su uso sea más sencillo ya que existen aplicaciones que permiten hacer timelapses de forma automática. Sin embargo, es evidente que lo que buscamos es calidad de imagen, y además debemos cuidar cada detalle del vídeo como si de una fotografía fija se tratase, por lo cual sin duda recomendamos “una buena cámara”, y que cada uno entienda lo que quiera con esto.
Por cuestiones de estabilidad es evidente que una cámara pesada, osea una réflex, es interesante, pero por otro lado el hecho de tener que levantar el espejo constantemente probablemente hace que sea más adecuado una sin espejo. Independientemente de esto, contar con una cámara que entre sus funciones ya incluya la posibilidad de hacer fotos a intervalos fijados previamente sin duda sería una buena cosa porque nos evitará tener que usar un intervalómetro u otro elemento adicional.
El Intervalómetro
Este elemento es lo siguiente que tenemos que poner en la lista si la cámara no cuenta con esta posibilidad. Se trata de un disparador remoto que ofrece la opción de automatizar la toma de fotos y definir el número de tomas que queremos realizar y el intervalo entre ellas de forma automatizada.
Uno simple que no se pueda programar serviría si estuviéramos dispuestos a disparar nosotros mismos todas las veces que sean necesarias, pero sin duda tener que hacerlo cronómetro en mano y cada cinco segundos (por ejemplo) no es que parezca cómodo, como no lo sería hacerlo directamente a mano. De todos modos, no se trata de un elemento especialmente costoso, de hecho se pueden conseguir en Amazon desde unos 15 euros.
Como decíamos antes, vamos a hablar de un vídeo básico sin movimiento de cámara con lo cual desechamos la necesidad de contar con un elemento adicional como los slider motorizados, que permiten mover la cámara de forma suave a través de unos rieles. Sin duda esta es una posibilidad que aportaría calidad al vídeo pero es algo que deberíamos dejar para una etapa posterior, no ya por el desembolso sino también en espera de que nuestras habilidades en la materia sean mejores.
Trípode
El siguiente elemento que no puede faltar en la lista es el trípode, pero no sirve uno cualquiera sino que debe ser uno bien firme que asegure que la cámara no se mueva lo más mínimo durante el tiempo de toma. Es decir, en este caso los ligeros y apreciados trípodes de carbono no son la mejor elección y aquí podemos desempolvar alguno los antiguos y pesados que tengamos. De todos modos, siempre podemos recurrir a poner algo de peso al trípode (la mochila, unas piedras en una bolsa…) que utilicemos.
El caso es que es muy importante que la cámara no se mueva lo más mínimo ya que incluso leves variaciones que se produzcan pueden arruinar el vídeo. Por cierto que igual de importante que el trípode sea estable es anclarlo bien sobre el terreno para evitar vibraciones producidas, por ejemplo, por el aire de los coches que puedan pasar cerca de la cámara si estamos haciendo un timelapse callejero a pie de una avenida muy transitada por los vehículos.
Tarjetas y baterías
Lo siguiente es contar con una tarjeta de memoria fiable (nada de estrenar, mejor una ya usada en la que confíes) y de gran capacidad, aunque dependerá de si vamos a hacer las tomas en RAW o en JPEG (algo de lo que hablamos más adelante), y por supuesto hay que llevar recambio. Lo mismo con la batería, que debemos llevar recién cargada y con repuesto.
En teoría ambos elementos no deberían tocarse durante la toma, porque si se hace se corre el riesgo de mover la cámara o de no llegar a tiempo de la siguiente foto y perder frames que luego se pueden notar. Por ello, lo suyo es calcular las fotos necesarias para el vídeo y con ello saber si vamos a tener memoria y batería suficiente, pero evidentemente esto es algo difícil de controlar.
Por eso, más adelante y si nos ha gustado esto de los timelapse, quizá sea una buena idea hacernos con un grip para la cámara en el que se pueda incluir una batería y tarjeta adicionales para cuando se acabe la principal, pero de momento nos conformaremos con llevar recambio para estos elementos.
Esto serían los elementos técnicos necesarios para hacer un timelapse, aunque no deberíamos olvidarnos de otros más "mundanos". Teniendo en cuenta que la toma de imágenes para un vídeo de este tipo puede llevar horas, no es nada descabellado recomendaros que os llevéis un buen libro, a un amigo con quien charlar o cualquier cosa con la que matar el tiempo.
