Esos locos bajitos, que no paran, se mueven, miran, tocan, chillan, juegan, se ríen y lloran. Esos locos bajitos, maravillosos, maravillosos de fotografíar , también.
En el vídeo que acompaña el texto podéis daros cuenta de algunos trucos y consejos a la hora de fotografiar niños. También os cuento cosas de mi expriencia personal. En mi caso, como padre, suelo tener bastantes fotos de mis hijos e incluso muchos amigos me piden fotos de sus hijos. Es una de las situaciones más difíciles a fotografiar por una razón: Son imprevisibles.
Y es que un niño, muchas veces no sabes cómo va a reaccionar ante un señor con un aparato mágico que le mira y le hace una foto. En mi experiencia, los niños quieren coger la cámara, ver la foto, e incluso algunos se atreven a darte consejos (muy buenos muchas veces, ojo) y, además, a los niños si no les gusta, no les gusta.
Consejos clave para fotografiar niños en una sesión
La lista de consejos imprescindibles a tener en cuenta sería la siguiente:
Planifica la sesión: Como cualquier otra sesión, ten un guión previsto de lo que vas a hacer. Y en el caso de los niños, mucho más, preveé todo lo que se ocurra. En el caso de un grupo numeroso, has de prever que hacen unos niños mientras fotografías a otros, por ejemplo. Si vas a realizarlo en una escuela o guardería, la complicidad con su tutor o profesor es imprescindible, pues es quien conoce bien a los niños y podrá, por ejemplo, realizar diferentes grupos para que vayas trabajando con ellos.
Ten paciencia: Es una de las claves. Uno no puede ser buen fotógrafo si no tiene paciencia, pero en el caso de los niños aún más. No van a hacer lo que queremos nosotros si no lo que ellos quieren, así que hay que ir con mucho tacto y saber llevarles, poco a poco, al terreno fotográfico.
Sé persistente: Insiste en buscar esa toma pero sin resultar demasiado pesado. Si no sale a la primera prueba otra cosa y retómala más tarde. Haz muchas tomas seguidas. Ponte a su nivel y muestra interés por sus cosas. Para cuando sea necesario y habla con ellos. ¿He dicho ya que son imprevisibles y que no paran quietos?
Tírate al suelo: Sí, ponte a su altura o incluso túmbate para algunas de las tomas. Esto hará que salgan mucho mejor las tomas y que, además, los niños te vean no tanto como un adulto sino como un igual.
Enséñales las fotos: Al igual que tratarías a una modelo profesional haz lo mismo con los niños. Ellos te lo agradecerán con una gran sonrisa, seguro. Ya sé que no le dejas tu cámara a nadie, pero no pasa nada si la tocan aunque la tengas bien sujeta. No te enfades en ningún caso por ello. Los niños tocan todo. No pasa nada, la pantalla la limpias cuando acabes. Además, les gusta verse en la pantalla. Seguro que a raíz de ello alguno te ofrece posar de forma diferente haciendo otra cosa.
Interactúa con ellos: Habla con ellos, ríe con ellos, cuéntales cosas. Recuerda que cuando miras a través del visor tú desapareces y ellos solamente ven ese objeto mágico, llamado cámara.
Sobórnales: Sí, he dicho bien. Sobórnales, al menos con mi hijo me funciona y eso que le tengo abrasado con tantas fotos. Además es diferente, mi hija con tres años es muy presumida y quiere hacerse fotos pero el mayor me pide siempre algo a cambio. Cuenta con los padres o los profesores para ese "pequeño" soborno.
Dispara también cuando no miren: Para un momento, retírate de la escena y dispara cuando se hayan olvidado de ti. Esto viene muy bien cuando se trata de grupo o niños, de forma individual, déjales descansar un poco y cuando no se lo esperen o estén haciendo otra cosa, aprovecha el momento.
Dispara muy, muy seguido, nunca es suficiente: No pierdas un detalle. También de esa forma, lograrás mejores fotos ya que entre varias seguidas, seguramente alguna estará mejor que la otra. Además puedes capturar alguna escena con movimiento, ciertamente interesante. Siempre te quedarás corto con el número de fotos.
No te distraigas: Pero cuidado con el estress, recuerda, lo hemos dicho, hay que tener paciencia. No pasa nada por reir con los niños, pero pendiente de lo que va ocurriendo. En mi opinión es mejor perder algún buen momento, reir con los niños e interactuar con ellos que por estar "demasiado" pendiente se estropee la sesión por el enfado de alguno de ellos. Y mucho cuidado con esto, en ese caso los tutores o los padres, son los más indicados para resolver esas situaciones.
Apóyate en cosas simples: Como sus coches, sus construcciones, una pelota, unas hojas, un papel, una piedra o cualquier otro objeto que tengas a alrededor. El sujetar algo en una mano, hace ganar seguridad ante la cámara, a cualquiera. A los niños también.
Usa las mínimas luces: aprovecha la luz principal de una ventana o usa un softbox grande como luz principal y olvídate de lo demás. Si cuentas con ayuda, podrás hacer que tu/s asistente/s esté/n pendiente/s del resto del equipo. No hay que preparar demasiado con los niños. Te sorprenderán.
Los niños se aburren rápidamente: si algo no les interesa así que la mejor manera de que funcione bien la sesión es planteárselo como un juego. Pero un juego no competitivo, que luego pasa lo que pasa. Juega, juega, juega.
Por último, e imprescindible el permiso: Cuenta con un permiso escrito y firmado de los padres y/o tutores de cada uno de los menores si no quieres tener problemas después. En España es imprescindible para publicar una fotografía de un menor en el medio que sea.
En resumen
Todo se resume en paciencia y juego. No eres tú quién hace la fotografía, la hacen ellos, ellos son los que te dejan hacer la foto, tenlo claro. No hay nada, según mi experiencia, que tratar de hacer una fotografía a un niño que no quiere. Eso sí después de la sesión, recuerda que te queda procesar las fotos, ánimo.
En Xataka Foto | Fotografía de bebés y niños: consejos, claves e ideas | Fotografía de niños
Vídeo | The Slanted Lens
Fotografía de portada | Alfonso Domínguez
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