Instagram es una interesante red social para la proyección de nuestro trabajo y crear una línea de seguidores que nos sirvan como punto de venta en un futuro. Sin embargo, las redes sociales son impredecibles y no tan seguras para confiar. ¿Podemos hacerlas crecer naturalmente?
Pero hay muchos gurús en internet con canales de YouTube, blogs, libros y podcasts. Viendo el material de muchos de ellos hemos recopilado algunas “reglas” de Instagram para aplicarlas en una cuenta y ver qué tan efectivas son para crear un crecimiento orgánico y cómo influye en su fidelidad con la cuenta.
A experimentar
Os hemos contado en ocasiones pasadas que esto de las redes sociales no es un tema para obsesionarse. También os hemos dado unos consejos de cómo hacer un buen uso de Instagram. Este experimento sigue esa ideas: no estar clavado en la plataforma, crear contenido que nos guste y sea útil para aprender o para portafolio y entender que las redes funcionan distinto con diferentes temas.
En este experimento reactivé una cuenta que había dejado de alimentar por más de un año. Esta cuenta fue alimentada durante cuatro años, sin publicaciones seguidas y sin una idea especial más que hacer fotos de legos cuando me animara a ello. Para el momento del experimento, la cuenta contaba con 283 seguidores y cada publicación con un promedio de 17 likes y un alcance promedio de 110 personas.
La primera regla de los expertos en Instagram es ‘Etiquetar bien’. Para ello hay que entender cuál es nuestro tema central y ver nuestra rama central en etiquetas que deben mantenerse constantes en nuestras publicaciones. Segundo, hay que mantener etiquetas personalizadas para la imagen, según su contenido o si está pensada por una ocasión.
Una herramienta muy útil para este proceso de etiquetar es Display Purposes, una página gratuita donde se coloca una etiqueta en el buscador y os darán un listado con etiquetas que están asociadas. También las podéis ver a modo de mapa de relevancia, lo que os permitirá elegir un puñado de etiquetas complementarias.
La siguiente regla que aplicamos fue ‘Constancia en publicación’. Los expertos dicen que entre más contenido publiquemos (en especial al comienzo) más seguidores tendremos. Una vez uno tenga una cuenta llena de contenido y con un nombre establecido podemos darnos el lujo de separar publicaciones. Dentro de los trucos que utilizan está el borrar imágenes viejas y volverlas a subir, haciendo parecer que el contenido está en constante producción y siempre fresco.
En el experimento traté de ser constante, pero hubo cuatro o cinco días en los que el trabajo, el sueño o las distracciones del día a día me hicieron no publicar nada. Sin embargo no parece haber afectado a la respuesta de la gente frente a mis publicaciones.
La regla número tres para conseguir un crecimiento natural está en optimizar las búsquedas de nuestro contenido: El texto alternativo. Antes os explicamos cómo utilizar y aprovechar esta herramienta, que no solo debemos aplicar en nuestras imágenes de Instagram, sino en todas nuestras redes sociales y página web principal.
La cuarta regla de los expertos es generar un contenido constante en estilo y producción. Es una idea que es efectiva a la hora de presentar un estilo fotográfico ante un cliente. Si uno genera un contenido similar, las personas a quienes les agrada ese estilo seguirán a la persona y compartirán nuestro contenido con personas que también gusten de ese estilo.
En este apartado noté mejoras, en especial por la constancia de seguidores diarios incluso en los días que no hice mucho. Además, comparado ante el popurrí de estilos y composiciones del inicio de la cuenta, se ve mucho más organizado y homogénea la parrilla.
La quinta y final regla en búsqueda del “crecimiento orgánico” fué ser un Bot ruso. Una de las reglas del crecimiento en redes parece ser que si seguimos a muchas personas, muchas de ellas nos seguirán de vuelta, generando un crecimiento en la popularidad búsquedas. Así iremos subiendo en el ranking.
Lo intenté los primeros dos días, pero me cansé de seguir gente. No podré confirmar nada de esta práctica de Instagram.
Casi un mes de ser socialmente activo
A día de esta publicación, el experimento está en 309 seguidores con un promedio de likes de 20 personas por publicación. El alcance promedio ha subido hacia las 200 personas.
Un crecimiento de 27 seguidores en menos de un mes es más alto y constante que lo que veo en mi cuenta principal, y en general en lo que fué la cuenta antes del experimento (283 seguidores en cuatro años). En la otra he conseguido 200 seguidores en un espacio de dos años (ocho seguidores al mes).
El ‘engagement’ (fidelidad de las personas con la cuenta) no tuvo mayor impacto respecto a lo que era y a cómo se comporta una cuenta más inactiva. Un promedio de 20 likes es más bajo respecto a los 30-35 que recibe mi cuenta principal. Esto nos indica que el contenido Lego no es tan relevante y cautivante como sí lo ha sido el de la cuenta principal. Además que los seguidores de la cuenta principal están más comprometidos con el contenido de ella.
A nivel de alcance, la optimización de búsqueda y las etiquetas se nota hicieron su trabajo. Subir casi un 100% de alcance respecto a como estaba es un gran progreso. También es un indicador de que, con el contenido correcto, podría optimizarse para crear un crecimiento de usuarios más alto. Este crecimiento de alcance también es llamativo ya que no ha sido pago, buscando optimizar los valores a un nivel orgánico.
Se puede ver que estas reglas de los gurús nos ayudan a un crecimiento orgánico lento y seguro. Pero habría que seguir probando durante unos meses y compararlo con un crecimiento pago para sacar conclusiones más fuertes sobre estas reglas de manejos de redes.
Vosotros, ¿qué reglas de las redes seguís en vuestras cuentas?