Los acuarios son un lugar recomendable para visitar en familia y muy atractivos para hacer fotos. Sin embargo, es cierto que no es nada fácil que las imágenes resultantes estén a la altura de lo esperado. Sobre todo porque son lugares muy oscuros, con lo que es muy fácil que las fotos salgan borrosas, pero también porque hay otros problemas que solventar.
Por ello nos proponemos ayudaros a hacer buenas fotos en acuarios y soslayar los muchos inconvenientes asociados a estos lugares. Y cuando decimos “buenas” nos referimos tanto a que sean claras y nítidas como a que tengan algún atractivo en la composición.
Por cierto que, ahora que poco a poco recuperamos algo parecido a la normalidad, debido a las normas de seguridad (que incluyen aforos reducidos) y a que la gente aún está algo temerosa de los lugares públicos, es posible que nos los encontremos medio vacíos, con lo cual puede ser una buena oportunidad para visitar uno y conseguir esas fotos que siempre se nos resisten. Veamos cómo:
Problemas que encontramos
A la hora de hacer fotos en acuarios nos encontramos con diversos inconvenientes; lo primero ya lo hemos apuntado, la escasa luz reinante, con lo que hablamos de fotografía en condiciones de baja luminosidad. Pero también tenemos otros como los reflejos, que inevitablemente tendremos al disparar tras un cristal, e incluso la posibilidad de que haya mucha gente en el lugar que nos estorbe o se nos meta en el encuadre.
Respecto a esto último poco podemos hacer, pero sí hay maneras de mitigar el problema como elegir las horas de menor concurrencia (a primera hora cuando abran, o a la hora de comer), utilizar un teleobjetivo corto (que nos permita aislar zonas en el encuadre) o ser creativos tratando de usar a las personas como parte de la composición (como en la foto que habéis visto en portada).
Respecto a lo de disparar tras un cristal, hay que tener en cuenta los consejos que dimos para hacer fotos tras una ventana y evitar los reflejos, aunque en este caso varios de ellos (como limpiar el cristal, situar el sol a la espalda, apagar las luces y usar una tela negra detrás nuestra) no son pertinentes o controlables.
Por eso, básicamente lo más importante es desactivar el flash (importante para los más novatos o los que suelan trabajar en automático), disparar preferentemente en horizontal, utilizar un polarizador (sólo si hay luz suficiente) y, el más crucial de todos, acercar la cámara al cristal todo lo que podamos. Con ello, no sólo intentaremos mitigar los posibles reflejos sino también que los defectos (o suciedad) que pueda haber en el cristal no se noten demasiado.
Ajustes recomendados
Una vez hemos tratado de evitar, en la medida de lo posible, los reflejos, es hora de ver cómo conseguir fotos técnicamente correctas. Para ello lo primero a tener en cuenta es que es más que recomendable elegir el formato RAW, para que más tarde tengamos margen de maniobra para mejorar las tomas posteriormente.
Gracias a esto, por ejemplo, podemos olvidarnos del balance de blancos, un tema que puede ser complicado de decidir in situ, y también tenemos mayor posibilidad de corregir el ruido que haya en las tomas si disparamos a una sensibilidad alta.
Ese tema, el del ISO, es precisamente de lo siguiente que hay que hablar; y es que, si hemos adelantado que estamos hablando de hacer fotos en un lugar oscuro, es lógico pensar en utilizar una sensibilidad alta. Pero ¿cuál? Pues lo mejor es usar la más alta que nos permita la cámara sin que el ruido sea exagerado, para lo cual tendremos que conocer nuestra cámara, aunque como orientación recomendamos usar entre 1.600 y 3.200 ISO, que son valores en los que la mayoría de cámaras actuales rinden bien.
Otro ajuste importante es activar el sistema de estabilización de nuestra cámara y/o lente (si lo tienen), poner el enfoque en modo continuo (ya que vamos a disparar a cosas que se mueven) y, por último, es interesante activar el disparo en ráfaga, de tal manera que podamos hacer varias fotos en serie y tengamos donde elegir.
Fotos movidas
Pero sin duda el ajuste más importante que hay que determinar va a ser el de la velocidad de obturación, que es con el que tenemos que “congelar” el movimiento de los animales y, al tiempo, tratar de dar la mayor nitidez posible a las fotos (evitando imágenes movidas).
