Por si no te habías enterado, ya ha llegado la navidad. Seguro que no nos ha tocado nada en el sorteo, porque sería difícil estar leyendo esto. Nos esperan días de fiesta, de reuniones y demás. Y seguro que todos quieren que tú, como fotógrafo, fijes en el tiempo tales eventos. Vamos a ver cómo hacer fotos en navidad.
Es una gran responsabilidad de la que recomiendo que huyas. No es agradable hacer fotos en estas fechas en las comidas, cenas y demás. Por algún motivo extraño todo el mundo sabe hacer fotos. Desde tus suegros hasta tu cuñada. Enseguida empezarás a oír consejos maravillosos como seguro que hay que subir la ISO, con esa cámara ya podrás, pues el hijo de una amiga también es fotógrafo y gana mucho dinero y demás... No son los mejores días para los fotógrafos.
Si las fotografías no te salen seguro que alguien saltará que menos mal que ha hecho algo con el móvil, que no entiende para qué tantas tonterías o que menos mal que la hija de la tía segunda que hizo un curso de fotografía se ha pasado toda la cena haciéndose selfies con un palo y salimos al fondo... Todos los comentarios que se oyen en las fiestas familiares donde nadie parece querer estar pero que deseamos fervientemente que siempre existan.
Por este motivo voy a contar varias cosas que nos pueden servir para que si no nos queda más remedio que hacer las fotografías durante estos días, conseguir que sean lo mejor posible y que tu familia política no encuentre otro motivo más para criticarte, que bastantes tienen ya...
Cómo hacer fotos navideñas
Aquí vienen algunas claves que te permitirán salir airoso de esta situación en la que os habéis metido solitos desde el día en el que se os ocurrió decir que os gustaba la fotografía en medio de una reunión familiar en la que los pobres comensales solo estaban diciendo que altos y guapos son los niños y las aventuras que pasaron en el supermercado.
Evita usar el flash
En primer lugar es sumamente molesto para todos los comensales. Sobre todo si la casa en la que estás es pequeña, llena de muebles repletos de puertas de cristal que dejan ver toda la cristalería almacenada de años de regalos del banco. Si encima lo ponemos encima de la cámara las luces serán planas, las sombras duras y siempre habrá gente que termine quejándose con razón.
Una solución es colocar el flash hacia el techo separado de la cámara y utilizarlo como un reflector gigante. Pero no deja de delatar en todo momento que estás disparando y puede incluso que la hija de la tía segunda que se hace selfies en todo momento te lo dispare por simpatía tantas veces que te agote las pilas.
Si tenemos una cámara decente podemos subir el ISO sin problemas, porque en las casas es el único día en el que no hay que ir tanteando donde pisas de todas las luces que se encienden.
No perviertas todavía más el imaginario del fotógrafo plasta
El fotógrafo plasta es aquel que hace fotos y más fotos sin parar. Sin preguntar. Que busca mil ángulos distintos para terminar haciendo la misma foto. Que interrumpe el curso de los acontecimientos con la única idea de plasmarlo con su cámara. Que no duda en cortar una conversación para volver a hacer una y otra vez un disparo que no le termina de salir porque le falla la cámara.
El buen fotógrafo es el que no llama la atención, el que permanece en la sombra. El que sabe que con pocos disparos se dice mucho y que si no te ven no te dicen nada y puedes conseguir disparos más espontáneos. Que no hay que hacer en una noche doscientos disparos. No tiene sentido ser el centro de atención.
Y si hay un bicho raro que por algún motivo te pide que no le hagas más fotos por favor significa exactamente eso, que no hay que hacerle más fotos porque le incomoda ponerse delante de una cámara. Será extraño para ti que solo llevas mil disparos en la noche. Pero te aseguro que para una buena convivencia hay que respetar ciertas cosas.
Jamás lleves tu cámara réflex
No es el momento de llevar la cámara más grande que tengas en el armario. Te lo aseguro. En una casa donde no cabe ni un alfiler lo último que debe entrar es una máquina enorme con un 100-400 mm para presumir ante el cuñado o para esconderte de tus suegros. Una cámara pequeña será lo mejor.
No recomiendo un móvil para evitar las típicas conversaciones para descubrir quién lo tiene más grande o mejor. Con una compacta sencilla o una sin espejo con un objetivo fijo evitarás cansarte, llamar la atención y agobiar a esos bichos raros a los que no les gusta salir en las fotos o a esos desafortunados seres que no salen bien en las fotos porque ponen caras raras.
No olvidar que todo será un bello recuerdo
A pesar de los pesares, estas fiestas siempre son un recuerdo de lo que somos, de nuestra familia directa y política. Y cuando pase un tiempo prudencial nos gustará volver a verlas para acordarnos de cómo eramos. Por este motivo hay que intentar hacerlas bien. Serán parte de nuestra particular historia.
Hay que guardar esos momentos mundanos que al final nos definen. De estas fiestas se nos quedarán las cosas buenas, los días en los que fuimos niños y creímos en todo lo que nos contaban porque siempre terminábamos con regalos.
Y la fotografía ayudará a perpetuar esas historias que se repiten una y otra vez pero que en lo más profundo de nuestro corazón nunca nos cansamos de oírlas... Felices fotos
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