El color o la ausencia del mismo puede influir notablemente en la construcción de la imagen. Actualmente, las pocas fotografías en blanco y negro no son óptimas para esta técnica y están convertidas con poco control, por eso hoy veremos cuales son los mejores tipos de fotografías a convertir en blanco y negro y cómo realizar esta conversión.
La predominancia de la fotografía en color
Desde principios del siglo XX, cuando los Lumiére perfeccionaron las placas ortocromáticas y con la popularización del color en 1935 con la Kodachrome, el color se popularizó hasta niveles estratosféricos entre aficionados y profesionales.
La película monocroma se siguió usando, claro, pero con mucha menos frecuencia porque el hecho de poder trabajar con el color como un nuevo elemento creativo era la tendencia y un recurso que pocos estaban dispuestos a desaprovechar.
Posteriormente, todas las películas comerciales mejoraron en acutancia y reproducción del color hasta los 2000, cuando las cámaras digitales se democratizaron, dejando los trabajos monocromos en una situación marginal, reservada a los que aún trabajaban con película y confiaban más en los productos con los que habían trabajado prácticamente toda la vida que en las cámaras digitales que aún carecían de definición y suponían una brutal inversión con las que trabajar.
La fotografía monocroma en la actualidad
Toda esta cadena de acontecimientos hace que nos situemos en la actualidad, en una situación en la que las cámaras reflex APS-C se han democratizado y la fotografía se ha convertido en una profesión de altísimo nivel a la que pocos pueden acceder porque hoy por hoy 'todo el mundo es fotógrafo'.
Esta brutal democratización, que no sigue una línea de aprendizaje y se basa en el ensayo y error con una cámara digital, provoca que no se tengan los suficientes conocimientos técnicos sobre la técnica fotográfica. En el tema que nos ocupa, algunos de los que actualmente se consideran fotógrafos profesionales y prácticamente todos los amateurs, no saben qué tipo de fotografías pasar a blanco y negro ni de los procedimientos adecuados para conseguir un buen contraste.
La textura y el detalle
Para mí, la fotografía monocroma forma parte de la abstracción. Abstraer significa recortar lo que distrae para centrarnos en lo más relevante. En el caso de la pintura, abstraerse se centra en alejarse de la figuración para acercarse a la abstracción, ganando en expresividad.
Con la fotografía nos es difícil huir de la figuración porque es un medio representativo y no tanto expresivo, pero tenemos a nuestra disposición elementos que podemos modificar como el encuadre, la composición y el color.
La técnica monocroma hace un mayor hincapié en las figuras y la textura, maximizando la percepción del detalle en nuestra imagen. A través de la falta de color, nuestra mente se concentra mucho más en el detalle y la forma que estamos fotografiando. Es por esto que se suele decir que quien sabe fotografiar en blanco y negro tiene mucho ganado, porque eso quiere decir que controla la composición de las formas en sus trabajos, a pesar de que aún le falte por dominar otro de los elementos importantes en la fotografía como es el color.
Los retratos son un buen ejemplo, ya que normalmente en un primer plano o un primerísimo primer plano tenemos muchísima información en los labios, ojos y piel que con un buen procesado en blanco y negro quedará genial. Cuando hablamos de forma, por otra parte, un buen ejemplo serían las siluetas o la fotografía arquitectónica, un tipo de fotografías en los que la forma es la que ofrece la mayor cantidad de información.
Un mal ejemplo de la aplicación del monocromo sería pasar a blanco y negro un retrato tomado durante la golden hour. El atardecer, luces de neón y en general cualquier fuente de luz que sea característico por su color no debería ser pasado a blanco y negro porque lo característico no es la luz, sino el color de la luz. Por eso también es estúpido querer hacer un paisaje en blanco y negro, porque el punto de atención principal que es el color del paisaje se destroza si lo pasamos a blanco y negro.
Métodos de conversión al blanco y negro
Aunque nuestro compañero Juan Carlos ya nos habló sobre los mejores métodos para convertir nuestras fotos a blanco y negro, personalmente a mí me gusta pasar la fotografía a blanco y negro con un mapa de degradado de negro a blanco y posteriormente ajustar el contraste con curvas y los tonos de gris con Corrección Selectiva.
Así, si necesito que los tonos de gris de la piel de mi modelo sean más claros, solo tengo que darle mayor luminancia al rojo, sin afectar a los ojos, que podrían ser azules o verdes.
En conclusión y recopilando todo lo dicho, no todas las fotografías valen para ser visualizadas en blanco y negro ni todos los métodos de conversión al blanco y negro son los óptimos. Para que el blanco y negro de nuestras fotografías tenga una calidad realmente buena, debemos emplear fotografías con detalle y texturas donde la forma sea la protagonista. Por otra parte, aquellas fotos de paisajes o lugares coloridos, será mejor dejarlas tal cual y editarlas para sacar partido al color que ya nos ofrecen.
Fotografía de portada | Giuseppe Milo
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