Hasta no hace tanto, los modos PASM eran todo a lo que nos ateníamos con nuestras cámaras para realizar la exposición, seleccionando uno u otro modo según la toma que fuéramos a realizar. Durante décadas, no hubo ningún avance en este campo.
El Auto-ISO irrumpió en el mercado hace ya unos cuatro o cinco años, y lo cierto es que lo hizo en silencio. Aún más, me sorprende que siga siendo un elemento poco considerado a día de hoy. Y es que, en mi opinión, el Auto-ISO es probablemente el avance más importante para los fotógrafos en estos últimos años, y ha cambiado la manera en la que muchos empleamos los automatismos para la exposición.
El ISO: un elemento puramente técnico
A estas alturas, ya la mayoría entiende más o menos lo que es el ISO: una ganancia electrónica aplicada al sensor, una manera de estimular a los fotocaptores para que se vuelvan más sensibles a la luz. Lo importante es que no introduce ninguna variación a nivel creativo en la imagen, por lo que es el elemento sacrificable del triángulo de la exposición.
Podríamos considerar el ISO como el elemento de equilibrio en la exposición. Los inconvenientes de elevar el ISO son la aparición de ruido y la reducción del rango dinámico, afectando más lo primero a sensores Canon y lo segundo, a sensores Sony. En todo caso, salvo en algunas situaciones donde la perfección es vital, tiraremos de ISO para que nuestra exposición sea correcta. No debemos tener miedo a un ISO alto.
Cómo y dónde emplear el Auto-ISO
Pese a que me parece el mejor modo de exposición automática, obviamente el Auto-ISO no se adapta a cualquier circunstancia. Cuando tengamos preferencia por realizar tomas con exposiciones creativas (clave alta o clave baja por ejemplo), tomas de estudio, fotografía estática de naturaleza y/o con filtros densidad neutra, el modo Manual sigue siendo nuestro mejor amigo.
No obstante, en todas aquellas circunstancias donde la luz varía de manera constante, como fotografía social o fotografía de aves, es un auténtico regalo caído del cielo.
El Auto-ISO en la actualidad permite múltiples configuraciones en sus mejores aplicaciones. En todo caso, siempre permite la selección de un ISO máximo y otro mínimo, pero vamos a ver distintas opciones y su utilidad:
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No configurable: la cámara seleccionará una VO acorde a la regla de la inversa de la focal (VO = 1/ longitud focal), o una reinterpretación de la misma. Por ejemplo, Sony emplea la fórmula VO = 1 / 1.5 * longitud focal. Se aplica de manera automática al poner Auto-ISO en modo prioridad a la apertura.
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Configurable: en este caso, podemos seleccionar el multiplicador de la inversa de la longitud focal. Es decir, en este caso, siendo Y nuestro multiplicador, tendríamos la siguiente fórmula: VO = 1 / Y * Longitud Focal. El multiplicador puede ser decimal, de manera que reduce la velocidad de obturación si empleamos objetivos estabilizados. Se configura a través del menú.
Es el último modo el que sin duda, se adapta a más circunstancias, y se vuelve más útil en múltiples escenarios, sean reportajes, fotografía de bodas, conciertos, etc. Me parece una carencia grave que haya cámaras que no incorporen este modo en pleno 2015, ya que realmente hace la vida del fotógrafo mucho más sencilla.
Un ejemplo claro es la Sony A7 II, que con su estabilizador integrado se puede beneficiar de velocidades de obturación mucho más lentas de lo que marca la regla habitual. Sin embargo, no podemos configurar el Auto-ISO basado en la distancia focal para emplear velocidades de obturación más lentas. Una omisión muy importante.
El Auto-ISO en las cámaras de hoy
Vamos a repasar por encima, las posibilidades de Auto-ISO que brindan diversas marcas en sus cámaras hoy en día:
Como vemos hay mucha variedad, pero Canon con su 7D Mark II y Nikon son las que tienen el Auto-ISO más avanzado. Lo cierto es que las omisiones de modos Auto-ISO y su compleja configuración y aplicación según marca y cámara, hace que este modo esté siendo considerado solo por usuarios más avanzados generalmente.
Personalmente, considero que todas las cámaras deberían aplicar la capacidad de configuración que tienen Nikon o Canon en su último modelo. Su utilidad es máxima, y si amplian la sencillez, y los atajos para variar entre distintos modos o configuraciones, veremos como se convierten rápidamente en los modos automatizados más empleados.
Yo puedo decir que empleo el Auto-ISO en al menos cuatro de cada cinco fotos. Es así de útil, y en mi caso, empleando Nikon con sus varios modos, casi siempre hay alguno que se ajusta a lo que necesito en el momento. Pero debemos pedirle más a otras marcas que aún no piensan en esto, y en todos los casos, deben simplificar su configuración. Yo ni recomendaría una cámara que no funcione, como mínimo, con Auto ISO + modo manual.
Animo desde aquí a todos a desempolvar el manual, y echarle un vistazo a tu cámara por si tiene Auto-ISO y ver como puedes configurarlo. Probablemente halles en él una nueva forma más sencilla de sacar fotos.
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