Eso sí, tampoco te recomendamos que te pongas a leer y te olvides de la cámara, ya que lo suyo es estar atento a ella por si le ocurre algo (por ejemplo si se queda sin batería) y a lo que ocurre en la escena que está captando. Tampoco deberías olvidar algo de agua y comida, ropa de abrigo por si empieza a hacer frío o protección contra el sol para lo contario, además de una linterna si comienzas la toma de noche o prevés que anochezca.
Es decir, hay que ir preparado contra posibles cambios bruscos de temperatura, y hacerlo además tanto para el fotógrafo como para la cámara, teniendo en cuenta por ejemplo que es posible que la lente se empañe al enfriarse por el ambiente reinante y hay que tener a mano algo para evitarlo.
Toma de imágenes
Planificando la captura
Pasamos ya a hablar del proceso de captura de las imágenes, sin duda lo más importante de todo el trabajo que conlleva hacer un timelapse. Para comenzar lo importante es planificar bien el trabajo y buscar un motivo o una localización que sea interesante para evitar que nuestro vídeo resulte monótono. Tened en cuenta que vamos a mostrar el paso del tiempo, con lo que sería absurdo hacer una toma de algún lugar en el que no ocurre absolutamente nada.
Eligiendo el sitio
Decidido el tema, llegará el momento de elegir el sitio y aquí, tal y como os recomendábamos para hacer fotos de atardeceres/ amaneceres es importante una planificación previa para conocer el horario y saber qué condiciones de luz vamos a tener. De hecho si el propósito de nuestro timelapse es captar un crepúsculo es evidente que tenemos que informaros previamente de los horarios de salida/puesta del sol. Con estos datos en la mano, cuando vayamos al sitio para realizar nuestra toma debemos hacerlo siempre con una cierta antelación que nos permita estudiar el lugar con tiempo para decidir bien dónde vamos a plantar la cámara.
Prever posibles problemas
En la elección del sitio no es sólo importante que haya una buena perspectiva sino también hay que pensar que, dado que vamos a captar elementos en movimiento, podría ser que algo obstaculice nuestra vista durante el transcurso de la captura. Un buen ejemplo es si hacemos una toma a pie de calle en una plaza con la idea de captar el paso de los coches y la gente y, de pronto, un autobús aparca justo delante tapando el tiro de cámara (por el motivo que sea) y, lógicamente, arruinando nuestro trabajo.
En este sentido, hay que intentar prever todos los posibles problemas que pudieran surgir durante la toma y evitarlos a priori, normalmente eligiendo un lugar elevado con una vista amplia donde sea difícil que aparezcan elementos que puedan bloquear la imagen. Por otro lado, también sería recomendable evitar sitios turísticos muy conocidos por dos razones. Una porque lo más probable es que te encuentres con demasiada gente que te estorbe (o incluso que estén haciendo lo que tú y te roben el mejor sitio); por otro lado, seguramente ya se han hecho más de un (y más de dos) timelapse en ese sitio, y es muy posible que sean mejores que el tuyo.
Componiendo la imagen
Ya decidido el sitio, llega la hora de componer la imagen, algo que debemos realizar cuidadosamente teniendo en cuenta que buscamos captar algo que va a tener movimiento pero cuidando cada detalle del plano como si estuviéramos hablando de una foto fija. Así, todas las reglas de composición y los muchos consejos que os hemos venido ofreciendo desde hace años son válidos para lograr una composición atractiva.
Los ajustes básicos para la toma
La exposición
Pasamos ya a hablar de cómo se deben establecer los ajustes para la captura de imágenes, un punto sin duda fundamental. Como imaginarás, lo mejor es desechar los ajustes automáticos, tanto de enfoque como de exposición, aunque esto va a depender del tipo de toma que realicemos. Para exponer, lo más recomendable es poner la cámara en modo manual y decidir los ajustes de velocidad y diafragma más adecuados a nuestro propósito para evitar que cambios en la luminosidad de la imagen echen a perder el resultado.
