Si eres fotógrafo, especialmente si eres profesional o has ejercido como tal en alguna ocasión, es más que probable que hayas tenido que escuchar algunas cosas que no te hicieron mucha gracia. Frases que se dicen por parte de quien tiene poca (o ninguna) idea de fotografía y que pueden ser molestas pero no hay más remedio que soportar con estoicismo.
Tienen que ver con un cierto menosprecio a la profesión, pero también con las manías de fotógrafo, las cosas raras que solemos hacer, que muchas veces implica que nos vean como seres extraños, con unas cámaras normalmente enormes que, piensan, hacen las fotos solas y, encima, tenemos un “arma mágica” llamada Photoshop que lo puede casi todo...
Pero no, sólo somos fotógrafos, amamos este arte y no nos gusta que nos digan lo siguiente:
¡Qué camara tan chula, seguro que hace grandes fotos!
Comenzamos con uno de los tópicos más repetidos, que seguro que todos hemos escuchado alguna vez (aunque no seamos profesionales) si tenemos una cámara “medianamente aparente”. Un mito, el de que una buena cámara hace buenas fotos, que es totalmente erróneo.
¿Un buen horno hace un rico asado por sí solo? ¿Unas buenas tijeras aseguran un buen corte de pelo? Pues eso, una buena cámara sólo lo será si tiene un buen fotógrafo detrás. Así que si escuchamos eso de un cliente podemos preguntarle por su profesión y si las herramientas que usa serían capaces de garantizar, por sí solas, que su trabajo iba a salir bien.
¿Te importa traer tu cámara y hacer algunas fotos?
Otro tópico muy habitual, “ya que eres fotógrafo, podrías traerte la cámara mañana para hacer algunas fotos de mi evento que no te cuesta nada”. ¿Podríamos? Claro ¿Queremos? No necesariamente. Puede que si la persona es muy cercana le hagamos el favor (ofreciéndoselo como nuestro regalo, por ejemplo) pero eso de hacer unas fotos “ya que vienes”...
Ser fotógrafo es una profesión, y por tanto no podemos regalar nuestro tiempo ni dinero (tenemos gastos e impuestos que pagar). Por tanto, como en el caso anterior podríamos responder dándole la vuelta al asunto y preguntando al interlocutor si le parecería bien que le invitaran a una boda y le hicieran cocinar, “ya que es cocinero”, por poner un ejemplo. Como todo el mundo, si nos invitan a un evento (boda, comunión, bautizo, fiesta…) también tenemos derecho a disfrutarlo sin estar trabajando.
Esto luego lo cambias con Photoshop, ¿verdad?
Otro tópico de lo más habitual, que atribuye propiedades prácticamente ilimitadas al conocido programa de retoque fotográfico. Es cierto que con Adobe Photoshop se pueden hacer cosas increíbles, pero no todo es posible, y además hay cosas que requieren mucho tiempo y conocimientos, algo que los clientes en general no suelen considerar (en parte, es cierto, porque no son conscientes del tiempo que puede llevar un retoque complicado).
Sucede lo mismo, siguiendo los ejemplos anteriores, que con el tiempo que puede tener detrás ese delicioso plato que nos han puesto en un restaurante de lujo. Por tanto, nuestra respuesta debería ser hacerle entender que el retoque fotográfico consume mucho tiempo, y que no podemos perderlo en cosas sin importancia o, en el peor de los casos, en algo que quizá estaría bien si hubieran seguido nuestras indicaciones al pie de la letra.
¿Me puedes enviar todas las fotos?
Una cuestión habitual esta vez ya sí estrictamente asociada a los fotógrafos profesionales, que tras una sesión de fotos reciben la petición por parte del cliente de que les envíe todas las fotos, ya sea en JPEG o, incluso, en formato RAW. Algo a lo que deberíamos negarnos de plano, y entregar solo las fotos acabadas.
