Realizar una sesión con modelos, ya sean profesionales o no, es algo que sin duda puede suponer un reto para los fotógrafos que no estén acostumbrados. Por esta razón hemos dedicado al tema muchos artículos, incluso hemos hablado de los conflictos que a veces surgen entre fotógrafos y modelos. Pero como siempre es interesante tocar este tipo de temas vamos a ofreceros algunas claves de lo que se debe y no se debe hacer al dirigirles.
Estos consejos, por cierto, provienen de un artículo de FStoppers en el que una profesional especializada en fotografía de moda y que ha trabajado para numerosos medios de este ámbito, la fotógrafa polaca Anna Dabrowska, da una serie de recomendaciones para dirigir a los modelos que nos han parecido muy interesantes como para trasladároslas.
Según ella, es posible que uno tenga preparado todo a nivel de ubicación, diseño, iluminación, etc pero si no se consigue que el modelo tenga la expresión correcta en su rostro todo será en vano. Por eso, la misión del fotógrafo va mucho más allá de lo técnico y limitarse a pulsar el disparador; la misión del fotógrafo cuando se trabaja con modelos es también convertirse en director de actores, y para ello se puede actuar de distintas maneras.
Es posible que trates con modelos que ya tengan una gran experiencia y que apenas necesiten indicaciones sobre cómo moverse y actuar, porque conocen sus cuerpos y saben que pose es mejor para ellos y cómo lucir la ropa que llevan puesta. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones los modelos con los que trates necesitarán orientación sobre cómo comportarse, qué es lo que el fotógrafo espera de ellos y qué se quiere conseguir en la sesión de fotos. Esto, cuando se trabaja con modelos amateurs, es incluso más crucial.
Lo que puedes hacer
Adáptate a su personalidad
Del mismo modo que hay diferentes tipos de fotógrafos, también hay distintas clases de modelos, al fin y al cabo todos somos seres humanos. Puede que seas un fotógrafo muy activo, de los que llevan pilas de esas del conejito y nunca se cansan, o puede que seas un profesional tranquilo, de los que se toman las cosas con calma. Pues lo mismo pasa con los modelos, y el hecho de que sean de una u otra manera no les invalida como profesionales.
Por eso, lo primero que hay que hacer es tomarse el tiempo suficiente para hablar con ellos antes de la sesión con el propósito de conocerles, comprobar si tienen sentido del humor y, lo más importante, para transmitirles qué es lo que se quiere conseguir y porqué han sigo elegidos para ello. Algún elogio antes de empezar siempre es una buena idea para que se sientan halagados y especiales (y a nadie le amarga un dulce). Todo esto no debería llevarnos más diez minutos antes de sumergirnos en temas técnicos para asegurarnos de que la luz sea la perfecta para la sesión de fotos.
Cuida de ellos
Los modelos son personas con necesidades así que no les descuides: algo de comer y de beber, unas zapatillas cómodas y un albornoz limpio para cuando se estén vistiendo y cosas similares son muestras que agradan a cualquiera y que ellos agradecerán. Si notan que te preocupas por su bienestar, seguro que estarán más dispuestos a colaborar contigo para lograr tus propósitos.
Sintoniza con ellos
Cuando comience la sesión, llega el momento de intentar sintonizarte a la energía que demuestre el modelo en cuestión. Para Anna la idea de fotografiar a alguien es como bailar con esa persona. El fotógrafo es el líder y el/la modelo tiene que seguirle. Si el fotógrafo va demasiado rápido o demasiado lento es posible que el modelo no pueda seguirle o le adelante.
Si quieres hacer reír al modelo no hay mejor forma que comenzar por ti mismo. Si quieres que griten o se enfaden pide a todo tu equipo que grite a pleno pulmón. Si crees que necesita música para que se sienta más cómodo ponla, pero si el modelo se distrae quítala. Si el modelo es muy tímido, quizá sea el momento de pedir a tu equipo que os dejen solos y que no regresen hasta que empieces a hacer fotos y logres que se sientan más cómodos.
La fotógrafa cuenta cómo, cuando hace retratos de grupo, siempre localiza al típico chico/a tímido/a y procura coquetear con él o adular a ella por alguna cosa (por ejemplo diciéndole que le gustan sus pendientes). Y cómo si trabaja con una niña tímida y quiere que se suelte, se convierte en una payasa hasta conseguir que se relaje. Y si está trabajando con un modelo de mucha experiencia, de esas que se lo saben todo, les pregunta, en broma, si no pueden hacer algo más, como una forma de “picar” su autoestima como profesional.
