Tras iniciar hace un par de semanas nuestro especial sobre fotografía de bodas, hablando de cuestiones generales y consejos previos, continuamos con la siguiente entrega metiéndonos ya “en faena”. Y empezamos con la preboda y la preceremonia, es decir dos fases previas al enlace en sí que serían la sesión realizada con los novios tiempo antes del enlace y las fotos de la pareja preparándose por separado el mismo día de la boda.
Como veis, en esta y las próximas entregas nos vamos a ocupar de las diferentes fases en las que se desarrolla normalmente una celebración de este tipo hablando de ellas de forma cronológica. Por cierto que os recordamos que estos artículos están dirigidos a ayudar a quien se enfrenta a su primer reportaje fotográfico de este tipo, ya sea porque quiere dedicarse a las bodas o porque un amigo o familiar le ha encargado el trabajo (y se siente capacitado para ello). Para ellos van los siguientes consejos y recomendaciones para superar el reto de ser fotógrafo de boda.
La sesión preboda
Tal y como os contábamos hace tiempo, las fotografías de boda no tienen porqué limitarse al “día B”, sino que pueden alargarse en el tiempo con sesiones pre y postboda que hacen que el reportaje sea mucho más interesante. En concreto, lo que se suele denominar preboda como tal es algo que sirve de gran ayuda para que la pareja protagonista y el fotógrafo puedan conocerse antes del gran día. Así, permite que se rompa el hielo entre ambas partes de forma que haya mayor confianza el día clave, que los novios se familiaricen con la forma de trabajar del fotógrafo y se puedan ensayar determinadas poses o tomas que luego se pueden repetir (o no) el día clave.
Este tipo de reportaje suele realizarse varios días antes del enlace, aunque puede ser mucho antes, y suele hacerse en un entorno mucho más relajado, sin las prisas y el agobio típico de los días de boda ni necesidad de un vestuario específico. Por supuesto también se puede elegir una temática o estilo concreto y que los novios se vistan de cierto modo (lleven determinados accesorios o incluyan a sus mascotas y/o hijos), pero en principio la idea es que los retratados se muestren de forma lo más natural posible, sin maquillaje excesivo y vestidos de forma que les ayude a sentirse cómodos y comportarse de forma espontánea.
La mejor combinación es ropa casual que no desentone con el sitio elegido para las fotos, y también es importante que ambos se pongan de acuerdo en el atuendo para no llevar cosas que resulten exageradamente diferentes. Conviene optar por la sencillez, de forma que ninguno de los dos lleve algo que sea demasiado llamativo o contraste en exceso con otros elementos de la foto, pudiendo así distraer la atención de lo realmente importante, los novios.
La mejor receta para las fotos de preboda es lograr que los novios se muestren espontáneos, para lo cual conviene recurrir a un lugar y un vestuario con el que se encuentren cómodos
La sesión debería ser algo divertido y, como fotógrafo, esta parte es muy interesante ya que te va a permitir desarrollar tu creatividad haciendo tomas originales sin las prisas típicas de las bodas. Para ello, es fundamental hablar con los novios para saber si tienen ideas al respecto, cuáles son sus gustos y aficiones comunes, si tienen algún lugar especial en el que les gustaría ser inmortalizados, o al menos si prefieren la ciudad, el campo, una playa, etc.
Elegir un lugar adecuado, ya sea por tu parte o por la suya, es importante, y la idea es tanto encontrar un escenario que resulte visualmente atractivo como un sitio en el que la pareja se sienta lo más cómoda posible. Por supuesto, también es importante ser capaz de “conectar” con los novios para lograr que se olviden de la cámara y se muestren relajados y lo más naturales posible. Así que trata de ponerte en su lugar, piensa en cómo se sentirán de emocionados y saca tu lado más encantador (sin olvidar que debes ser muy profesional, aunque sea tu primera boda).
Buscar ideas previamente
Tanto para el sitio como para el tipo de fotos a realizar, a la hora de hablar con los novios también es importante proponerles ideas sobre la sesión, de tal manera que ellos puedan elegir entre tus propuestas. Así, es conveniente que acudas cargado de ejemplos que mostrarles, ya sean fruto de tu imaginación y conocimientos o gracias a las muchas ideas que se pueden encontrar en páginas web y redes sociales como Pinterest, Instagram o Flickr. Como podéis ver, lo habitual es que las sesiones se desarrollen al aire libre, aunque por supuesto pueden hacerse en interiores (o en ambos).
Una vez decidido el sitio y el estilo, prepárate la sesión con antelación y ten en cuenta las condiciones de luminosidad que habrá en el lugar. Como en principio este reportaje se realiza sin prisas, podrás elegir un horario en el que la luz sea favorable (como el atardecer), aunque siempre pensando que es recomendable que los novios puedan acudir relajados, sin agobios porque tengan algún tipo de compromiso. Por eso es bueno hacerlo bastante antes de la boda, para evitar las prisas de ultima hora por culpa de los preparativos.
