Desgraciadamente, utilizar una imagen sin autorización a través de la Red de redes es algo más común de lo que desearíamos, con casos auténticamente flagrantes en los que se puede hablar directamente de robo de fotos. Y los que somos amantes de este arte y difundimos habitualmente imágenes de un modo u otro corremos más riesgo de padecer estos “hurtos”, muchas veces sin enterarnos de ello. Si no quieres vivir en la ignorancia puedes recurrir a algunas herramientas especializadas en localizar las fotos, aunque simplemente usando Google y con unos sencillos pasos es posible lograr buenos resultados en la caza de los “ladrones de fotos”.
Partimos de la base de que ya hemos tomado una serie de precauciones previas para prevenirlo, tal y como os contamos en este artículo. Para no repetirnos, las podemos resumir en que lo mejor es subir las fotos a baja resolución (tamaño máximo de 800 px en el lado mayor y a 72 ppp), en formato JPEG sin guardar al máximo de calidad (entre un 70 y 80%) y con una marca de agua. Esto último es algo cuya utilidad es discutida, así que lo dejamos a tu elección, aunque sí te interesa saber que existen diferentes alternativas, incluida la de recurrir a las licencias Creative Commons o a herramientas más novedosas como Toothpic.
Gracias a estas precauciones podremos evitar que alguien nos robe una foto con intención de imprimirla o utilizarla para algo “serio” (por decirlo de algún modo), pero cualquiera que tenga perfiles en redes sociales, un blog o página web corre el riesgo de que alguien pueda usar alguna de sus imágenes sin permiso. Si esto ocurre, por supuesto, el siguiente paso sería tomar medidas al respecto pero esto es algo en lo que no nos vamos a detener ahora.
Qué hacer después, cómo denunciarlo y cómo actuar, es un tema sin duda interesante y que dejamos para un posterior artículo. Ya hablamos de ello a propósito de los consejos de National Geographic sobre el tema, pero desde luego es un asunto atractivo que merece un artículo aparte. Lo que vamos a hacer es contaros cuáles serían los pasos previos; es decir los que nos permitan enterarnos de que alguien ha cogido una de nuestras fotos en Internet simplemente utilizando el más famoso de los buscadores y a través de unos pasos bastante sencillos.
Busca tu nombre en Google
El primero es así de sencillo pero realmente muy útil. Simplemente tecleando tu nombre en Google entre comillas (para que haga una búsqueda exacta) el buscador te ofrecerá una serie de resultados entre los que buscar posibles referencias a tu persona.
Como en España tenemos la costumbre de usar dos apellidos lo suyo será incluir ambos en la búsqueda, aunque es posible que sólo aparezcamos con uno de ellos así que no está de más hacerlo por partida doble: buscando el nombre con sólo el primer apellido y con los dos. También podemos realizar búsquedas con nuestro seudónimo (si es el caso) o directamente escribiendo en Google el dominio de nuestra página web.
Sea como sea, una vez hagas la búsqueda es el momento de revisar bien los resultados para ver qué es lo que aparece sobre ti. Si hay algún resultado sospechoso, abre el enlace y revisa lo allí publicado. Si por ejemplo alguien ha usado una foto tuya para un artículo en el que se habla de fotografías de larga exposición (por poner un caso), y pone claramente tu nombre y un enlace directo a tu página web, blog, Flickr, Instagram… estarás ante un caso habitual de uso de una imagen pero sin malas intenciones.
Si te molesta mucho podrías ponerte en contacto con el autor para que retirara la foto, pero teniendo en cuenta que te han referenciado y que no se trata de un artículo en el que se muestren ejemplos de fallos o fotos mal hechas, posiblemente el uso de tu imagen te beneficie con lo que no deberías preocuparte por ello.
Crea alertas automáticas
Como no es cuestión de pasarte la vida haciendo búsquedas, como sabéis el buscador tiene una herramienta automatizada, Google Alerts, que permite olvidarse de esta tarea pero manteniéndote al día si aparece una nueva referencia sobre una búsqueda concreta guardada. Es decir, si Google detecta que hay un nuevo resultado te lo comunicará automáticamente vía email.
La aplicación se puede configurar de tal manera que este aviso sea inmediato o se realice una vez al día, semanal o mensualmente, y también permite elegir entre qué tipo de fuentes buscar, los idiomas, las regiones y si sólo te ofrece los mejores resultados o todos los que encuentre (lo más indicado en un caso como éste). Por supuesto no es algo que sea exclusivo para buscar imágenes cogidas sin permiso pero, sin duda, es una herramienta que puede ser muy útil para el fotógrafo que quiera estar informado de un posible robo de sus fotos.
Utiliza Google Images
Además de la búsqueda en el Google genérico, como estamos hablando de fotografías éste es otro recurso muy valioso para buscar posibles imágenes sustraídas. Google Imágenes es un buscador de fotos que también es muy útil para localizarlas “en sentido contrario”. Para ello, una vez abierto (en Google suele aparecer en la parte superior derecha la palabra Imágenes), tenemos que pulsar en el icono con forma de cámara que aparece en la misma barra de búsqueda, justo al lado de la lupa.
Al hacerlo, nos dará dos opciones para buscar la foto: Pegar la URL de la imagen, es decir a través del link en el que esté subida a Internet; o Subir una imagen. En el primer caso hay que introducir la dirección web de la foto (ya sabéis, haciendo clic derecho sobre ella y eligiendo la opción Copiar la ruta del enlace) que sospeches te han "cogido prestada", alguna que creas más susceptible de ello o incluso, por qué no, directamente una foto de tu cara.
En el segundo tenemos que pinchar en Examinar para buscar en nuestro equipo la imagen en cuestión, aunque también hay una vía más sencilla que consiste en arrastrar la foto sobre el navegador donde tengamos abierta la página de Google Imágenes, y soltarla en la ventana que se abrirá para el propósito que queremos.
En cualquiera de los casos, Google nos mostrará los resultados de la búsqueda de la foto incluyendo referencia a las páginas que coinciden con ello así como imágenes similares. Es el momento de volver a revisar los resultados en buscar de lugares sospechosos, tal y como hemos comentado con los resultados de las búsquedas directas de Google.
Llegado el caso de que encuentres una foto que alguien ha cogido y está utilizando sin permiso, será el momento de tomar medidas. En principio lo suyo sería pedir amablemente que retiren la imagen o pongan una referencia explícita al autor. Pero esto, tal y como hemos comentado al comienzo del artículo, es otro tema que dejamos para más adelante si es que os parece interesante (podéis hacérnoslo saber en los comentarios).
Lo que sí nos gustaría es aprovechar para recordar que es importante hacer un buen uso de las imágenes de Internet, y que las fotos que ilustran nuestros artículos siempre son reproducidas con permiso del autor o bien se publican bajo licencia Creative Commons respetando los términos establecidos. Justo eso es lo mismo que esperamos hagáis vosotros con nuestros propios contenidos que, como sabréis, publicamos bajo este mismo tipo de licencia con las condiciones que podéis consultar aquí.
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