Este jueves 10 de junio de 2021 se producirá un eclipse solar que se verá como eclipse anular en el noreste de Canadá, el norte de Groenlandia (Dinamarca), el océano Ártico y el noreste de Rusia. No es un eclipse total como el del año pasado y sólo se verá parcialmente desde España, pero teniendo en cuenta que no habrá uno total hasta 2026, sin duda es un fenómeno que atraerá las miradas tanto de curiosos como de fotógrafos que quieran intentar captar el momento en el que la Luna se sitúe entre el Sol y la Tierra.
Los eclipses son un fenómeno que siempre ha resultado fascinante para los seres humanos y que, lógicamente, se intentó captar desde los albores de la fotografía. Por eso no está de más recordar cómo se debe uno preparar ante un evento de estas características en las que nuestros ojos pueden verse en un serio riesgo.
Seguridad ante todo
Los consejos básicos ya os los hemos ofrecido en otras ocasiones pero conviene recordar que es importante tomar precauciones especiales para evitar posibles daños a nuestra vista. Lo primero y más importante es que nunca se debe mirar a simple vista al sol, menos en un fenómeno de este tipo. Por ello, la NASA creó un documento con instrucciones para ver con seguridad el eclipse solar total de 2020 y que es perfectamente válido también para esta ocasión.
Si queremos verlo es necesario utilizar filtros especiales que protejan nuestras retinas. En caso contrario, la fuerte radiación solar, potenciada aún más por el eclipse, puede causarnos daños irreversibles, como una retinopatía solar que podría acabar en ceguera. Por esta misma razón tampoco es aconsejable echar mano de trucos más o menos caseros como las gafas de sol (por buenas que sean), radiografías, negativos de fotos y cosas así, porque no son seguros y podrían provocar esos mismos problemas.
Así, la manera de observarlo es a través de gafas especiales para eclipses que estén homologadas (con índice de opacidad 5 o mayor), como por ejemplo éstas de Amazon que son bastante asequibles.
Ya sabéis, son las típicas gafas de cartón que llevan una lámina especial a través de la que observar el sol de forma segura (aunque incluso así no se recomiende hacerlo más de medio minuto seguido). Lo mismo para telescopios, prismáticos o cámaras, como vamos a contar a continuación, que también necesitan sus propias “gafas” para poder ver el eclipse sin riesgo.
Qué necesitamos para fotografiarlo
No es la primera vez que os contamos cómo retratar un fenómeno de este tipo, pero por supuesto siempre viene bien repasar la técnica y, lo que también es importante, el equipo necesario para fotografiar un eclipse.
Como decíamos, la cámara también necesita sus propias gafas que en este caso, como podéis imaginar, tienen forma de filtros y se denominan simplemente filtros para eclipses solares (los demás tipos deben desecharse para este fin). La razón en este caso es simple: del mismo modo que la radiación solar puede dañar nuestros ojos también puede hacer lo propio con el sensor de la cámara, al que debemos proteger tanto de la fuerte intensidad lumínica como de las radiaciones infrarroja y ultravioleta que desprende el Astro Rey.
Hace tiempo os enseñamos este filtro de Lee que es capaz de reducir la intensidad de la luz en 20 pasos y que además está diseñado para filtrar los rayos infrarrojos dañinos del sol. Esta opción (no necesariamente de esta marca, claro) sería la más convencional, aunque también podemos utilizar una lámina solar Baader que se puede adquirir en diversos formatos y podría servir tanto para la cámara como para observar el eclipse por otros medios.
Una vez protegida nuestra cámara, lo siguiente es contar con un buen teleobjetivo, de al menos 300 mm de longitud focal (equivalente en 35 mm) si queremos que el disco ocupe buena parte del encuadre. Si no lo tenemos, siempre podremos utilizar lo máximo que podamos, aunque por debajo de unos 100 mm difícilmente vamos a lograr que el fenómeno sea el protagonista absoluto de la foto y tendremos que recurrir a realizar una composición aprovechando los elementos del entorno (como pueda ser una montaña o cualquier otro objeto).
Por último, en el equipo también deberemos incluir un trípode y algún tipo de disparador remoto. Sobre el primero ya os contamos que hay que utilizarlo adecuadamente, así que sólo recordar que es importante que situemos la cámara lo más estable que sea posible y que desactivemos el estabilizador de la cámara y/o el objetivo.
Sobre lo segundo, recordar las opciones disponibles que son varias: podemos usar un disparador remoto específico que se conecte con la cámara (por cable o de forma inalámbrica), utilizar el temporizador de la cámara (lo más sencillo y rápido) o recurrir al WiFi de nuestra cámara para conectarla a un smartphone y así disparar la cámara desde el móvil. Ah y, por supuesto, no debemos olvidarnos de tener baterías y tarjetas suficientes para no quedarnos sin energía o memoria en el momento más inoportuno.
Cómo capturar el eclipse
Por lo que se refiere a los ajustes recomendados a la forma de realizar una toma de este tipo, lo primero a señalar es que es importante buscar un buen sitio desde donde hacer la foto, a ser posible alejado de la contaminación lumínica; es decir, lo más lejos posible de la ciudad.
Luego de elegir el lugar, hay que situar la cámara lo más estable que sea posible y practicar un poco los encuadres que podemos captar (algo que sería interesante hacer el día antes). A partir de aquí ya sólo queda pensar en los ajustes a utilizar y la forma de realizar las fotos. Por supuesto, es recomendable disparar en RAW, formato que nos permitirá una flexibilidad posterior a la hora de compensar la intensidad de luz captada, y también usar el enfoque manual (ya que ésta es una de las situaciones en las se recomienda) y enfocar a infinito o, directamente, utilizar la distancia hiperfocal.
En cuanto al triángulo de exposición, al tratarse de una fuente de luz potente (siempre condicionado por la intensidad del filtro solar que estemos usando), en principio lo mejor es ajustar la sensibilidad al mínimo (80, 100 o 200 ISO según la cámara), usar una velocidad de obturación según la longitud focal que vayamos a usar (ya sabes, 100 mm = 1/100 seg, 200 mm = 1/200 seg, etc) y fijar el diafragma según lo anterior (recordando que en los niveles intermedios es donde mejor rendimiento óptico ofrecen los objetivos).
Como es un fenómeno que dura varios minutos y va variando tendremos oportunidad de hacer muchas fotos en las que jugar con estos parámetros e ir captando el eclipse a medida que se desarrolla. Por ejemplo si utilizamos la hiperfocal el diafragma será fijo según la distancia focal que usemos, así que habrá que ir variando velocidad y/o ISO. En cualquier caso, el histograma será una buena ayuda para ir viendo in situ el nivel de luz y tampoco es mala idea realizar varias fotos simultáneas utilizando el modo bracketing que ofrecen todas las cámaras.
A todo esto es importante, siempre pensando en nuestros ojos, no mirar directamente por el visor, que para eso el modo Live View que ya llevan todas las nuevas cámaras es fabuloso. Por cierto que también es interesante capturar el eclipse de otras maneras, como fotografiar su proyección a través de distintos métodos o retratar a la gente que asiste a la contemplación de este fenómeno tan poco usual y que, por raro que parezca, sigue causándonos fascinación.
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