Si tienes la suerte de tener en tus manos una nueva cámara, ya sea porque te la han traído los Reyes Magos, porque es tu cumpleaños o porque por fin has ahorrado lo suficiente para hacerte con ese “objeto de deseo” (tal vez tras un largo periodo de búsqueda), quizá estés impaciente por sacarla de la caja y lanzarte a hacer fotos con ella. Pero cuidado porque, antes de nada, quizá deberías hacer una serie de tareas previas para asegurarte de que vas a estar cómodo y la vas a sacar todo el partido.
Esto será especialmente importante si se trata de tu primera cámara “en condiciones”, situación en la que te vendrá de perlas algunos consejos para empezar con buen pie y no perder tiempo. Y si tu caso es diferente, ya tienes experiencia y ésta no es tu primera cámara, también te interesa saber algunas cosas para que rápidamente te amoldes al nuevo modelo.
Sea cual sea tu caso, éstas son las primeras siete cosas que deberías hacer con tu nueva cámara:
Léete el manual
Sí, sé que te parecerá obvio, pero no nos cansaremos de recomendar que os leáis el manual de instrucciones, aunque seamos conscientes de que muchos os saltaréis este consejo. Entendemos que a veces os puede la impaciencia, también que casi todos los manuales comienzan igual, con lo más básico, lo que hace que tardes mucho en “entrar en materia” y acaben aburriendo a cualquiera. Sin embargo se puede aprender mucho, especialmente si se trata de un modelo muy diferente al que has usado hasta ahora.
Leyendo el manual podrás empezar más rápidamente a usarla, descubrir algunas opciones que ni siquiera sabías que existían o aprender a personalizarla de forma que sea más fácil la utilización de ciertas características. Incluso aunque tengas mucha experiencia te aseguro que te puedes sorprender leyendo el manual.
Para que la lectura sea más amena te recomendamos que lo hagas con la cámara al lado para ir probando algunas de las funciones que incluye, algo especialmente recomendable para entender algunas nuevas que pueda tener el modelo y a las que no estés acostumbrado. Además, te recomendamos encarecidamente que te descargues el manual de la cámara en formato PDF (si es que no te viene ya de esa forma) porque con el tiempo es posible que lo pierdas (de vista o materialmente) y así podrás recurrir a él rápidamente en caso de duda.
Bucea en la configuración
Si te lees atentamente el manual ya habrás empezado con ello pero, en cualquier caso, ésta sí que es una tarea inexcusable que debes realizar con cualquier cámara que cojas por primera vez. Navega por todos los menús de la cámara, fíjate en cada una de las opciones para saber qué significan (a veces te hará falta tener al lado el manual), mira cómo se utilizan las cosas que sueles emplear cuando haces fotos (cómo cambiar el balance de blancos o el nivel ISO) y ajusta los parámetros a tu gusto.
Modifica los ajustes según tus preferencias, elige el tipo de formato de imagen que suelas utilizar (nosotros te recomendamos siempre disparar en RAW, pero hacerlo en RAW+JPG es también interesante), decide cuál va a ser el modo de enfoque por defecto, elige el modo de medición de la luz, ajusta las funciones de los botones de acceso directo y las dioptrías del visor (si es que tiene)…
Por supuesto, es muy posible que todo esto luego lo cambies según vayas usando la cámara, pero en principio si ya tienes experiencia lo ideal es que migres los antiguos ajustes de tu anterior modelo al nuevo. En el caso de que seas novato estudia cómo utilizar la nueva cámara pero no te agobies con el cambio de ajustes. Conforme vayas adquiriendo conocimientos y experiencia seguro que aprenderás a usar las diferentes opciones y que querrás modificar los parámetros de configuración.
Actualización, registro, seguro…
Como sabes, en los modelos más recientes no es difícil que el fabricante publique con cierta frecuencia nuevos firmwares que actualizan algunas funciones de la cámara o corrigen errores. Así que el siguiente paso sería comprobar cuál es el software interno que lleva tu cámara (en principio será el 1.0) y buscar posibles actualizaciones.
Y ya que estás en Internet, considera registrar tu producto en la web del fabricante, lo que normalmente te ayudará a gestionar la garantía y estar al día de posibles novedades (y además puede darte acceso a diversas ofertas y promociones). Llegados a este punto también te puede interesar (si no lo tienes ya porque lo has hecho en la compra) suscribir algún tipo de seguro de protección por si la cámara se te cae o le ocurre algo. Puede que te cueste asumir el dinero extra, pero si tienes un problema seguro que lo agradecerás.
Relacionado con lo anterior, por si surgen otro tipo de problemas, también es aconsejable apuntar el número de serie de la cámara y los objetivos en un lugar seguro (lo recomendable es guardarlo en más de un sitio). Gracias a ello tendrás muchas más posibilidades de recuperarlo si lo pierdes o sufres un robo.