Nuestro trabajo debe entenderse como un todo, un producto terminado que nos representa. Por ello, no nos interesa que haya fotos inacabadas que puedan asociarse con nuestro nombre. Más si encima las quieren en bruto, con lo que eso podría suponer si pretenden editarlas por su cuenta... Por eso, siguiendo el símil gastronómico, podemos alegar que darles las fotos en RAW sería como si en un restaurante les entregaran todos los ingredientes de un plato antes de elaborarlo ¿no es eso lo que querrán, verdad?
¿Puedes virar toda la imagen en blanco y negro menos esto?
Se denomina desaturado selectivo, y aunque puede ser una técnica muy vistosa, forma parte de esos retoques efectistas que deberíamos evitar en la medida de lo posible y negarnos a ello.
Podemos alegar que nos contrataron por nuestro estilo personal, que si nos dejan trabajar seguro que les encantará el resultado… Si insisten podemos decirle que si lo hacemos la imagen no tendrá nada que ver con el resto, y que a la larga se arrepentirán… Pero si no hay manera, quizá haya que ceder (ojo, con una sola foto) para intentar sacarles del error.
Tengo una buena cámara, ¿me harías un descuento por usar la mía?
No es algo muy habitual, pero seguro que a alguno le ha pasado que le han ofrecido usar su propia cámara como medio para que un reportaje les salga más barato. Parece una broma, pero puede pasar, por lo que deberíamos estar preparados y negarnos de plano.
Como decíamos al principio a colación del aspecto y/o tamaño de nuestra cámara, lo que un cliente compra es un servicio que incluye nuestro estilo y habilidades que acabarán plasmadas en unas buenas fotografías, no una cámara más o menos buena.
He visto esto en Instagram, ¿podemos hacerlo?
Puede resultarnos molesto, porque básicamente es posible que nos estén pidiendo que dejemos a un lado nuestra visión creativa para copiar lo que hacen otros, que encima probablemente sea una tendencia de las redes sociales (que, encima, quizá no nos guste nada de nada).
Sin embargo, tenemos que ser flexibles en la medida de lo posible, dejándoles claro que no podemos hacer ciertas cosas (por ejemplo algunas que necesiten de enormes recursos) y convenciéndoles de que podemos hacerlo aún mejor. Por supuesto también podemos ceder e incorporar alguna de las ideas en las imágenes, haciendo que sientan estar participando del proceso creativo.
¿Te importa si también hago yo algunas fotos?
Esto es muy habitual sobre todo en eventos sociales, donde todo el mundo quiere capturar con su móvil lo que ocurre o aparece algún fotógrafo aficionado que puede estorbarnos. Por eso debemos dejar claro a nuestros clientes que necesitamos trabajar con libertad (y prioridad), y que en ciertos momentos no podemos parar el proceso para que nadie más haga fotos.
Hay que tener en cuenta que en las ceremonias el tiempo suele estar limitado y que tiene unas fases marcadas muy claras. Les podemos recordar que más tarde, en el banquete, seguramente tendrán tiempo para hacerse todas las fotos que quieran con todo el mundo y, si se trata de una boda, sugerirles la posibilidad de hacer una unpluged, es decir sin móviles.
¿Cuántos megapíxeles tiene tu cámara? Mi teléfono tiene...
Terminamos con un tópico que pueden escuchar tanto profesionales como aficionados, y que es posible que se repita bastante ahora que el móvil Xiaomi con un sensor de 108 Mpixeles de Samsung ya está en el mercado.
Como fotógrafos, sabemos que las cámaras son mejores que los móviles y siempre lo serán pero ¿cómo explicarlo a un profano? Si nos apetece podemos intentar contarle que los píxeles de su móvil no tienen mucho que ver con los de nuestra cámara pero ¿merece la pena?
En definitiva, hay diversas cuestiones que probablemente seguiremos escuchando, sobre todo si somos profesionales, y quizá sigan molestándonos. Por eso debemos ser firmes en nuestra respuesta, pensar que está en la naturaleza humana subestimar la complejidad de las cosas que no se conocen y tratar de no tomárnoslo a pecho, ¿no os parece? ¿Hay alguna otra cosa que suelas escuchar y te moleste especialmente?
Ver 10 comentarios