Enséñales el resultado… O no
A veces, dependiendo del modelo en concreto (sobre todo los más novatos o inseguros), va bien mostrarles las poses que funcionan y las que no, porque cuando lo ven les suele encantar. Por eso es recomendable enseñarles las imágenes en la pantalla del ordenador, tras una breve edición si es necesario para asegurarse de que se van a ver bien. Incluso los modelos muy altos, guapos y flacos tienen problemas de autoestima. Eso sí, no abuses de esta práctica porque si no eres firme es posible que quieran mirar la pantalla después de cada disparo y eso no es bueno. Quítales esa idea de la cabeza y mételes la de que tienen que conectarse contigo, no con su imagen en la pantalla.
Debes pensar que tu modelo es tu compañero por un día, tu lienzo sobre el que deben volcar su expresividad porque en ella se basa el resultado final que obtendrás. Y piensa que, salvo en casos muy puntuales, si no consigues lo que querías no es culpa suya sino tuya, por no haber sabido escoger el modelo adecuado o por no haber sabido dirigirle. Por eso debes cuidar mucho vuestra relación y procurar conseguir una auténtica conexión con tu modelo.
Lo que no se debe hacer
No pienses que saben lo que quieres
Si no se lo has explicado antes, en un idioma que pueda entender (apuntilla la fotógrafa), ¿por qué crees que él o ella sabe qué es lo que quieres? ¿Acaso pueden leerte la mente?
No ignores sus necesidades
No puedes esperar que tus modelos se olviden del frío y del hambre. No es algo agradable para nadie y, recuerda, son personas como tú. Por eso debes ser sensible a sus necesidades físicas y compartir con ellos estas “penalidades”. Por ejemplo, si estás haciendo fotos en invierno y la ropa que llevan es de verano es muy posible que tengan frío, así que si “compartes tu dolor” y tú también te pones con una simple camiseta para demostrarles que les entiendes les tendrás ganados y conseguirás que den más de lo que harían en otras circunstancias.
Muéstrate seguro
Tampoco debes demostrar que no estás satisfecho con el resultado o que no sabes qué hacer. Si se da la circunstancia de que estás dudando de por qué el tinglado de luces que has montado no está dando los resultados esperados, es mejor que nadie se dé cuenta, porque si no tu modelo podría pensar dos cosas: que él no está haciendo las cosas bien o que tú eres un mal fotógrafo que no sabe lo que quiere, algo malo en ambos casos
Recuerda que tú eres quien manda y que si tú dudas, todos dudarán. Por eso, aunque estés enloqueciendo procura mantener la calma y la confianza en el set y escápate un momento al baño para desahogarte en la intimidad sin que nadie se entere.
Ojo con el contacto físico
No toques a los/las modelos sin antes pedirles permiso, algo especialmente importante si es del sexo opuesto al tuyo, sobre todo si tú eres fotógrafo y la modelo una mujer. A veces tratar de explicarles cómo poner las manos en una postura correcta es mucho más lento que cogérselas directamente, pero siempre deberías preguntar antes de tocar.
Otro consejo es no utilizar frases hechas un poco fuera de lugar. A menos que lo digas con un tono que denote claramente que estás bromeando para hacerles reír, frases como “hazle el amor a la cámara” han dejado de tener el menor sentido.
El consejo "definitivo"
La última recomendación que da Anna Dabrowska para el trato con modelos es muy curiosa: para entender a un modelo realmente, lo mejor es convertirse en uno de ellos, al menos por un día, incluso una hora. Según la fotógrafa, aunque le preguntes a mil modelos cómo se sienten y qué es lo que les gusta sólo poniéndote en su lugar les puedes llegar a entender.
Por eso, recomienda pedir a un amigo o colega fotógrafo que te haga una sesión o simplemente un retrato, quizás aprovechando para probar una cámara, objetivo o flash nuevo. Pídeselo y verás como al otro lado de la cámara las cosas se ven bajo un prisma diferente. Haciéndolo uno se da cuenta de cuánto tiempo los modelos se pasan esperando, ya sea cuando el fotógrafo está disparando o cuando está haciendo otras cosas, y como no es difícil que lleguen a aburrirse y que la espera influya en su estado de ánimo.
También verás como es posible que te sientas muy cohibido al comenzar y que, gracias a la dirección del fotógrafo, te sientas mucho mejor. Poniéndote en su lugar es muy posible que te des cuenta de que no es tan fácil ser modelo como pensabas y crecerá tu respeto por su profesión.
¿Y tú qué opinas? ¿Qué te parecen estos consejos? ¿Se te ocurre algo que aportar? Como siempre, os agradecemos vuestras aportaciones a través de los comentarios.
En Xataka Foto | Cómo posar las manos de los modelos para lograr buenos retratos
Foto de portada | Pixabay con licencia CCO