Estas semanas de otoño, en la que el tiempo es muy variable y puede llover con mayor frecuencia, tenemos la posibilidad de acabar teniendo que hacer fotos bajo la lluvia o en un ambiente húmedo y deberíamos estar preparados para ello.
Por ello, aquí recogemos una serie de recomendaciones para fotografiar bajo la lluvia y/o en condiciones de alta humedad. Cosas que van desde las precauciones que deberías tener para proteger tanto tu equipo como a ti mismo, hasta consejos para sacar partido de una condiciones que, en principio, no parecen las más adecuadas para hacer fotos.
Sal preparado para todo
El lema de los boyscouts es perfectamente válido para los fotógrafos. Ir preparados por lo que pueda pasar, porque el tiempo puede cambiar rápidamente, es una excelente estrategia para esta época otoñal en la que, como decimos, la climatología es muy cambiante. Cuanto menos deberías llevar un chubasquero y alguna bolsa de plástico de esas con cierre tipo zip. Sobre el primero, ahora que tanto se ha popularizado el running es fácil encontrar en tiendas de deportes los denominados “cortavientos” para correr. Estos suelen llevar una capucha y pueden usarse perfectamente como chubasquero con la ventaja de que son extraordinariamente ligeros así que apenas abultarían en tu mochila.
En cuanto a la bolsa, ésta sí que apenas ocupa nada y en un momento dado puede servir para poder hacer fotos bajo la lluvia con la cámara dentro de ella. Aunque desde luego para esto seria mucho más adecuado usar una bolsa específica, pero si no la vas a utilizar apenas quizá no merezca la pena la inversión. Por cierto que en ese caso también puedes fabricarte una casera tal y como te contamos aquí o recurrir a remedios más “pintorescos”. Por otro lado, piensa que una simple bolsa con zip podría servirte para salvaguardar el equipo de la humedad en caso de que el agua penetre en tu bolsa fotográfica.
Protege bien el equipo
Lo anterior deberías tomarlo con una medida habitual para épocas de clima variable, pero si directamente tienes previsto hacer fotos en condiciones difíciles, ya sea lluvia, nieve, niebla o similar, deberías hacer una pequeña inversión en material específico para proteger tu equipo. Empezando por una bolsa o mochila impermeable, y ojo porque no todas lo son y una cosa es aguantar un poco de lluvia y otra ser totalmente impermeable. Por eso, si vas a salir, se prevé lluvia y tu bolsa no está totalmente preparada no está de más llevar una bolsa de plástico grande con la que cubrirla.
Si la vas a usar con cierta frecuencia, tampoco desdeñes comprar otra bolsa específica diseñada para introducir tu cámara y hacer fotos bajo la lluvia. Claro que también es posible que tengas una cámara sellada contra los elementos, en cuyo caso no tendrás problema en que se moje. Eso sí, ten en cuenta un par de cosas. La primera es que puede que la cámara sea resistente pero ¿lo son también los objetivos? Por supuesto que los hay, y últimamente cada vez son más frecuentes, pero es posible que el tuyo no lo sea y entonces que la cámara esté sellada te servirá de poco.
La otra cosa que tienes que tener en cuenta es que no es lo mismo resistente al agua que sumergible. Como sabrás, hay unos estándares que miden estas cosas pero lo que interesa saber es lo que te decimos: Que las cámaras que prometen estar selladas normalmente no tienen problemas si se mojan pero desde luego no están preparadas para sumergirlas en el agua. Seguramente por eso Sony siempre añade en la descripción de sus productos de fotografía un asterisco para indicar, en la letra pequeña, que no garantizan la resistencia al 100%.
Otros consejos para proteger tu equipo
Otros consejos interesantes para proteger el equipo podrían ser llevar bolsas de sílice junto al equipo (ya sabes, esas bolsitas que suelen venir con las cámaras y objetivos nuevos o en las cajas de zapatos nuevos) para que absorban la humedad, utilizar el parasol para proteger la lente, nunca cambiar de objetivos en ambiente húmedo y tener siempre a mano una bayeta de microfibra para ir limpiando la lente con cuidado si se moja con la lluvia.