Busca una bolsa adecuada
Este consejo variará mucho dependiendo de tu bagaje y del equipo previo que ya tengas pero, en cualquier caso, la cuestión es que tienes que hacerte con una bolsa o mochila adecuada para transportar el equipo fotográfico con seguridad, protegido de los golpes, del polvo, el agua, etc. Si ya tienes una bolsa previa con la que te encuentras a gusto seguramente podrás adaptarla para la nueva cámara, aunque, ya que estrenas cámara quizá también te apetezca estrenar una nueva bolsa o mochila.
En el caso de que seas novato tendrás que buscar un modelo adecuado a tu nuevo equipo y al uso que le quieras dar. Hay miles de opciones así que piensa bien lo que quieres y ten en cuenta las muchas variables que pueden influir al elegir un modelo u otro (estética, protección, comodidad, funcionalidad...).
Por cierto, otro pequeño consejo es que guardes en la mochila las bolsitas antihumedad que suelen venir en las cajas de las cámaras y objetivos. Como sabrás, el equipo fotográfico es muy sensible a la humedad y estas bolsas te ayudarán a absorberla y tenerlo a salvo de los hongos. Además, también es recomendable que te hagas (si no lo tienes ya) con un pequeño kit de limpieza para utilizarlo cuando sea necesario (tener el equipo en condiciones es importante).
Consigue una batería y tarjeta de repuesto
Si ya tienes cierta experiencia a lo mejor has experimentado la terrible sensación de quedarte sin batería o sin memoria en medio de una sesión de fotos. Ya puede estar nueva la batería o ser muy grande la tarjeta que esto le puede pasar a cualquiera. Por eso, al comprarse una nueva cámara hay que asegurarse, lo antes posible, de contar con repuestos de estos dos elementos imprescindibles en cualquier mochila.
Al ser una cámara nueva quizá necesites algo de experiencia de uso para calcular cuanto van a ocupar las fotos, y con ello cuál es la cantidad de tarjetas que vas a necesitar. Pero, como hemos dicho muchas veces, nosotros te recomendamos comprar varias memorias de “poca” capacidad que una sola muy grande, porque ésta podría estropearse (es raro pero pasa) y dejarte tirado.
En cuanto a la batería lo mismo, hasta que no lleves un tiempo no te harás una idea más o menos exacta de cuánto te puede aguantar, pero contar con un respaldo de energía siempre es recomendable. Y si tu nueva cámara tira mucho de pantalla (como muchas compactas, sin espejo y otras) será simplemente imprescindible.
Considera comprar otros accesorios
Lo anterior serían dos básicos pero, por supuesto, hay muchos otros accesorios interesantes para tu nueva cámara. Por ejemplo un filtro UV para proteger el objetivo en caso de golpe (ya sabes, antes de que se rompa la óptica mejor que lo haga el filtro), aunque es algo que tiene sus detractores y sus defensores. Personalmente a nosotros nos parece buena idea siempre que compremos un filtro de calidad que no haga perder nitidez al objetivo en cuestión.
Además, según el tipo de fotografía que quieras realizar tal vez te interese comprar algunos otros filtros como un polarizador o una filtro de densidad neutra. Otro accesorio importante es el trípode, algo que evidentemente dependerá de lo que vayas a hacer con la cámara y el tipo de fotografía que desees practicar.
Si ya tienes equipo previo es posible que puedas “esquivar” la compra de estos accesorios, aunque puede que haya algunos (como los filtros) que no te sirvan y tengas que renovarlos. Y también puede que quieres considerar la compra de algún otro tipo de accesorio. Hay muchos más, de muchos tipos y para diferentes funciones (disparadores remotos, fundas de todo tipo, adaptadores de objetivos…) así que estudia bien qué compras y si le vas a dar realmente uso.
Disfruta de tu nueva cámara
Con esto hemos acabado y sólo nos queda una última recomendación: ¡Sal y haz muchas fotos! Disfruta de tu nuevo equipo, aprende a utilizarlo de la mejor manera y a sacarle partido. Ah y recuerda también que la fotografía supone un aprendizaje continuo y que también es buen consejo “empaparse” de imágenes (no es mala idea crear una carpeta donde ir guardando las fotos que nos gusten) para usarlas como inspiración.
Como siempre, acabamos apelando a vuestra experiencia al respecto para completar el artículo. ¿Se os ocurren más cosas que deberías hacer cuando estrenas cámara? ¿Vosotros hacéis algo especial?
En Xataka Foto | Nueve errores comunes que se pueden cometer a la hora de elegir una nueva cámara
Foto de portada | Evan
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