Sin duda las cámaras con sensor de formato completo están de moda, sobre todo las flamantes sin espejo de Canon , Nikon, las ya asentadas de Sony y las futuras Panasonic). Y cuando se habla de este tipo de modelos, se suele hacer con cierta superioridad, aceptando por anticipado que son mucho mejores que el resto de cámaras del mercado.
Esto se hace especialmente patente al compararlas con las cámaras de sensor recortado (APS-C o Micro 4/3), cuando lo cierto es que esto no tiene porque ser así. Afortunadamente, en las tiendas hay muchos modelos de cámaras diferentes pensados para necesidades distintas. Y aunque es evidente que los sensores full frame tienen sus ventajas, no se puede decir que sean perfectas ni mucho menos. Por eso, para intentar aclarar la situación, vamos a desterrar algunos mitos establecidos sobre las cámaras de formato completo.
1. El full frame es mejor que el APS-C o el Micro 4/3
Se trata de algo ampliamente extendido, que se puede leer o escuchar en todo tipo de foros (sobre todo en Internet) y que está en la cabeza de muchísimos aficionados y profesionales de la fotografía. Y simplemente no es verdad, porque los sensores de fotograma completo ciertamente son mejor en algunos aspectos si los comparamos con las otras, pero decir que son universalmente mejores es simplemente engañoso.
Podríamos establecer una analogía en el terreno automovilístico, comparando un superdeportivo con un utilitario (un Ferrari y un Dacia, por ejemplo). Sin duda el deportivo va a ser un coche mucho más bonito, con una potencia enorme y capaz de hacernos ir a velocidad de vértigo. Sin embargo, seguro que consumirá mucho más carburante que el utilitario y, con toda probabilidad, la posición de conducción sea tan baja que se haga muy incómodo pasar muchas horas al volante…
Ninguno de los dos coches es objetivamente mejor porque ambos están adaptados a las necesidades específicas de quienes van a usarlos en tareas muy distintas. Lo mismo pasa, salvando las distancias, con las cámaras, ya que las de fotograma completo funcionan muy bien en muchos aspectos. Pero decir que son mejores niega algunas de las ventajas únicas de las cámaras con sensores más pequeños.
Porque es cierto que las cámaras full frame tienen ventajas como un rango dinámico más amplio, menor ruido a ISOS altos y mayores opciones de control de la profundidad de campo. Sin embargo, las de sensor recortado tienen también sus pros como un mayor número de puntos AF (que se extienden más allá de los bordes del visor), mayor alcance de las ópticas (un objetivo de 200 mm en una cámara con sensor Micro 4/3 se convierte en un 400 mm y en una APS-C en un 300 mm) y, generalmente, un precio más asequible.
Todo esto son generalizaciones, por supuesto, y siempre hay excepciones a la regla, pero debe quedar claro que son opciones diferentes para usuarios con necesidades distintas y que las full frame son diferentes, no necesariamente mejores.
2. Tener una full frame te hará mejor fotógrafo
Otro mito bastante extendido y que está muy relacionado con eso que los anglosajones llaman G.A.S. (Gear Acquisition Syndrome), el irresistible impulso de tener siempre lo último en tecnología (ya sean cámaras, móviles, portátiles…). Esto hace que a menudo compremos una cámara mejor, o un objetivo más luminoso, pensando que esto nos va a hacer tener mejores resultados en nuestra práctica fotográfica.
Y sí, sin duda, comprarse una cámara de fotograma completo nos abre la puerta a aprovechar sus beneficios, pero de ningún modo va a ayudarnos a mejorar la calidad de nuestras fotos por sí sola. Siguiendo con el ejemplo de los coches, comprarte un Ferrari no te va a convertir automáticamente en mejor conductor. Es posible, incluso, que empeores porque no seas capaz de conducir un coche como ese.
Lo mismo se puede aplicar a los fotógrafos, comprarnos una cámara full frame no va a mejorar nuestras fotos. En realidad no importa qué cámara tengamos, incluso si es la de un móvil, lo mejor que podemos hacer para mejorar como fotógrafos es estudiar más (sobre composición, iluminación, color, etc) y practicar, antes que gastar dinero en un equipo nuevo.
3. El full frame es demasiado caro para no profesionales
Si, a pesar de todo, decides invertir en equipo de formato completo, afortunadamente la barrera del precio ya no es lo que fue. Es cierto que en general este tipo de modelos suelen tener un coste elevado, pero desde que aparecieron las primeras réflexs digitales con este tipo de sensores (la primera en 2002 fue la Canon EOS-1Ds) la brecha se ha ido reduciendo. Así, ya no se trata de cámaras prohibitivas cuyo coste únicamente puede asumir un profesional.
De hecho, en nuestro habitual Cazando Gangas solemos publicar ofertas como la Sony A7, un modelo que ya tiene algunos años pero que es una excelente opción por menos de mil euros.
Esto en el caso de las tan de moda sin espejo pero es que en el ámbito de las réflex hay aún más opciones para que puedan acceder a ellas también los fotógrafos entusiastas. Por ejemplo tenemos ahora mismo una Canon EOS 6D Mark II por menos de 1.500 euros, una Nikon D610 por poco más de mil euros o una Pentax K1 por 1.500 euros.
Estos dos últimos modelos tienen ya algún tiempo, pero gracias a ello se pueden conseguir a precios más interesantes. Porque es cierto que los modelos más modernos suelen salir al mercado con precios altos, pero hay muchos otros que quizá ya no sean “lo último de lo último” pero siguen siendo cámaras muy válidas para muchos usos capaces de hacer grandes fotos.
4. Todos los fotógrafos “serios” al final se pasarán al full frame
Últimamente, con las nuevas sin espejo full frame, parece que no hablemos de otra cosa y se tiende a pensar que un profesional tiene que elegir este formato por obligación. Y si no lo hace todavía al final acabará haciéndolo, porque este tipo de cámaras son el estándar para el fotógrafo profesional. Pero eso, como venimos contando, no tiene porqué ser así.
La tecnología aplicada a los sensores de las cámaras actuales ha avanzado tanto que se pueden hacer imágenes profesionales con cualquier tipo de cámara. Todo depende del uso y las circunstancias. Y está claro que determinados fotógrafos profesionales prefieren la comodidad que ofrecen los modelos más pequeños, como las sin espejo con sensor Micro Cuatro Tercios o las APS-C.
Por otro lado, no todos los profesionales se mueven en niveles económicos que les permitan amortizar el gasto en un equipo completo basado en sensor full frame porque, como sabréis, el coste de las ópticas también es mayor. Por tanto, podemos decir que el equipo ya no es el factor limitante que una vez fue. De modo que si un profesional está a gusto con su equipo y éste satisface sus necesidades ¿por qué gastar más en un modelo nuevo y más caro?
Claro que, como suele ser habitual, nos gustaría conocer vuestra opinión al respecto a través de los comentarios.
Foto de portada | Luis Quintero
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