Cuando tenemos la oportunidad de viajar a una gran ciudad, gran parte de su esencia se encuentra en su arquitectura, y debemos capturarla para poder llevarnos parte para nuestros recuerdos. En la arquitectura, se puede integrar la escultura, o también si dicha ciudad posee una oferta cultural importante, es más que probable que tengamos alguna que otra estatua curiosa esperando nuestras fotos.
Ya sea al doblar una esquina en una callejuela de París, o viendo el British Museum de Londres, la escultura puede aparecer sorpresivamente ante nuestros ojos. ¿Como fotografiarla? Ahí radica tal vez la más complicada respuesta. Podemos mantenernos al margen y buscar una foto correcta, tal vez demasiado fría.
O tal vez podemos intentar darle un toque nuestro y buscar algo más allá, algo que te haga recordar el momento cada vez que vuelvas a ver la fotografía. Seguro que entre todos conseguimos darnos una serie de consejos con los que consigamos adquirir conocimientos a la hora de intentar realizar este tipo de fotografía.
Intenta añadirle un toque personal a la fotografía
Aquí evidentemente debemos poner nuestros límites, dentro del propio sentido común (aunque como yo, andes escaso de él) no podemos subirnos a horcajadas al David de Miguel Angel, más que nada porque seguramente conseguiremos pasar la noche en el calabozo y una más que ganada expulsión del país. Pero en la escultura callejera seguro que podremos añadirle un toque personal.
Colocar alguien a su lado imitando la pose de la escultura, buscan un encuadre imposible, acercándonos al máximo buscando captar un detalle en las manos. O tal vez simplemente buscando algo de su entorno que contribuya a darle un sentido del lugar donde se encontraba.
Como no, la luz, la eterna protagonista
Como casi siempre que vayamos a tirar una foto, la luz puede ser nuestro mayor aliado o nuestro peor enemigo. Estamos intentando captar los detalles de la escultura, buscar que esta se distinga en su totalidad, e incluso que la la luz incida de tal manera que podamos captar el relieve de la misma.
Para ello lo más aconsejable es que la luz nos incida de frente a la escultura e incluso que incida un poco ladeada, para ayudar en la perspectiva con sombras. Tal vez las mejores horas sean las primeras y las últimas horas del día. Rodea la escultura hasta que encuentres la mejor posición para la toma.
Pero también podemos buscar justo el efecto contrario, intentar que la luz nos incida desde atrás para conseguir una silueta completa de la escultura. Hay que pararse un poco ante la escultura e intentar adivinar que es lo más idóneo para la fotografía.
El fondo, que no nos estropee la fotografía
Y como no, estar atento al mínimo detalle, no dejemos que una escultura religiosa en el exterior de una catedral sea eclipsada por un fondo con una pintada obscena. Pero esto tampoco nos debe obsesionar, ya que gracias a la profundidad de campo podemos conseguir un bokeh ideal para intentar ocultar estas "imperfecciones".
Como siempre estas son unas meras ideas a vuelapluma, seguro que vosotros tenéis cientos que nos puedan ayudar a mejorar a la hora de enfrentarnos a este tipo de fotografía y conseguir resultados asombrosos.
Imágenes | Galería personal de Aitor Carbajo
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