A la hora de imprimir una imagen los fotógrafos que empiezan pueden tener varios problemas para conseguir una buena copia. Hay que tener en cuenta varios parámetros para ver en el papel lo que has preparado en la pantalla. Hoy vamos a ver los pasos que debemos dar para conseguir que nuestras fotos luzcan perfectas en el papel.
Los tiempos cambian y cada vez es más difícil encontrar a gente dispuesta a imprimir sus fotografías. Antes era uno de los pasos fundamentales para poder enseñar tu trabajo. Pero hoy todo se ve en la pantalla de los dispositivos electrónicos. Pero en verdad os digo que si quereis disfrutar de verdad de una fotografía lo mejor es imprimirla.
Este paso puede parecer muy sencillo. Descargo el archivo en la tienda y listo. O mejor aún, conecto la impresora en casa y ya. Pero si sois un poco exigentes con el color, cambiáis de tamaño o queréis utilizar un tipo distinto de papel, os interesará leer este artículo a fondo para entender los pasos básicos.
Cómo imprimir una fotografía en papel
Como siempre hemos dicho la mejor opción para evitar complicaciones es imprimir nuestras fotografías en un buen laboratorio. Pero si queremos hacerlo en casa o solo tenemos acceso a una tienda donde impriman todo tipo de documentos no quedará más remedio que leer estos pasos para lograr un buen resultado.
Hacer siempre una copia del original
Tenemos que acostumbrarnos a guardar una copia de la fotografía final después de haberla revelado. Será la copia máster, la definitiva. Y a partir de ella haremos todas las copias para las redes sociales o para imprimir.
Este original nunca se toca y jamás se enfoca para evitar pérdidas de calidad si cambiamos su tamaño y nos vemos obligados a enfocar de nuevo.
Cambiar el tamaño
No es una buena idea cambiar el tamaño del documento si no sabemos hacerlo correctamente. Hay varias técnicas pero en las últimas versiones de los programas de revelado la calidad de la interpolación ha subido varios enteros.
Por ejemplo en Adobe Photoshop es interesante trabajar con objetos inteligentes, ir al menú Imagen>Tamaño de imagen y escoger Conservar detalles 2.0 si no vamos a ampliar en exceso. Cuánta más calidad tenga el archivo, mejor quedará, desde luego.
Ajustar la resolución
Es uno de los pasos más importantes para imprimir. Y muchos fotógrafos siguen confundiendo la resolución con el cambio de tamaño. La resolución solo afecta cuando vamos a imprimir el archivo. No es necesario tocarla si no pasamos a papel la fotografía.
Es tan fácil como desmarcar la casilla Remuestrear en Adobe Photoshop y poner la resolución que nos den en la tienda... pero si no queremos preguntar recomendamos poner entre 200-300 píxeles/pulgada.
No debe cambiar el peso de la fotografía, porque no quitamos ni ponemos píxeles, tan solo los redistribuimos.
Vigilar la gestión del color
Es un tema peliagudo, por decirlo finamente. De la gestión del color depende todo. Si no lo hacemos bien, o en la tienda no atienden a estas cosas, conseguiremos que esos rojos tan intensos se vean morados y que los amarillos parezcan otra cosa.
Si no queremos complicaciones y no estamos muy seguros de la forma de trabajar de la tienda o de nuestra impresora, lo más recomendable es ir a Edición>Convertir en perfil y elegir sRGB, el espacio de color con el que casi siempre trabajan las máquinas automáticas.
Enfocar la imagen
En realidad debería decirse aumentar la acutancia, pero se ha extendido hablar del enfoque. Es otro tema complejo. Mi consejo es que no enfoqueis la imagen si no estáis seguros de cómo hacerlo. Hay mil técnicas distintas y todas pueden estropear el resultado final.
Si entregáis el archivo en una tienda que trabaja con máquinas automáticas, casi seguro que tienen una acción propia para enfocar todo lo que les llega. Y dar enfoque a una fotografía ya enfocada es muy mala idea... En este caso todo depende de la tienda.
Estos son los pasos básicos que siempre tenemos que vigilar a la hora de imprimir una fotografía. Algunos incluirían el formato, por ejemplo, pero considero que esto depende más bien de la hora del revelado y que a la hora de imprimir ya debería estar más que decidido.
Así que como veis no es tan fácil como enviar a la tienda y listo. Una buena impresiòn es uno de los tesoros más grandes que puede tener un fotógrafo entre las manos. Y estos son los pasos imprescindibles que siempre debemos vigilar.