Afortunadamente para todos nosotros, la fotografía es algo parecido a un camino infinito. Uno sabe cuándo empieza a recorrerlo, pero una vez ha empezado es probable que nunca se llegue a su final. Y es que aprender fotografía implica exactamente eso. Caminar sin una meta. ¿Realmente alguien sabe dónde está la meta?
Bajo mi punto de vista el premio es el propio camino, pues por mucho que hayamos recorrido siempre aprenderemos algo nuevo, veremos cómo alguien hace algo que no se nos había ocurrido, cómo miran otros ojos lo que nosotros miramos… Por eso es tan importante acostumbrarse a mirar el trabajo de otros. Además de aprender mucho de ello, disfrutaremos, como mínimo, otro tanto.
Por ello hoy os hemos traído unas cuantas fotografías de deportes para disfrutar de ellas y, si se puede, tomar nota también. Se trata de parte de una interesantísima selección del The Washington Post. Veamos qué nos aporta cada una.
Vamos a empezar por la foto que hemos empleado para la cabecera de este post. Es de Itsuo Inouye, fotógrafo de AP, y fue tomada en el campeonato del mundo de tenis de mesa, recién celebrado en Yokohama. En esta imagen me llaman la atención varios aspectos.
El primero de ellos es cómo el fotógrafo ha sido capaz de captar la esencia de este deporte: muy veloz, en el que hay que estar muy atento porque pasan muchas cosas muy rápido y, principalmente, dominado por los deportistas asiáticos.
Además de resumir todo eso, la foto es visualmente muy atractiva. Los jugadores, vestidos de colores, destacan sobre el fondo. El uso de la profundidad de campo es inteligente, pues deja tanto primer como último término de la imagen en ligero bokeh, insinuando la cantidad de partidos que se juegan simultáneamente y, por tanto, dejando clara la magnitud del evento.
Cambiamos completamente de tercio y nos vamos al snooker. Concretamente a la final de la copa del mundo celebrada en Sheffield, en la que concurrían John Higgins y Shaun Murphy. Más allá de estos datos, uno de los aspectos llamativos de esta final fue su árbitro, Michaella Tabb, primera mujer en arbitrar una final del mundo de snooker.
En esta foto, además de la propia partida, se nos muestra el elegante brazo de Tabb y, sobre todo, parte de la piel de éste. Quizás muy delicada como para ser de un árbitro masculino, como hasta ahora había venido siendo habitual.
Además de una foto compositivamente perfecta (el brazo describe una diagonal perfecta desde una esquina hacia el punto de interés, las bolas rojas y blanca destacan muy visualmente sobre el tapete verde de la mesa), sutilmente muestra uno de los detalles por los que será recordada esta final: Michaella Tabb.
Por cierto, la foto es de Andrew Yates, de AFP y Getty Images.
Al ver esta foto de Thanassis Stavrakis, de AP, no puedo más que sentir una mezcla de envidia (¡me gustaría haberla sacado yo!) y dudas. Y es que me pregunto si este “fotón” habrá sido fruto de la casualidad, si habrá sido algo planeado, si es un recorte, si…
Fijaos que lo que convierte esta foto en una gran foto es la cara del portero mirando con impotencia cómo entra el balón en su portería. Su cara está perfectamente enfocada. Además de ver al portero vemos también tanto al defensa del equipo recién batido como al delantero del otro equipo.
Todos ellos miran al balón, describiendo con sus miradas una línea que va en diagonal de jugadores a balón, contando una historia a través de la foto.
Me pregunto cómo hace esta gente para estar preparada para hacer una foto como esta consiguiendo tener enfocado el punto de interés, haber seleccionado la velocidad de exposición adecuada para congelar toda la acción y encuadrar de esta manera. ¿Cúmulo de casualidades? ¿Ver la foto venir de lejos?
La foto se tomó en la final de Copa de Grecia disputada entre el AEK de Atenas y el Olympiakos.
Seguramente de grandes angulares extremos podría hablaros mejor que yo el Sr Abarca. Este que escribe se centrará sólo en mostraros esta gran foto, ejemplo evidente de las bondades de disparar en el momento justo.
Son pocas las ocasiones en las que en una foto de prensa se emplean focales tan sumamente cortas, pero sin duda esta ocasión lo justifica. En la foto apreciamos no sólo el emplazamiento en el que se celebraba la carrera, sino también a uno de los jinetes montando su caballo, el cual vemos en toda su extensión, galopando ante un público expectante.
Seguramente, en otro tipo de fotografía el viñeteo y la distorsión de barril añadida por el objetivo elegido habrían invalidado la foto para ser publicada (al menos sin recorte previo), pero lo cierto es qe el empleo de la barrera como marco hacen de ella una imagen espectacular en la que el fotógrafo supo poner a su servicio las limitaciones que tenía.
La foto fue tomada por John Flavell, de AP, durante el Derby de Kentucky.
Fotos | The Washington Post
Fotografía de cabecera | Itsuo Inouye
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