Algunas veces he tenido la sensación que el acto de fotografiar puede ser algo “medicinal”. Me explico, cuando estamos tristes o agobiados el hecho de realizar aquello que te gusta te relaja en tanto que disfrutas haciéndolo, y es eso mismo lo que me pasa con la fotografía. Por tanto, podría decir que es una manera de meditar, de encontrar tu yo interior, de estar más próximo a lo que nos rodea.
Buscando este pensamiento por internet me encontré con un concepto interesante que, en cierto modo, podría explicar la idea que he comentado. El concepto es conocido como fotografía contemplativa o Miksang, que en tibetano significa “buen ojo”. Basado en las enseñanzas Shambhala del maestro de meditación, artista y profesor budista Chögyam Trungpa Rimpoche, nos intenta enseñar a observar en lugar de ver, de sincronizar la vista y la mente para descubrir la belleza de lo sencillo y apreciar todo lo que nos rodea dejando de un lado las ideas preconcebidas.
Puede parecer extraña la técnica de la fotografía contemplativa, e incluso un poco pretenciosa, pero en Japón es muy común combinar la meditación con las acciones cotidianas, así que no es de extrañar que surjan estos movimientos. Si lo pensamos detenidamente vemos que el Miksang es una buena manera de fotografiar durante esas épocas de poca inspiración o creatividad, es otra forma de educar nuestro ojo fotográfico. Y nunca está de más conocerla.
Vía | foto36 Más información | Miksang | Grupo en flickr
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