Sin embargo, esto sólo valdría si en la escena no van a haber variaciones de luz significativas. Si por el contrario nuestra intención es captar, como decíamos, un amanecer/ atardecer, es evidente que no podemos tener los mismos valores de exposición durante toda la toma. Para este caso es recomendable elegir el modo de prioridad a la apertura y dejar que la cámara se encargue de la velocidad de acuerdo a la luz reinante en cada momento, pero siempre usando el mismo valor de diafragma lo que hará que la profundidad de campo se mantenga invariable durante todo el metraje.
Modo de medición
En cuanto al modo de medición, lo ideal es fijarlo en puntual decidiendo el elemento concreto que queramos que aparezca correctamente expuesto, aunque si es un paisaje amplio podría servirnos usar el modo matricial, pero siempre es mejor tener un mayor control del lugar donde se mide la luz.
Enfoque
Por lo que toca al enfoque, sin duda usar el AF podría ser un desastre y provocar que hubiera cambios durante el vídeo que lo estropearan. Por ello queda claro que esta es una de esas situaciones en las que lo mejor es recurrir al enfoque manual y ajustarlo en el punto que deseemos. Como muchas veces nuestro tema va a ser abierto, es recomendable recurrir a la distancia hiperfocal para asegurarnos de que el elemento de mayor interés permanezca correctamente enfocado y no varíe lo más mínimo durante toda la toma de imágenes.
¿RAW o JPEG?
Respecto al formato de imagen, hay una evidente controversia entre usar el formato RAW o el JPEG. Es cierto que siempre recomendamos utilizar el formato en crudo ya que es el que nos asegura la mejor calidad de las fotografías, pero aquí nos atrevemos a decir que tampoco es mala idea recurrir al JPEG. Ciertamente con el RAW tendremos muchas más posibilidades de procesar las imágenes a posteriori, si es que esto es necesario, pero también es verdad que en este caso la calidad no es tan determinante dado que la resolución del formato de vídeo Full HD es de sólo 1920 x 1080 píxeles, y que incluso la del 4K es relativamente modesta (3840 x 2160).
Luego está el tema de la cantidad de fotografías necesarias para realizar un timelapse que puede hacernos decantarnos por el mucho menos exigente JPEG. Por ejemplo, si queremos realizar un timelapse que vaya a durar bastante es posible que si elegimos el formato RAW no tengamos suficiente con una sola tarjeta de memoria. Así, ante la necesidad de tener que cambiar de tarjeta en medio de la toma de imágenes seguramente sería mejor recurrir al formato comprimido. En cualquier caso, aquí no nos vamos a mojar y dejamos en vuestras manos la elección de uno y otro formato (eso sí, JPEG de la mejor calidad aunque el tamaño no hace falta que sea el mayor) teniendo en cuenta los pros y contras que os hemos contado.
Eligiendo el intervalo adecuado
Hemos dejado aparte, por su importancia, el tema de cómo decidir cuál va a ser el intervalo en la toma de fotos y la forma de calcular, en base a ello, cuál será la duración del vídeo final.
Decidir el intervalo entre disparos es crucial ya que va a determinar el nivel de detalle con el que se va a captar la evolución de lo que pase ante la cámara y con ello la velocidad del vídeo final. Así, la elección, que suele estar entre los cinco y los treinta segundos de intervalo dependerá del motivo a captar, ya que lógicamente no es lo mismo tratar de captar el movimiento de las nubes en un paisaje que a personas moviéndose por la calle.
Mientras que el intervalo entre tomas en el primer caso debe ser amplio (alrededor de los 30 segundos, salvo que el viento las esté moviendo muy rápidamente) para que pueda captarse movimiento, en el segundo caso es obvio que debe ser menor (de cinco segundos o incluso menos) porque si no habría saltos en la imagen (gente que aparece y desaparece por arte de magia) que resultarían extraños.
Si el motivo tiene una mezcla de elementos, como por ejemplo si queremos captar un atardecer de una ciudad llena de gente y tráfico, tendremos que decantarnos por una velocidad u otra en función de la importancia que le demos a un elemento u otro. Pero, como norma general, y sobre todo para iniciarse en la disciplina, nosotros os recomendaríamos no mezclar elementos que puedan complicar el resultado final.