A la hora de realizar las fotos, piensa que no estás tratando con modelos profesionales que están acostumbrados a posar (ni falta que hace), así que busca la naturalidad, no exageres con las poses, ni trates de que los novios hagan cosas muy exageradas, quizá irreales. Aquí lo más importante suele ser la espontaneidad y conseguir las miradas de complicidad más naturales y las sonrisas más sinceras.
Por el contrario, si tenemos muy claro que queremos hacer unas fotos muy concretas tendrás que dirigirles pero siempre en un tono cordial, hablando mucho con ellos y tratando de bromear para lograr un buen ambiente. Se trata, en definitiva, de crear un entorno relajado y darles tiempo a los retratados de coger confianza para que las poses salgan de forma más natural.
Respecto al equipo a usar, en principio será el mismo que el día de la boda (te servirá para practicar) aunque las condiciones de luz sean diferentes, y sin olvidar el interesante papel que juega el flash de relleno utilizado en exteriores. Piensa también que podrás permitirte libertades que seguramente no podrás tomarte el día de la boda, así que puede ser un buen momento para hacer retratos con fondos totalmente desenfocados. Por lo demás, usa la ráfaga de la cámara (sin exagerar) para asegurarte de que captas el momento perfecto, sobre todo si en las fotos va a haber algún tipo de movimiento.
Si todo va bien, el resultado será unas fotografías que demuestren la complicidad de la pareja y que, según los casos, se pueden utilizar para las invitaciones de boda o, simplemente, quedarán como un bonito recuerdo para toda la vida.
Ideas para fotos de la preboda
Como os dijimos en la primera entrega, además de consejos y recomendaciones nos hemos propuesto incluir indicaciones sobre las fotos que no deberían faltar en el reportaje de boda (aunque por supuesto todo es cuestión de gustos). De modo que aquí van las de esta fase, aunque es evidente que por sus características este es el momento en el que la imaginación y la creatividad más se puede imponer, con lo que estos ejemplos son sólo orientaciones básicas.
- Una imagen en la que se muestre, de algún modo, la fecha de la boda
- La pareja besándose de forma tierna y/o apasionada
- La pareja riéndose relajadamente
- Los novios haciendo un corazón con las manos (según gustos)
- Uno de los novios cogiendo en brazos al otro (y al revés)
- Los novios mirándose amorosamente
- La pareja bromeando, haciendo algún gesto divertido o, directamente, haciendo el tonto
- Foto de las manos de los novios con el anillo de compromiso
- Un retrato de la pareja caminando juntos hacia la cámara
- Un retrato por detrás de la pareja alejándose juntos de la mano
- La pareja bailando abrazados
La preceremonia
Llegamos por fin al día clave, el de la boda, y aunque falta muy poco para que se celebre el enlace, el fotógrafo aún tiene un importante trabajo previo. Hablamos, claro está, de las típicas fotos de los novios preparándose para el gran momento. Imágenes que hemos denominado como preceremonia para diferenciarlas claramente de las antes descritas.
Por cierto que, como sabéis, hay muchos novios que no realizan el reportaje de preboda que hemos contado (cada vez menos), pero es muy raro que falten las fotos de ellos vistiéndose o preparándose en las horas previas. Esta fase además es importante para que (si no lo ha hecho ya) el fotógrafo pueda conocer a la familia más cercana de los novios de manera que pueda identificarlos rápidamente en el momento de la ceremonia, además de romper el hielo con los otros personajes del día.
La preceremonia es algo que, como bien sabéis, normalmente se realiza en dos lugares diferentes, generalmente la casa de solteros del novio y la novia (o bien de novio-novio o novia-novia) por lo que, como podéis imaginar, requiere de una preparación importante, o bien que entre en juego la figura del segundo fotógrafo, tal y como comentamos en el artículo previo.
Esto es así por varias razones: Porque es evidente que el profesional no puede estar en dos partes al mismo tiempo, porque las distancias entre ambos puntos pueden ser importantes, y porque el fotógrafo debe llegar al lugar del enlace con la antelación suficiente. Así, antes de que lleguen los nervios, el fotógrafo debería haber planeado bien cómo cubrir todos los puntos con el tiempo suficiente para hacer las fotos previas y llegar a tiempo a la ceremonia (un truco es hacer el reportaje del novio con mucha antelación, aunque éste tenga que volver a desvestirse después porque aún faltan unas horas para la boda).
En la fase previa de planificación ya deberíamos haber acordado con los novios el estilo de fotos a realizar, con ejemplos de ello, y además es importante haber visitado previamente los lugares en los que se van a desarrollar estas dos sesiones previas. La idea es poder valorar, con tranquilidad, cuál es el sitio más adecuado para las fotos. Uno de ellos, si es posible, debería ser la habitación de soltero/a del protagonista en cuestión, ya que es un lugar íntimo que puede aportar mucha información sobre el personaje y donde normalmente se sentirá a gusto.
