Como en todas las áreas de la fotografía, la iluminación juega también un papel importantísimo en la macrofotografía. No sólo se trata de aportar la suficiente luz para que el motivo salga bien expuesto, también tenemos que saber aplicar diferentes focos e intensidades para crear volumen y sacar las texturas de lo que estemos fotografiando, así se trate de un insecto o una piedra.
Tenemos que pensar en iluminar como si estuviésemos trabajando en un estudio pero a pequeña escala y con la particularidad de que normalmente usaremos diafragmas bastante cerrados y/o necesitaremos velocidades de obturación muy cortas, con el inconveniente que esto implica a la hora de iluminar correctamente una escena.
Hay muchas configuraciones y trucos para conseguir la iluminación adecuada en macrofotografía y mi recomendación es que hagáis diferentes pruebas con lo que se os ocurra y os quedéis con lo que mejor resultados dé. Evidentemente hay elementos que son básicos, pero es una disciplina que también deja mucho campo abierto a la improvisación. Vamos a ver unas ideas básicas.
Iluminación para macrofotografía de estudio
Quizás sea la más fácil ya que no requiere andar con prisas y podremos tomarnos todo el tiempo que queramos para practicar con diferentes tipos de luz, posiciones, intensidades, incluso podremos improvisar con filtros de colores y todo lo que se nos ocurra.
Dependiendo del tipo de objeto que vayamos a fotografiar, tendremos que escoger también el tipo de iluminación más adecuado. Os dejo unas ideas:
- Un par de lamparitas de led de alta intensidad son una opción muy interesante, ya que nos proporcionan luz continua, no se calientan demasiado y además podemos acoplarle todo tipo de accesorios con un mínimo esfuerzo "bricolajero". Al usar dos o más lámparas podremos
jugar con los brillos y las sombras del objeto, proporcionando diferentes volúmenes a la fotografía y realzando las texturas. Sólo tendremos que tener cuidado con el balance de blancos, ya que algunas de estas luces suelen dar tonos azulados. * Si vamos a fotografiar pequeños objetos y queremos obtener ese acabado como de catálogo, deberemos usar un pequeño "softbox", bien comprarlo o hacerlo nosotros mismos con unas láminas de papel o tela, no es difícil y se obtienen unos resultados muy buenos. Aquí podemos iluminar con luces fijas, aunque los mejores resultados se obtienen con un flash rebotado contra las paredes del sofbox. * También podemos hacer prácticas con nuestro equipo habitual de campo, así tendremos mayor control con él cuando no nos quede más remedio que trabajar con prisas.
Iluminación en el campo
Cuando trabajamos en el campo lo más adecuado es utilizar luz natural. En unas condiciones ideales de trabajo: uso de trípode y disparador, ausencia de viento, modelos inmóviles, no tendríamos ningún problema para iluminar con luz natural y exponer correctamente nuestras tomas, pero esas condiciones ideales raras veces se dan, por lo que nos obligará a combinar varias técnicas y usar algunos trucos en función de las características específicas de cada situación.
Como siempre será nuestra propia experiencia la que nos vaya dirigiendo en uno u otro camino, pero hay una serie de recomendaciones básicas que podemos adoptar como punto de partida:
- Trabajando a primeras horas de la mañana contaremos con una luz excelente y a esas horas los insectos suelen estar poco activos. Además antes de la salida del sol es poco probable que haya brisa. Luz suave, modelos inmóviles y ausencia de viento nos van a permitir montar el trípode y hacer exposiciones largas sin necesidad de otra luz de ayuda.
- Un flash utilizado como fuente de luz adicional, puede ayudarnos a suavizar sombras y rellenar zonas oscuras, además nos dará un punto de luz extra que nos ayudará a subir la velocidad y cerrar el diafragma.
- Podemos utilizar pequeños reflectores fabricados con cartulinas blancas o de colores claros e incluso aluminizados, para dirigir luces a zonas oscuras. Los sujetaremos al suelo o a las ramas con pinzas pequeñas, palitos o brazos articulados. Siempre teniendo cuidado de no dañar el entorno.
- Si el sol es muy fuerte tendremos muchos problemas de contraluces y brillos fuertes en algunos insectos. Para evitarlo podemos utilizar una pequeña sombrilla de tela translúcida y clara o improvisar un difusor con una simple hoja de papel blanco.
esta fotografía tomada a ISO:3200 hubiera sido impensable hace tan solo unos pocos meses. Con una luz muy pobre pero aprovechando que no hacía viento, se pudo utilizar un trípode y valores adecuados para conseguir suficiente profundidad de campo, f:7.1, y una velocidad justa para evitar el movimiento del insecto, t:1/125.
Afortunadamente la tecnología va avanzando a nuestro favor. Los últimos modelos de cámaras réflex lanzados al mercado tienen unos niveles de ruido bastante moderados a ISOs altos, lo que nos permite trabajar con un poco más de margen en condiciones desfavorables de luz.
El flash en macrofotografía
En muchas ocasiones se hará imprescindible el uso del flash, bien porque las condiciones de iluminación sean muy pobres o por estar trabajando con insectos inquietos o ligera brisa que nos obligará a disparar a la mínima velocidad de obturación que permita nuestra cámara. En fotografía convencional el uso del flash requiere de bastante práctica para utilizarlo con soltura, y en macrofotografía ocurre de la misma forma, con el agravante de que las distancias de trabajo son mucho más pequeñas. Además tenemos muchos tipos diferentes de flash con los que, según el modelo y la forma, tendremos que trabajar de distinto modo. Otra vez me repito, lo mejor es practicar, pero eso no impide que demos unos mínimos consejos para trabajar con flash en el campo:
- En ocasiones determinadas la luz es tan escasa que necesitaremos una linterna de ayuda para poder enfocar con precisión.
- Lo ideal es utilizar un flash macro de dos lámparas independientes, pero son bastante caros por que podemos optar por utilizar el flash incorporado de la cámara con algún difusor, como los que os recomendábamos en este artículo, o un flash externo separado de la cámara.
- Usemos el modelo que usemos intentaremos bajar la dureza de la luz utilizando algún tipo de difusor.
- El flash debe notarse lo menos posible, si las condiciones lo permiten bajaremos la intensidad al mínimo para reducir sus efectos.
- El uso del flash como luz principal suele oscurecer los fondos, si tenemos oportunidad podemos optar por trabajar con una segunda unidad de flash sincronizada con la primera para iluminarlos.
- Una unidad de flash que permita sincronización a alta velocidad puede ayudarnos a tomar fotografías que de otro modo resultarían imposibles, como pueden ser las de insectos en vuelo.
Bueno, como habéis visto, la iluminación en macrofotografía es un mundo algo complejo, pero no debe amedrentarnos, la puesta en práctica de algunos de los consejos que os hemos dado unidos al sentido común y un poco de improvisación, puede darnos excelentes resultados. Como siempre os animo a que practiquéis y seáis críticos con vosotros mismos, es la mejor forma de aprender. Animo y a hacer fotos, que de eso se trata.
Fotos | Mario Ximénez
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