Definido el intervalo entre disparos y teniendo en cuenta que en según el estándar del sistema PAL europeo un vídeo está compuesto por 25 imágenes por segundo (aunque puede variar bastante), tenemos que dividir el tiempo total durante el cual hemos realizado la toma entre el intervalo para obtener el número de disparos que hemos hecho. Si este dato lo dividimos entre el número de imágenes por segundo necesarias para el vídeo (en principio 25), tendremos como resultado la duración total del vídeo final.
Un ejemplo para que lo veáis más claro. Hacemos un timelapse con un intervalo de 10 segundos entre cada foto y mantenemos la cámara disparando un total de una hora, osea 3.600 segundos. Esto nos daría como resultado un total de 360 fotos que, divididas entre 25 fps, nos dan un vídeo de 14,40 segundos. El cálculo puede ser lioso en principio pero no es complicado y da una buena idea de que para hacer un timelapse se requiere bastante tiempo.
Con esta idea clara, a la hora de realizar nuestro timelapse podemos calcular cuánto tiempo vamos a necesitar que esté la cámara haciendo fotos. Pero si el tema elegido es variable y no sabemos cuánto va a durar realmente (volvemos al ejemplo del atardecer/ amanecer) es más recomendable no poner una cantidad determinada en el intervalómetro (seleccionando cero o infinito en el número de fotogramas a realizar) y decidir sobre la marcha cuándo parar el proceso.
Montaje y postproducción
Con todo lo anterior ya tendríamos en nuestro poder las imágenes que van a componer nuestro timelapse y habríamos llegado al proceso de montaje de las fotos. En el listado inicial hemos obviado decir que otra cosa se necesita es tener un software que permita montar el vídeo a posteriori. Y aunque lo suyo en principio es utilizar una herramienta de edición de vídeo más o menos profesional (como Adobe Premiere o Sony Vegas), también es posible utilizar una que seguramente ya tienes como es Lightroom.
Paso recomendable por Lightroom
La gran ventaja de Lightroom es que podemos retocar la imagen inicial del timelapse para ajustar los valores de exposición, contraste, color, etc que consideremos adecuados y posteriormente sincronizarlos de manera muy sencilla con el resto de las imágenes que van a componer el vídeo.
Una vez realizado, es el momento de crear el vídeo lo cual se puede hacer directamente en este programa a través del modo Proyección (podéis encontrar un montón de tutoriales en YouTube) o bien recurriendo a una aplicación de edición de vídeo, por ejemplo como la que os mostramos en la guía de la que hablamos al principio del artículo en donde hay un vídeo explicativo.
Formato de imagen y fps
Por lo demás, decir que es recomendable elegir el formato de imagen 16:9 y saber que en este paso siempre se puede jugar con la velocidad que tendrá el vídeo final, a través de la selección de un número concreto de frames por segundo (que como decíamos en principio es 25 pero se puede variar). Piensa que un minuto mostrando un paisaje que apenas varía puede hacerse eterno para el espectador y que en apenas 20 segundos un anuncio de televisión es capaz de contar una historia completa (Moraleja: sé breve).
El toque final: una música adecuada
Por último, no te olvides de elegir una música adecuada. Piensa que ésta tiene gran importancia en el resultado final, y que un vídeo puede ganar muchísimo con una música adecuada. Eso sí, te recomendaríamos no abusar de la temática épica tan habitual en este tipo de vídeos. Es mejor ser algo menos ambicioso y más original y, sobre todo, tratar de buscar algo adecuado a lo que intenta transmitir tu timelapse.
Por cierto, cuidado con que la música no tenga derechos de autor, algo crucial si piensas subirlo a una página como YouTube. Por cierto que, como último consejo, hay que decir que la peor calidad de imagen de este portal y el hecho de que haya tantísimos vídeos de muchos tipos en esta plataforma desaconseja su uso para los timelapses. En este caso te recomendamos que utilices Vimeo, donde la calidad es mejor y hay toda una comunidad de gente dedicada a realizar vídeos timelapse que seguro te ayudará a aprender.
Como siempre, esperemos que estos consejos para iniciarse en el mundo del timelapse os sean útiles así como os hayan gustado los vídeos que hemos ido intercalando para ofreceros ejemplos de lo que se puede llega a conseguir con este tipo de trabajos.
En Xataka Foto | Timelapse View+, ¿el intervalómetro definitivo para hacer un timelapse?
Foto de portada | Cinetics
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