Viaje al centro de la tierra de Nanillas
El ritmo consiste en la repetición rítmica de líneas y formas. Por lo general, dichas repecticiones producen una sensación agradable para el ojo humano.
El ritmo llama la atención por si mismo y puede ayudarnos a estructurar la imagen. De hecho, en algunos casos, el ritmo puede llegar a convertirse en el tema principal de la fotografía.
Memorial de Nanillas
No obstante, hay que utilizar el ritmo con moderación. El abuso del ritmo puede hacernos caer en la monotonía y aburrimiento.
Podemos resolver este problema podemos introducir un elemento que rompa la monotonía de la fotografía y aporte interés a nuestra imagen. El uso del ritmo como elemento secundario es muy recomendable y suele dar fantásticos resultados.
Rendez-vous Basel de Nanillas
Conseguir esa sensación de ritmo no es difícil. Es recomendable utilizar al menos tres motivos similares ya que con menos puede ser complicado. También es recomendable utilizar encuadres apaisados que permitan establecer ritmos horizontales y que permitan que el ojo se desplace de lado a lado. Establecer un ritmo vertical, es posible pero más complicado.
Si el encuadre esta lo suficientemente cerrado y los motivos ritmicos ocupan todo el encuadre, nuestra mente interpretará que los motivos se extienden más alla del encuadre de forma indefinida.
Mexican Colours de Nanillas
Dependiendo de cada situación será más apropiado un tipo de óptica u otro, pero por lo general es recomendable utilizar grandes longitudes focales que te permitan comprimir la imagen, reunir y aislar dentro del encuadre los motivos rítmicos.
Personalmente considero que el ritmo es uno de los recursos fotograficos más interesantes. Hay que utilizarlo con moderación, ya que como hemos comentado puede llegar a ser monótono, pero utilizado adecuadamente es una de las armas que más satisfacciones nos aportará.
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