Regresamos en Xataka Foto con nuestro periplo fotográfico viajero. Si hace una semana comenzábamos con Instantáneas viajeras alrededor del Mundo, hoy partimos en busca de las gentes y rostros que nos encontramos en nuestras escapadas.
En ocasiones a medida que uno viaja más y más, comienza a tener cierta necesidad o una curiosa tendencia de acercarse más a las gentes de los lugares que visita, que a los monumentos que nos ofrece una ciudad o una región.
Soy de los que piensan que las personas, las gentes que conocemos en nuestros viajes son las que realmente enriquecen la experiencia. Ese intercambio mágico cultural que a veces se produce, en ocasiones a través simplemente de un gesto, de una sonrisa de una mirada complice, es motivo para que algunos viajes tenga un espacio especial en nuestro recuerdo.
Por ello recomiendo detenerse en nuestro ambular por una ciudad o un pueblo para intentar captar esos instántes, esos momentos que tan buenos recuerdos evocan en nosotros tras una aventura viajera.
Siempre se plantea uno la misma pregunta, ¿debo avisar a las personas que deseo fotografiar? Existen culturas donde no les agrada que les tomemos una fotografía, sin embargo en algunas regiones, por ejemplo de África, nos pedirán entusiasmados que les tomemos una foto.
La complicidad con el sujeto de la fotografía es imprescindible, si bien en ocasiones desde mi punto de vista es mucho mejor la sorpresa y la espontaneidad.
El caso de la fotografía anterior se percibe con claridad que los niños estaban entusiasmados con la idea de que se les hiciera una foto. Así que comencé a disparar sin avisarles. Puede resultar interesante en ocasiones, interrumpir la toma de fotos con un poco de conversación, las peronas se distraen y de este modo conseguimos imágenes menos posadas y más frescas.
En cualquier caso siempre debemos intentar respetar la intimidad de los lugareños y no violentarles. Particularmente cuando deseo realizar fotografías sin incomodar a nadie, sin duda la mejor herramienta es un buen tele objetivo o un potente zoom, armarse de paciencia y abrir bien los ojos.
Esta niña observa como sus amigos juegan en un poblado de la Amazonía Colombiana. A cierta distancia y sin interrumpir ni un momento su concentración, pude captar esta imágen.
En otras ocasiones y aunque estemos realizando la toma desde un punto cercano al personaje principal, si el acercamiento es con cautela y sin llamar mucho la atención podemos tomar fotografías desde diferentes perspectivas muy interesantes. De este modo podemos situarnos a pocos metros del sujeto.
Desde un travía en la ciudad polaca de Cracovia y estando atento al momento, pude captar esta imágen de varias personas esperando en una parada de autobus. A través del cristal y sin que percibieran mi presencia.
Una buena fotografía suele estar en el lugar menos esperado, lugares no transitados en muchas ocasiones por la rutas turísticas. Debemos intentar fusionarnos con el ambiente que nos rodea en ese justo momento, sentir la ciudad, el palpitar de la vida de las gentes, en definitiva, ser permeables a lo que nos rodea más allá de permancer como simples espectadores.
Quizás de este modo podamos ver más allá de lo aparente y así ser capaces de capturar esa imagen que después de los años nos recordará instante de unas vacaciones involvidables.
Imágenes | Víctor Alonso
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