Hay que evitar elementos molestos que puedan distraer en los fondos de las fotografías para lo cual hay que elegir bien el sitio y retirar posibles distracciones
En esta habitación quizá no es conveniente mover nada del “atrezzo” sino más bien aprovechar los elementos decorativos que haya para caracterizar sentimentalmente al modelo. Pero para el resto de estancias de la casa que se vayan a utilizar en las tomas sí que conviene retirar previamente cualquier cosa que pueda resultar molesta en el fondo de las imágenes y distraer de lo importante.
Evidentemente una casa no es un estudio así que es muy posible que haya muchos elementos decorativos que estorben o, simplemente, no peguen mucho con el estilo de fotos que buscamos, así que si es posible es mejor retirarlas (siempre pidiendo permiso). También es posible disimularlas a base de abrir diafragma para lograr grandes desenfoques, aunque esto es algo muy útil pero que deberíamos usar preferentemente con fines creativos.
Un poco de tranquilidad
Por otro lado, metidos en faena es recomendable que en el lugar en la que hagamos estas fotos no haya demasiada gente, para que los protagonistas estén lo más relajados que sea posible y disfruten de la sesión y de sus últimos momentos antes de dar el “sí quiero”. Como en la preboda, llevar estudiadas y planificadas las fotos a realizar es una buena idea que ayuda a evitar nervios y facilita el trabajo.
Esta fase puede ser complicada si empieza a llegar gente que nos moleste, así que debemos tenerla bien preparada para que todo se desarrolle de la forma más rápida posible
En esta fase no pueden faltar tanto los retratos de los novios como los detalles de su vestuario y complementos, además de instantes del proceso de peluquería, vestuario y maquillaje por parte de ambos (todo ello lo relacionamos a continuación en el apartado de ideas para las fotos). Y por supuesto el fotógrafo debería captar algunos momentos clave en las bodas convencionales como cuando abrochan los botones del vestido de la novia, cuando anudan la corbata del novio (si lleva), o el siempre importante encuentro de los novios con sus progenitores cuando ya están vestidos con el traje nupcial y preparados para “el gran momento”.
Aunque de nuevo es factible preparar ciertas tomas más sofisticadas (que habremos acordado previamente mostrando ejemplos), sobre todo para los retratos de los novios en solitario, para estas fotos volvemos a recomendar la naturalidad y la espontaneidad como la mejor receta. Hay que pensar que son los momentos previos al que seguramente es el día más importante en la vida de la pareja, y eso hará que sus emociones estén a flor de piel y esa emoción es la que debería reflejar el fotógrafo.
Aunque también deberemos fotografiar a los otros asistentes (los padrinos, los padres, la familia…) no olvides quiénes son los protagonistas y no pierdas demasiado tiempo con los retratos familiares (ya habrá tiempo para eso) ni abuses de los posados. Mejor decantarse por captar momentos puntuales tratando de reflejar complicidad entre los personajes que aparezcan en la foto. También es un buen momento para introducir a las mascotas de la familia o a los hijos de la pareja (si los tienen). Para captar todos estos instantes, utiliza preferentemente un teleobjetivo de manera que no tengas que estar demasiado encima de ellos.
Busca la originalidad y aprovecha los elementos que tengas a mano. Los espejos suelen dar mucho juego y los muebles pueden usarse como marcos en la composición de la imagen para aportar interés. Céntrate en los detalles (la invitación, anillos, pendientes, gemelos, zapatos, flores, fotos de los novios de pequeños…) y resáltalos jugando con la profundidad de campo y el desenfoque. Y, por último, no escatimes con las fotos y realiza varias tomas de cada momento para asegurarte los mejores resultados.
Ideas para fotos de la preceremonia
- Retratos varios de los novios, desde planos generales hasta primeros planos del rostro
- Alguna foto utilizando un objeto especial (un peluche, una foto de bebé…)
- Detalles del vestido de la novia y el novio (o de los novios o novias)
- Fotos de las joyas que van a llevar ambos
- Anillos de ambos contrayentes
- Foto de los vestidos nupciales antes de ponérselos
- La novia maquillándose y poniéndose los complementos
- El novio anudándose la corbata (o similar)
- La novia vistiéndose y alguien abrochándole los botones del vestido
- Los zapatos del novio y la novia
- Fotos del encuentro de los novios con su familia tras vestirse para la ocasión
- Imágenes con las mascotas o hijos (si es el caso)
- Retratos de los novios con la madrina/ padrino
- Fotos formales de los novios con las respectivas familias
Y con esto acabamos por hoy, esperando que os haya resultado interesante esta entrega de nuestra guía para iniciarse en la fotografía de bodas. Por supuesto os invitamos a comentar vuestras impresiones y os agradecemos especialmente si podéis aportar más ideas para añadir a las fotos imprescindibles en cada fase del reportaje.
En Xataka Foto | Guía completa para iniciarse en la fotografía de bodas (I): Preparativos y consejos previos, (III): La ceremonia nupcial y (y IV): La celebración y la postboda
Foto de portada | [o] Rolando Vejar
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