¿Quieres mejorar tus fotografías? Ya sea por una causa u otra, y a pesar de que creas saber todo lo necesario para que tus fotos sean más que correctas, es posible que te encuentres algo desanimado al ver tus fotografías y no encuentres el porqué. Por eso, vamos a repasar una serie de cosas de las que no se suele hablar y que pueden ayudarte a llevar tu práctica fotográfica a un nivel superior.
Antes de empezar aclaremos que este artículo no está dirigido a fotógrafos novatos sino, como ya hemos sugerido en la introducción, a usuarios con cierta experiencia, que ya dominan los secretos de la técnica y composición fotográfica. Si no es el caso, te recomendamos este artículo sobre errores de principiante
1. La casualidad no es tan casual
Según la RAE, la "serendipia" es el "hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual". Pues bien, eso pocas veces ocurre en fotografía; de hecho, una de las habilidades más importantes, pero también difícil de asimilar, es saber quedarnos quietos y esperar a que llegue la foto.
Suele ser mucho mejor buscar una ubicación interesante y esperar a que llegue ese "momento perfecto" que estar deambulando en busca de la foto, lo que normalmente sólo hará que perdamos el tiempo sin resultado. Piensa que encontrarte en el lugar exacto y en el momento adecuado, mirando en la dirección correcta y con la cámara preparada y lista es algo poco probable.
Los fotógrafos de vida salvaje son unos maestros en esto; se esconden en un hide, cerca de una madriguera o un nido de pájaros, y esperan pacientemente a que aparezcan los animales. Deambular por el bosque sólo serviría para asustarles y hacer que se escondan. Aunque esto se puede aplicar a otros géneros fotográficos, por ejemplo la fotografía callejera. Para esta disciplina es un buen consejo buscar un sitio atractivo, mézclarse con el entorno y esperar a que suceda algo o que pase por allí algún sujeto interesante.
2. La planificación es clave
Planificar bien una toma es una forma de aumentar las posibilidades de obtener la fotografía que buscamos. Un buen ejemplo son esas tomas de la luna o el sol saliendo o poniéndose por detrás de un lugar interesante que difícilmente son fruto de la casualidad y sí de un arduo trabajo de planificación.
Un buen ejemplo es la foto 'The Omega Sun' que os enseñamos el año pasado y que requirió una perfecta planificación por parte de Toni Sendra que incluía la sincronización con el capitán del barco que aparece en la foto.
Puede que ésto ya sea un nivel muy alto, pero (aunque parezca una tontería) para capturar una puesta o salida del sol hay que por dónde va a aparecer (u ocultarse) el Astro Rey; y para hacer cualquier tipo de fotografía al aire libre es importante tener en cuenta el tiempo que va a hacer en el sitio. Incluso para hacer un retrato al aire libre deberíamos tener en cuenta con antelación con qué fondo lo queremos y si en el momento que tenemos previsto realizarlo tenemos el sol a contraluz o a favor nuestro.
Por eso, quizá nuestras fotos no estén siendo lo esperado porque nos hemos olvidado de la importancia de planificar lo que queremos hacer y tener en cuenta cosas como de dónde va a provenir la luz, si va a haber viento, si en el escenario hay elementos que distraigan, etc.
3. Trata de anticiparte al momento
El gran Henri Cartier-Bresson lo denominó el “momento decisivo” y aunque seríamos muy presuntuosos si quisiéramos compararnos al maestro, hay que intentar anticiparnos al instante en que va a suceder algo que merece la pena inmortalizar.
Esto se consigue se crea mediante una combinación de planificación y espontaneidad, además de tratar de conocer al sujeto en cuestión y su posible actitud. Por ejemplo, los fotógrafos de vida silvestre estudian el comportamiento de las criaturas que quieren fotografiar para saber qué pueden hacer en un momento dado. Con los humanos la cosa es más complicada pero, por ejemplo, sabemos que un niño puede tener una reacciones mucho más nerviosas que un anciano, y eso hay que tenerlo en cuenta.
4. Estudia y mejora tus habilidades
Una vez has realizado las tomas previstas, puede ser útil dejarlas "madurar" unos días antes de revisarlas. Eso nos permitirá una mayor objetividad sobre lo obtenido para realizar una mejor análisis. Será el momento de preguntarnos qué es lo que nos gusta de las fotos obtenidas y qué es lo que no. Qué es lo que no salió tan bien como esperábamos y si deberíamos haber elegido otros valores de exposición.
También es momento de cuestionarnos si la composición está a la altura, si elegimos el sitio y la luz correcta, si el tema era lo suficientemente convincente o si estábamos lo suficientemente cerca.
Se trata de intentar saber qué hicimos mal pero también qué hicimos bien. En base a esto podemos intentar repetir las tomas, mejorando lo que consideremos, y repitiendo lo que funcionó; y también podemos repetirlo con un sujeto y en una situación distinta. Así hasta que lo perfeccionemos.
5. Libérate de lo innecesario
A veces el proceso de tener que preparar todo el equipo para una salida es algo que puede desanimarnos a hacerla; en estos casos nada como preparar un equipo justo y salir simplemente a disfrutar. Basta con coger una cámara equipada con un objetivo sencillo, asegurarnos de que la batería está cargada y que hay sitio en las tarjetas de memoria. Con eso ya podemos salir y empezar a hacer fotos sin más.
Igualmente, en el momento de hacer las tomas podemos dejar la cámara en modo automático (total o parcialmente) para concentrarnos sólo en hacer la foto. Nada de estar pensando en distracciones o en tener que pensar demasiado la configuración que vamos a usar.
6. Guarda la cámara
Sería lo anterior llevado al extremo: guardar la cámara y olvidarnos de pensar como fotógrafos. O, mejor dicho, mirar el mundo con todo el interés y asombro que pueden llegar a despertar sus maravillas para, más adelante, ser capaces de resgitrarlas con nuestra cámara. Y es que es evidente que a veces los fotógrafos nos obesionamos con capturarlo todo y nos olvidamos de ver las cosas con nuestros propios ojos.
Si esto se junta con algo de hastio en nuestra práctica fotográfica un buen consejo puede ser dejar de hacer fotos por una temporada. Dedicarnos a observar y disfrutar el mundo y no distraernos con la cámara. Eso no significa que si, tras una atenta observación, vemos algo que nos gustaría inmortalizar no podamos ir después a por la cámara y hacer la foto.
Igualmente, si hay alguna toma o técnica fotográfica que se nos resiste, puede ser una buena medida tomarnos un descanso y tratar de retomarlo al cabo de un tiempo. ¿No os parece?