Cualquier que quiera adentrarse en este ámbito debería tener claro que un retrato fotográfico es bastante más que la foto de una cara y que las manos son un elemento muy importante. Y sin embargo, a la hora de la verdad muchas veces el modelo no sabe qué hacer con sus manos, y si el fotógrafo no le ayuda esto puede convertirse en un problema, una asignatura pendiente que nos proponemos mejorar.
Bien usadas las manos pueden decir mucho (transmitir masculinidad, feminidad, fuerza, cariño…), mientras que mal utilizadas pueden, sencillamente, arruinar un retrato. Por eso hay que tener mucho cuidado con cómo colocan las manos nuestros retratados. Eso sí, antes debemos dominar la composición, aprendernos algunos consejos básicos de posado, conocer los errores que debemos evitar y, muy importante, asimilar formas para que los modelos posen más relajados ante nuestra cámara.
Y es que, si nosotros mismos como fotógrafos no tenemos seguridad con lo que hacemos, difícilmente lograremos que lo hagan nuestros modelos. De hecho, es importante que como fotógrafos demos las indicaciones necesarias al retratado, sobre todo cuando se trata de modelos no profesionales. Y en éstas debemos incluir órdenes sobre qué hacer con los brazos y manos.
El objetivo, como podéis suponer, es lograr que este elemento luzca armónicamente y esto, salvo que se busque lo contrario, normalmente se logra a través de la naturalidad. Y es que, ciertamente, hacer que las manos se sitúen en una posición natural y no cobren protagonismo o llamen la atención (repito, siempre que no sea eso lo que se desea) será el fin último de los consejos que vamos a daros a continuación.
Procura que no estén tensas
Lo ideal, sobre todo en el caso de las féminas, es que las manos aparezcan de forma suave, delicada y elegante. Para lograr esto, es fundamental lograr que nuestros modelos estén relajados de modo que puedan mantener sus manos sin tensión, por ejemplo pidiéndoles que antes hagan ejercicios con ellas para relajarlas.
Otro truco es estar pendiente de que doblen las muñecas haciendo una ligera curva, porque las que aparecen completamente rectas pueden sugerir tensión. Así, las muñecas ligeramente dobladas ofrecen un aspecto más relajado y ayudan a lograr textura en la imagen.
Evita mostrar la parte más ancha
Para ayudar a que las manos mantengan la delicadeza que decíamos en el punto anterior, un buen truco es procurar que no se vea la parte de atrás de la mano porque es la más ancha (y menos elegante, por decirlo así).
Ten en cuenta que, en relación a la cara del sujeto, es posible que las manos se vean proporcionalmente más grandes de lo que son realmente. Esto podría arruinar el retrato, sobre todo (una vez más) si su protagonista es femenino, cuando basta un simple giro de la muñeca para solucionarlo.
Haz que sujeten algún objeto
Otro de los trucos más sencillos pero efectivos es hacer que el retratado sujete algún objeto. Esto no sólo puede resultar más efectivo visualmente para la foto sino que normalmente hace que el modelo tenga más confianza en sí mismo con el simple hecho de agarrar algo.
El objeto puede ser cualquier cosa pero, evidentemente, es mejor que sea algo que resulte familiar al sujeto y que pueda ayudar a caracterizarlo. Un ejemplo claro es el de los niños y bebés, donde procurar que el retratado tenga en sus manos su juguete preferido puede ser una clave para lograr su colaboración.
Cuidado con los retratos de parejas
En el caso de las escenas con dos personas, muy especialmente en fotografía de bodas, hay que tener mucho cuidado con lo que hacen con las manos. Para indicarles, prueba a ponerte en su situación y piensa dónde colocarías las manos si te estuvieras haciendo una foto con tu pareja de manera que demostraras tu cariño hacia ella.
Eso sí, ten cuidado con ciertas posturas como esa en la que los novios se abrazan a la altura del estómago. Es una actitud juguetona e íntima pero puede ser contraproducente si los modelos se sienten algo inseguros con su peso, porque podría hacer que la atención del espectador se trasladara a donde no debe.
Ojo a las líneas visuales
Las manos y brazos pueden convertirse fácilmente en una fuente de líneas visuales que apuntan en una dirección concreta y esto debe cuidarse también para evitar líneas que rompan la armonía de la composición.
Esto es especialmente importante en el caso anterior, el de las fotos de parejas, donde debemos asegurarnos de que la dirección de la mirada del espectador en la foto no se pierda hacia lugares que no nos interesan y se centre en los protagonistas.
Nada de "amputar" manos o dedos
Aunque suene un poco gore, se trata de un error bastante común en muchos fotógrafos novatos que “cortan” algún miembro al realizar los retratos. Esto desde luego resulta bastante antinatural, sobre todo en el caso de que sean los dedos los que resultan “cercenados”, y puede romper la armonía de la imagen porque da la sensación de que falta algo si la mano no aparece completa.
No desdeñes su protagonismo
Como decíamos al principio, las manos pueden decir mucho, quizá más que ninguna otra parte del cuerpo del retratado (excepto el rostro naturalmente).
Así que si tienes delante a alguien que destaca especialmente por sus manos o se te ocurre una idea en la que éstas cobren protagonismo o ayuden a caracterizar mejor a la persona ¿por qué no intentarlo?
Naturalidad ante todo
Sobre todo, como decíamos, se trata de conseguir naturalidad, por lo que debes evitar que los modelos hagan algo extraño con las manos. Si te preguntan dónde colocarlas dales instrucciones pero, sobre todo, siempre asegúrate de que es algo que normalmente haría y, por tanto resulta natural.
De lo contrario, el resultado podría parecer planificado y artificial y, salvo que ésa sea la idea (como ya hemos repetido varias veces), no ayudará a que las manos jueguen un buen papel y, consecuentemente, a lograr un buen resultado final.
Foto de portada | Christian Ferrer