Hace algunos meses os mostramos una especie de método para convertirte en fotógrafo profesional en sólo 21 pasos, y también hemos hablado de otros aspectos como la importancia de diversificar o de los errores a evitar. Pues bien, en esta ocasión queremos seguir con el mismo tema pero desde otra perspectiva, hablando de las cualidades que deberías tener o potenciar para lograr vivir de la fotografía.
Por supuesto estaremos de acuerdo en que para conseguirlo hace falta algo más que tener una buena cámara y un buen equipo y saber utilizarlos. Trabajar como fotógrafo profesional requiere otros atributos que quizá ya tengamos o quizá no. Algunos puede que podamos solventarlos con un cursillo, pero otros puede que sólo se consigan de forma innata.
Sea como fuere, vamos a hacer un repaso a algunas de esas cualidades necesarias o deseables para llegar a trabajar como fotógrafo.
Conocimientos de fotografía
Vale, se supone que si estás leyendo esto ya los tienes, pero no podíamos dejar de decirlo porque es la base de todo lo demás. Y también porque hay que suponer que, además de contar con unos conocimientos consolidados de fotografía, también eres capaz de llevarlos a la práctica con solvencia y cierta rapidez, y que cuentas con algo de experiencia como fotógrafo aficionado.
Por otro lado, ten en cuenta también que el trabajo no acaba cuando has hecho la foto sino que hay todo un proceso posterior de revelado y edición digital. Así, incluso aunque no tengas intención de retocar mucho tus fotografías, necesitarás disponer de conocimientos avanzados de programas de edición como Lightroom o Photoshop y saber utilizarlos de forma resolutiva.
Creatividad y ganas de aprender
Esta cualidad también debería ser obvia y aceptada por cualquiera que quiera dedicarse a la foto profesional, pero no siempre ocurre así. Por supuesto no sólo hablamos de creatividad a la hora de componer una foto sino como un atributo en general que puedas aplicar a toda la actividad. Ten en cuenta que si trabajas como profesional trabajarás bajo presión y no tendrás mucho tiempo de pararte a pensar en lo que haces.
Así, debes ser capaz de tomar decisiones rápidas basadas en tus cualidades creativas y además deberás tener ganas de aprender, de arriesgar con nuevas ideas y de ampliar constantemente tus conocimientos. Y es que, como ya sabrás, la fotografía es un campo en el que nunca se deja de aprender, y es más que recomendable "estar al loro" para actualizarse de forma constante. Un requisito que se convertirá en casi imprescindible si das el paso al ámbito profesional.
Ambicioso y detallista
Probablemente ya lo sepas pero, si no, ya te lo contamos: La fotografía profesional es un ámbito altamente competitivo en el que tendrás que esforzarte constantemente y superar nuevos retos. Para ello, nada como un poco de ambición que te empuje a ser cada día un poco mejor, a exigirte un poco más y a tratar de destacar en tu campo o ofrecer productos a tus clientes que la competencia ni siquiera contemple.
Por otro lado, también interesa que seas una persona detallista, porque una buena parte del éxito en esta profesión es ser capaz de cuidar los pequeños detalles. Y hablamos tanto de los posibles detalles que aparezcan en las fotos como del trato con los clientes y sus peticiones. Porque otra habilidad que te vendrá muy bien será saber escuchar y comprender lo que quieren tus clientes.
Habilidad para el negocio
La fotografía es una disciplina mayoritariamente creativa, pero si quieres ser profesional difícilmente te vas a librar de los aspectos comerciales, financieros, contables, legales, de marketing... Es decir todo lo que conlleva un negocio. Podrías tratar de darle la espalda a esto haciéndolo recaer en otras personas, pero lo ideal es que lo desarrolles tú mismo si quieres llevar adelante tu carrera con éxito.
Empezando por establecerte de una forma legal, ya sea dándote de alta como autónomo o montando una empresa, y siguiendo por hacerte con un portfolio de trabajos que mostrar a los futuros clientes. Luego, evidentemente, no puedes esperar sentado a que te llegue el trabajo, así que debes darte a conocer para conseguir clientes y, al mismo tiempo, mantener al día tu negocio cumpliendo con las obligaciones legalmente establecidas.
Saber manejar el tiempo
Ya lo hemos adelantado, lo usual es que el fotógrafo trabaje bajo presión con tiempos marcados y, normalmente, bastante justos. Así las cosas, hay que aprender a trabajar en estas circunstancias y saber manejar el tiempo adecuadamente para que todo funcione como un reloj. Y al mismo tiempo, hay que saber tener paciencia para que el negocio comience a funcionar. Por supuesto, como decíamos antes, no se trata de sentarse a esperar que lleguen los clientes sino trabajar activamente para obtener los resultados, pero sin impacientarse cuando tardan en hacerlo. Un equilibrio difícil pero necesario.
Además, también es importante tener ciertas cualidades que nos ayudarán a manejar el día a día de nuestro negocio. Hablamos de saber establecer prioridades entre las distintas tareas que debamos llevar a cabo que, seguramente (y si todo va bien), serán muchas y variadas. En este sentido, lo ideal es aprender a distinguir entre lo urgente y lo importante.
Interés por las redes sociales
Hoy por hoy, nos guste o no, un fotógrafo tiene que moverse por las redes sociales ya que se han convertido en un gran escaparate para el negocio. Ciertamente es difícil abstraerse de ello, y son pocos los casos de fotógrafos que renuncian directamente a la visibilidad que puede brindar este medio casi sin barreras.
Eso sí, desde luego no deberíamos dedicar más tiempo a las redes para promocionar nuestras fotos que a tomar éstas. Así que el mejor consejo, como en tantas cosas, es hacerlo con moderación y buscar el equilibrio entre una cosa y otra, siempre pensando que los social media son solo un medio más de promoción de nuestro trabajo.
Don de gentes
Además de ser creativo y tener todos los atributos que te venimos contando, en el mundo de la fotografía es importante tener eso que llamamos don de gentes y que la RAE define como una “disposición peculiar de quien es muy sociable en el trato y tiene facilidad para atraer y persuadir a los demás”.
En el caso de la fotografía es una cualidad que nos puede llevar lejos, aunque no se trataría tanto de ser muy extrovertido y persuasivo sino de saber conectar con todo tipo de gente, ser agradable y amable en el trato con todo el mundo y saber comportarse en todas la situaciones a las que puedes llegar a enfrentarte como fotógrafo.
Así que ya sabes, si quieres convertirte en fotógrafo profesional deberás mirar si tienes todas estas habilidades que hemos comentado: conocimientos de fotografía y capacidad para aplicarlos, creatividad y ganas de aprender, ambición y cuidado por los detalles, habilidades para llevar un negocio, saber manejar tu tiempo y establecer prioridades, así como manejo de redes sociales y don de gentes.
¿Crees que los cumples? ¿Se te ocurren más cosas que te parezcan fundamentales? Como siempre, te agradecemos de antemano la participación vía comentarios.
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