Como bien sabéis, continuamente estamos navegando por ahí, investigando y buscando cosas interesantes relacionadas con la fotografía. Y de vez en cuando encontramos trucos, métodos o ejercicios que pensamos merece la pena compartir con vosotros. Es el caso de este sencillo ejercicio que plantea Digital Photography School para mejorar nuestra fotografía en sólo un cuarto de hora.
No, evidentemente no se trata de correr y realizar un curso acelerado de sólo quince minutos, sino de todo lo contrario. Se trata de ser capaz de frenar la inercia habitual, practicar la fotografía de forma pausada y pensar bien en lo que vamos a captar antes de hacer la foto.
El primer paso, lógicamente, es coger la cámara, “cualquiera que sea la que tengas a mano” (por supuesto sirve un teléfono móvil) y dirigirnos al patio trasero de nuestra casa, si lo tenemos, o cualquier otro lugar tranquilo (como muy bien se dice, en realidad el lugar es casi lo de menos). El caso es que, una vez en el sitio, tenemos que sentarnos, preferiblemente en medio del lugar elegido.
Observando
Lo siguiente es esperar diez minutos simplemente sentados y sin hacer ninguna foto. Se trata simplemente de observar lo que está a nuestro alrededor, pero sin hacer fotos, sólo planificándolas.
Tenemos que intentar sumergirnos en el lugar, observar la luz y ver cómo influye en el entorno, y también prestar atención a lo que el entorno nos transmite. La idea es ser capaces de apreciar, durante ese tiempo, detalles que seguramente no hubiéramos notado si estuviésemos pendientes de la cámara y de sus ajustes.
Durante esta fase de “observación”, está permitido moverse por el lugar, verlo desde diferentes ángulos, pero sin utilizar la cámara aún. Como decíamos, mientras estamos sentados podemos empezar a pensar en la configuración de la foto que nos interese hacer, en los elementos que contiene y en cómo vamos a fotografiarlo:
- ¿Qué vamos a retratar?
- ¿Desde qué perspectiva lo vamos a hacer?
- ¿Cómo vamos a componer la imagen?
- ¿Qué ajustes podríamos usar para obtener diferentes resultados?
- ¿Cómo podemos transmitir la emoción de lo que vemos con una foto?
- ¿Podemos imaginar cómo quedarán las fotos en nuestra mente?
Disparando
Una vez que hemos pasado esos diez minutos observando el lugar y pensando en las fotos que podemos hacer, llega el momento de usar los cinco minutos restantes utilizando la cámara para hacer las tomas en las que hemos estado pensando.
“Me parece que esta proporción de observación, planificación y toma de fotos produce una mejora notable en las imágenes que hago —cuenta el autor— a diferencia de las veces que compito en una situación para lograr un disparo rápido o, peor aún, una ráfaga de fotos hechas sin realmente pensar mucho en lo que estoy haciendo, sólo con la esperanza de conseguir una toma buena”.
El responsable de esta idea es el australiano Darren Rowse (editor y fundador de Digital Photography School), quien está convencido de que dedicar el suficiente tiempo a la observación nos permite fijarnos en detalles que de otro modo seguramente no apreciaríamos. Y también hacer las fotos de una forma más creativa de lo que hubiéramos hecho de la manera “habitual”.
Darren lo ilustra con la foto del caracol que veis arriba tomada con su móvil en el patio trasero de su casa. Y cuenta que, normalmente, ni se habría dado cuenta de esta “compañía” que, sin embargo, debía acompañarle habitualmente en los ratos que pasaba sentado en su patio. “Mientras lo observaba comencé a pensar en cómo disparar. Me moví alrededor de él para observar cómo le daba la luz, pensar cuál sería el mejor fondo y donde ubicarme para la foto”.
Desde luego la idea de este ejercicio (que, por cierto, ya tiene su tiempo) no va más allá de algo de lo que hemos hablado muchas veces: La rapidez asociada a la fotografía digital y la conveniencia de hacer menos y fotos y pensar más las que hacemos. Pero, desde luego, el ejercicio es curioso y sin duda creemos que puede ayudarnos a mejorar nuestras fotos ¿no os parece?
Foto de portada | Ionut Coman Photographer
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