En fotografía la compresión no se queda en los archivos, y es que dominando un par de conceptos podemos comprimir también la perspectiva de nuestras fotografías para lograr expresar sensaciones con más precisión.
¿Te has fijado alguna vez en que a veces las fotos denotan aglomeración, caos y confusión? Sin embargo, en otras ocasiones, nos vamos al lado contrario para encontrar imágenes que denotan soledad, distancia o amplitud.
Pocas son las veces en las que se trata de casualidades y muchas las que son acciones premeditadas. ¿Cómo podemos conseguir estos efectos?
La clave siempre está en la elección del objetivo a la hora de disparar y, sobre todo, en la distancia focal elegida. Ambos aspectos siempre deben jugar a favor de nuestra intencionalidad.
Como norma general, cuanto mayor sea la distancia focal a la que disparamos se incrementará la impresión de compresión de la perspectiva de nuestra imagen. Y al revés, cuanta menos distancia focal mayor espacio percibiremos entre los elementos de la foto.
Dicho de otra manera, los teleobjetivos tienden a comprimir la perspectiva de las imágenes:
Por el contrario, los angulares generan el efecto contrario incrementando la sensación de distancia entre los elementos:
En cualquier caso, en ambos usos extremos de la distancia focal, la realidad se ve alterada. Espero que a partir de ahora se siga viendo alterada, pero siempre a vuestro antojo.
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