Tampoco desdeñes al uso de un paraguas, aunque en este caso necesitarías contar con un ayudante que lo sostenga, y si llueve en exceso o tu cámara se está mojando demasiado trata de disparar desde lugares a cubierto o, incluso desde detrás de una ventana. Finalmente, cuando ya hayas acabado no pienses que todo ha terminado porque es el momento de un último paso, limpiar bien el equipo después de una sesión húmeda, una medida muy recomendable para mantenerlo como el primer día.
Saca a flote tu creatividad
Un vez que nos hemos asegurado de estar protegidos contra la lluvia, pasamos ya a la parte más creativa del asunto. Y lo primero que hay que reseñar es que, aunque puedas pensar que lloviendo no hay mucho que fotografiar, estás muy equivocado. La lluvia puede ser una excelente oportunidad de lograr imágenes diferentes y originales, sólo es cuestión de observar, abrir nuestra mente y tratar de buscar otro tipo de motivos y escenas.
Mira al suelo… y al cielo
Lo primero que suele llamar la atención es que el agua que se acumula en el suelo puede provocar interesantes reflejos a los que sacar mucho partido. Por ello, no te olvides de fijar tu mirada en el suelo porque este elemento puede convertirse incluso en protagonista de la imagen o, al menos, ser un añadido muy interesante.
Claro que no sólo debes mirar al suelo y sus reflejos, sino que tampoco deberías perder detalle del cielo que puede resultar espectacularmente dramático por efecto de las nubes que están volcando (o han volcado) el agua de lluvia.
Aprovecha elementos específicos
Además de los reflejos, el cielo y la lluvia en sí, hay un montón de elementos relacionados con el agua de lluvia de los que se puede sacar mucho partido: Los paraguas, las botas de agua, los riachuelos que se forman en las calles, las gotas acumuladas en ciertos elementos (como las hojas de los árboles)… Hay miles de cosas de las que sacar partido gracias a la lluvia y hay que aprovecharlas.
Piensa también que la lluvia puede provocar ciertos comportamientos en los humanos que no son frecuentes (esa niña que salta sobre los charcos, esa señora que se tapa con una bolsa de plástico…) y que pueden ser un buen motivo para lograr fotos originales. Igualmente, la lluvia suele asociarse normalmente con la melancolía de tal manera que los colores suelen aparecer más apagados. Por eso es un buen momento para añadir más dramatismo gracias al uso del blanco y negro o, por el contrario, de tratar de hacer resaltar algún color discordante que resalte en el entorno.
No guardes la cámara antes de tiempo
Ten en cuenta que después de la lluvia no se acaban las posibilidades fotográficas, sino que, muy al contrario, la magia continúa. Como ya sabrás, cuando deja de llover se dan las circunstancias para que se produzca un bonito arcoíris o es posible que las nubes dejen pasar unos rayos de sol que produzcan una bonita iluminación.
También puede ser el momento, ya sin tanto riesgo para el equipo, de hacer tomas de gotas de lluvia en las hojas de los árboles (no te olvides de las posibilidades de la macrofotografía) o de aprovechar los charcos que se han creado para lograr tomas originales de las calles de la ciudad.
En definitiva, los días lluviosos no tienen porqué ser aburridos y lejos de pensar en quedarnos en casa deberíamos plantearnos salir a la calle a aprovechar todas sus posibilidades fotográficas siguiendo estos consejos que os hemos dado. Sólo hace falta prepararse un poco, para cuidar el equipo del riesgo que supone el agua (no olvidemos que hablamos de un equipo electrónico), y lanzarse a hacer estupendas fotos que seguramente sólo podremos conseguir en estas condiciones.
Foto de portada | Elijah O'Donnell
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