Pero antes hay que recordar la importancia de sujetar la cámara correctamente, porque ni el mejor sistema de estabilización hace milagros si nuestro pulso es malo o elegimos una velocidad excesivamente baja.
Esto, como sabréis los que tengáis ya ciertos conocimientos, es lo más importante para obtener fotos nítidas, ya que la velocidad de obturación es la clave para congelar un movimiento. Lo malo es que, recordamos una vez más, estamos hablando de disparar con poca luz, con lo que hay que hacer un equilibrio jugando con el triángulo de exposición.
De sus tres valores ya hemos mencionado el ISO, que en principio dejaremos fijo en el valor elegido; en cuanto al diafragma, elegiremos el más abierto que nos permita nuestro objetivo. Por cierto que aquí es donde nos daremos cuenta de lo útil que resulta tener una óptica luminosa (como un 50 mm f1.4 o 1.8, que es un objetivo bastante recomendable para ese tipo de fotos).
A partir de estos dos valores que, como decimos, en principio van a permanecer fijos, tendremos la velocidad de obturación que podemos utilizar. Si la fracción de segundo elegida supera el valor de la distancia focal (por ejemplo 1/125 seg para una focal de 50 mm) iremos bien, si podemos superarla iremos mejor.
Como norma general, por encima de ese valor de 1/125 segundos (quizá un 1/60 seg. si no estamos usando un tele) no tendremos problema, pero pronto nos daremos cuenta de que no es fácil lograr disparar a esa velocidad en un acuario y que la foto no quede subexpuesta (desde luego muy difícil si no tenemos un objetivo luminoso ni subimos el ISO alrededor de 3.200).
Por cierto, que para ello podemos utilizar el modo manual o bien el semiautomático S (Tv en las cámaras Canon) de prioridad a la velocidad, que quizá es el más recomendable para que no haya problemas con posibles cambios de iluminación. Por otro lado, teniendo en cuenta esto recomendamos también utilizar la medición ponderada al centro como modo de medición de la luz, aunque la matricial no debería ir mal.
También, dado que los sujetos que vamos a captar se mueven, aprender a usar el botón de bloqueo de exposición puede sernos muy útil. Y, por cierto, ya que estamos, también es importante dominar bien el sistema de enfoque de nuestra cámara, porque esa es otra posible causa de fotos borrosas.
Consejos creativos
Que más o menos dominemos la técnica para conseguir fotos “decentes” no significa que éstas sean buenas. Al principio podemos conformarnos con imágenes correctas, porque lo normal es que obtengamos muchas fotos inservibles ya que no es fácil trabajar en acuarios. Sin embargo, luego deberíamos avanzar y sacar a flote nuestra creatividad.
Lo primero será que, una vez tengamos la técnica suficientemente interiorizada, cuidar la composición de las fotos para que estas tengan mayor atractivo. Por ejemplo una manera es tratando de sacar provecho de las siluetas, un elemento bastante interesante y que suele ser fácil de realizar en los acuarios.
Como os explicamos, la clave para lograr una silueta es tener un fondo más o menos brillante y un primer plano con un sujeto menos iluminado, y eso justo suele darse en los acuarios con las personas que miran a los peces.
Otra forma de hacer más creativas las fotos es jugar con los ángulos; es decir, variar la perspectiva de la cámara para conseguir tomas más interesantes. Piensa que el mismo tiburón puede verse muy diferente dependiendo desde qué ángulo lo captures.
La luz, cómo no, es otro elemento con el que jugar para mejorar las fotos que hagamos, así que hay que fijarse bien en la iluminación de la escena y emplear los posibles focos de luz de forma creativa. Puede ser jugando con las luces que puedan estar de frente a nosotros, y con los que podemos crear siluetas de los propios peces, o con las que iluminen de forma lateral y que nos ayudarán a dar volumen.
Con esto hemos acabado esperando no sólo que aprendáis a hacer mejores fotos en acuarios sino también que os animéis a practicar esta disciplina. No es sencilla, y probablemente volveréis con muchas fotos fallidas, pero todo es cuestión de práctica y persistencia.
Foto de portada | Matt Helbig