Arranca el verano y eso suele llevar aparejado vacaciones, tiempo libre, diversión y, cómo no, agua, ya sea de la playa, de un lago, un río o una simple manguera utilizada para paliar el calor reinante. Y claro, esto implica oportunidades de imágenes interesantes sabiendo explotar las muchas posibilidades del agua.
Porque en otras épocas del año ya existe la oportunidad de retratar temas en los que aparezcan olas, cascadas o paisajes acuáticos en general, pero es ahora cuando podemos hacerlo mucho más cerca, incluso dentro del propio agua, siempre que tengamos el equipo adecuado.
Dependiendo de nuestra idea nos puede bastar con un modelo sellado o con usar algún tipo de funda y si ya nos queremos tirar al agua con la cámara necesitaremos una cámara para fotografía acuática. Y no hace falta que sea un modelo muy caro porque hoy día existen muchas cámaras de acción adecuadas para estos propósitos y a precios asequibles para casi cualquiera.
Sea como fuere, en la época veraniega es cuando el agua brinda un mayor número de opciones para conseguir fotografías originales o diferentes como nos proponemos mostrarte a continuación.
Retrata las olas
Si tenemos el equipo necesario, ahora es el momento de meternos al agua para captar las olas en primer plano y no desde fuera como tenemos que hacer la mayor parte del año. Si encima tienes la suerte de vivir o visitar algún lugar en el que se practique el surf, porque sea propicio para que haya buenas olas como ocurre en Fuerteventura o Tarifa, la idea está servida.
Este tipo de fotografía no es fácil desde luego, y requiere de un equipo de cierto nivel, así que si te interesa sigue por ejemplo los consejos que nos daba un especialista en el tema, o léete esto sobre cómo hacer fotos de una ola de barril.
Saca partido de la espuma
Si te conformas con captar las olas desde fuera del agua tienes también posibilidades, ya sea cuando las olas rompen en la superficie del mar, sobre un espigón o en la misma orilla, cuando la espuma se arremolina y se arrastra por la playa.
Como decíamos esto es algo que se puede captar en otras épocas del año pero, desde luego, es en verano cuando más se puede uno acercar y cuando más partido se le puede sacar a la espuma.
Busca reflejos atractivos
Eso mismo es lo que ocurre con los reflejos en el agua, que son un recurso que siempre está ahí pero que en verano se torna especialmente atractivo. Lógicamente no nos referimos tanto a los reflejos de los charcos producidos por la lluvia (aunque tampoco descartemos las tormentas veraniegas), como los que aprovechaba este fotógrafo.
Nos referimos más bien a los reflejos que se pueden encontrar gracias al agua del mar, los ríos y los lagos. Para aprovecharlos hace falta que esta agua permanezca quieta, algo que es más sencillo de ver en verano ya que la climatología es generalmente más agradable. Además, conviene aprovechar las primeras y últimas horas de luz del día, cuando la superficie del agua esté en sombra.
Aprovecha las salpicaduras
Las actividades relacionadas con el líquido elemento que se suelen llevar a cabo en verano ofrecen grandes oportunidades para hacer fotografías. Hablamos de captar las salpicaduras de agua que se producen y que pueden ser terriblemente fotogénicas en un montón de actividades: Juegos (generalmente) infantiles con el agua, fuentes corriendo, un césped en proceso de riego, alguien lavando su vehículo…
Además, también puede ser un buen momento para provocar nosotros mismos esas salpicaduras, arrojando algún objeto al agua (como un cubito de hielo en un vaso) o vertiendo agua sobre alguna superficie (por ejemplo con un spray) para lograr esas llamativas fotografías. Para lograr buenos resultados conviene que la salpicadura se produzca sobre un fondo oscuro y realizar varias tomas con velocidades distintas para probar diferentes resultados.
Practica el efecto seda
De nuevo una técnica que no es exclusiva del verano pero que estando relacionada con el agua y siendo tan atractiva no podía faltar aquí. Hablamos de fotografiar el agua en movimiento de esa manera que se denomina efecto seda.
De esta técnica ya hemos hablado en muchas ocasiones contando cómo conseguirlo, incluso con una pequeña trampa, así que nos limitamos a incluirlo y animaros a intentarlo, ya sea gracias a una cascada o una simple corriente de agua, pero también sin olvidaros del mar.
Busca la abstracción
El agua y sus reflejos pueden ofrecer oportunidades curiosas para conseguir fotografías que rocen el abstracto, generalmente gracias al propio movimiento del agua, tal y como os contábamos en este artículo.
Para ello, procura observar con cuidado la superficie del agua durante cierto tiempo para poder valorar sus posibilidades y haz diversas tomas modificando los ajustes para usar velocidades de obturación distintas que puedan dar resultados originales. Es una técnica muy imprevisible que a lo mejor no da resultado o tal vez nos brinda una sorpresa inesperada en forma de una gran foto.
Foto de portada | Aaron Lee
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