Cuando hacemos un reportaje fotográfico o videográfico hay algo muchísimo más importante que el modelo de la cámara, los objetivos y los accesorios: la tarjeta de memoria. Son la pieza clave sobre la que se sustenta la cámara porque sin ella no podemos hacer nada y si se corrompe debemos empezar de nuevo. Sin embargo, ¿sabemos por qué se corrompen las tarjetas de memoria?
Existen diversas causas por las que una tarjeta de memoria puede corromperse, y entre esas causas encontramos algunas que nos implican a nosotros, los fotógrafos, y otras que implican al propio diseño de las tarjetas de memoria.
Cuidados físicos de la tarjeta
En primer lugar debemos tener en cuenta los cuidados físicos de la tarjeta, es decir, aquellos que tienen que ver con la inserción y extracción de la tarjeta en la cámara, los lectores que usemos
para transferir nuestras fotografías y la manipulación física de la tarjeta.
Las tarjetas son increíblemente resistentes al frío y al calor. Son capaces de trabajar a un rango de temperatura tan amplio, que si la tarjeta se sobrecalentase deberíamos preocuparnos más por el recubrimiento plástico que por la memoria en sí. Aunque no se anuncian como tal, muchas son incluso waterproof debido a su diseño estanco, llegando a sobrevivir y funcionar incluso después de ocho meses dentro de un cocodrilo.
Los equipos electrónicos son sensibles a las descargas electrostáticas, y esto podría suponer un riesgo para nuestras tarjetas al manipularlas. Especialmente en invierno, nuestro cuerpo se carga con facilidad de electricidad electrostática y al tocar o tan siquiera acercar los dedos a los pines dorados, podríamos dañarla.
Fallos en firmware o durante la gestión de archivos
Los fallos físicos son los menos probables y los que menos riesgo representan. Sin embargo, cuando hablamos de los fallos ocurridos
durante la gestión de archivos o de errores del firmware de la tarjeta de memoria, estamos hablando de otro nivel.
Normalmente, los fallos en relación a la gestión de archivos pueden deberse a la expulsión física de la tarjeta, interrumpiendo la transferencia de archivos, el clásico 'arrancón' de una tarjeta o una memoria USB. También pueden darse casos de corrupción si sacamos la tarjeta sin apagar la cámara ya que el equipo podría estar realizando alguna operación con los archivos.
Respaldar siempre nuestras fotografías
El diseño de las tarjetas de memoria está realizado para realizar tareas de escritura y borrado, sin embargo, las tarjetas tienen un incierto número de ciclos que pueden realizar, después de los cuales deja de funcionar. Debido a que es inevitable que tarde o temprano estos equipos fallen, lo más sensato es realizar un respaldo de nuestros archivos. Para ello, podemos emplear otras tarjetas de memoria u otros dispositivos de almacenamiento que no empleemos con demasiada frecuencia (por ejemplo, un pendrive que usemos a diario) para evitar errores.
Foto | Yoppy, Bengt Nyman
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