Cómo elegir los ajustes de la cámara para conseguir buenos retratos (ya sea con luz natural o con flash)

Lograr un buen retrato no es una tarea nada sencilla, sobre todo para los principiantes. Estos no sólo deben tener un cierto dominio del equipo y la técnica necesaria, sino que también deben enfrentarse al reto de manejar al modelo retratado. Para hacer un poco más fácil la primera parte, aquí van unos consejos para novatos sobre cómo ajustar la cámara para lograr un retrato con buenos resultados.

Porque ciertamente hemos hablado muchas veces de cómo mejorar nuestra fotografía de retrato, pero quizá nos faltaba un artículo donde expliquemos lo más básico: Cuáles son los mejores valores de diafragma, velocidad e ISO, cómo se debe enfocar, qué tipo de objetivo es mejor, etc. Es decir, una serie de consejos prácticos para novatos sobre cuáles son los ajustes más adecuados para los retratos, tanto si queremos hacerlos aprovechando la luz natural como si vamos a recurrir al flash.

Retratos con luz natural

Comenzamos con la que sin duda es la opción más común (y también recomendable), usar luz natural, viendo cómo configurar la cámara para lograr buenos retratos con este tipo de iluminación. Por supuesto, antes que nada hay que decir que hablamos de hacerlo en modo manual, lo que nos permitirá tener un control completo y creativo de la exposición.

Distancia focal y enfoque

De cuáles son los mejores objetivos para retrato sí que hemos hablado, y es moneda común que lo mejor es utilizar un teleobjetivo corto, del orden de los 90 a los 135 mm (equivalentes en 35 mm). Además, es conveniente que sea un objetivo luminoso, ya que permite mejores desenfoques. Y ya si es fijo será lo ideal, puesto que su calidad de imagen suele ser mayor que los zoom.

Aún así, también podemos emplear el objetivo de focal variable que suele venir en el kit de las cámaras (ajustado a esas distancias focales), ya que bien usado puede ser muy aprovechable.

Sea como fuere, es recomendable que lo ajustemos en modo de enfoque manual para que el punto de foco esté bien fijado en los ojos del retratado, lo que (salvo que busquemos algún efecto especial) será siempre lo más recomendable.

Ajustes de exposición

En cuanto a los valores del triángulo de exposición (ya sabes, diafragma, velocidad de obturación y sensibilidad), lo más recomendable es comenzar ajustando el ISO al valor mínimo que permita la cámara para conseguir la mejor calidad de imagen y evitar el posible ruido, que además puede resultar muy pernicioso en este tipo de fotos. Sin embargo, depende de la luz que haya en la escena podemos compensar la exposición subiendo la sensibilidad si lo vemos necesario (ojo, siempre dentro de valores que sepamos no van a dar problemas).

Lo siguiente entonces es el diafragma, que ajustaremos dependiendo de la profundidad de campo que queramos tener en la foto. Un ejemplo muy habitual es que queramos desenfocar el fondo (como en la foto de arriba), para lo cual habrá que usar un diafragma lo más abierto posible, siendo ideal valores entre ƒ1.4 y 2.8. Si, por el contrario, queremos que todo lo que aparece detrás esté enfocado (siempre que no distraiga del protagonista de la foto) habrá que hacer justo lo contrario: cerrar el diafragma.

Entre medias tenemos la opción (muy recomendable) de elegir el punto dulce del objetivo que será el ajuste donde la óptica ofrezca su mejor rendimiento. Este punto se encuentra, normalmente, dos o tres pasos de luz por encima de la abertura máxima; así por ejemplo, un objetivo ƒ2.8 tendrá su punto más nítido alrededor de ƒ5.6 y ƒ8.

Por último, será momento de decidir la velocidad de obturación, que elegiremos en función de los otros dos valores siguiendo lo que nos diga el fotómetro, ya sea el de la cámara (el más habitual) o uno externo. Eso sí, hay que fijarse bien en el valor para evitar posibles trepidaciones, de modo que debería ser de al menos 1/125 seg (y subiendo) para conseguir la anhelada nitidez, a menos que estemos usando un trípode.

Por cierto que para este tipo de fotos es recomendable utilizar el modo de medición ponderada al centro, que da más importancia a lo situado en la mitad de la imagen donde, por lógica, suele estar situado el rostro del retratado. Sólo en casos muy concretos (como el de abajo) sería recomendable utilzar el modo puntual, para medir la luz en los ojos, y en principio no es recomendable el matricial.

Retratos utilizando la luz del flash

Pasamos ya a hablar de realizar las fotos utilizando iluminación artificial, una práctica algo más compleja y que requiere de ajustes diferentes al caso anterior. De los flashes hemos hablado también largo y tendido porque son un elemento muy útil pero que, ciertamente, tiene su complicación y sus particularidades.

Es cierto que si queremos conseguir un retrato profesional tenemos que saber que hay muchos tipos de flashes y aparatos de iluminación, y utilizar configuraciones con varios flash de estudio, pero como este artículo va dirigido a principiantes nos vamos a limitar a hablar de cómo sería utilizar un simple flash externo (el de tipo pop-up que incluyen muchas cámaras lo desechamos por su escasa potencia).

Ajustes para retratos con flash

De la distancia focal y el modo de enfoque no hay nada que comentar, ya que en este caso no varía nada respecto a hacer las fotos con luz natural. En cuanto a los ajustes de exposición, hablamos de nuevo de exponer en manual y también de utilizar el flash de este modo. Es cierto que si tenemos un flash con TTL, que varía la potencia de luz de acuerdo a la escena, será más sencillo, pero lo que queremos es aprender a utilizarlo en modo manual de modo que el uso de otro tipo de configuraciones será aún más sencillo.

A la hora de exponer disparando con luz artificial, nuestros ajustes van a depender del número guía del flash en cuestión. Una cifra que sirve de guía (de ahí el nombre) para saber el alcance de su luz y que determina el diafragma que debemos usar en base a la relación Diafragma = Número Guía / Distancia. Como estamos trabajando en un entorno controlado, podemos medir la distancia a la que estará el sujeto fotografiado y dividir esa cifra entre el número guía para obtener el valor de diafragma que hay que poner en la cámara para una exposición correcta.

Ahora bien, posiblemente os estaréis preguntando qué pasa con el ISO y la velocidad. Pues bien, se trata de valores que, en principio, serán fijos. La sensibilidad por doble motivo, el primero porque de nuevo (y esta vez con más razón) nos interesa que sea el menor valor que permita la cámara para obtener la máxima calidad y el menor ruido posible. El segundo, y más importante, porque ese número guía del que hablamos está calculado en base a un valor de sensibilidad estándar, normalmente ISO 100, y sólo variará si el estándar de nuestra cámara sea ISO 64 o 200.

En cuanto a la velocidad de disparo, como sabrás en principio hay que dejarla fija teniendo en cuenta la velocidad de sincronización que permita el binomio de cámara y flash. Un valor que habitualmente (en modelos no profesionales) suele ser de 1/250 seg (y por debajo), para asegurar que el disparo del flash queda captado en nuestra toma.

Ajustes “finos” para retratos

Ahora bien, esto que hemos contado es la teoría para exponer correctamente con flash, pero como de lo que estamos hablando es de conseguir buenos retratos, hay que apuntar algunas consideraciones específicas. La primera relacionada con que, como ya sabrás, la luz del flash es muy intensa y potente lo que puede repercutir en fuertes reflejos en los rostros así como profundas sombras en la cara y los fondos.

Como nuestra intención es utilizar el flash sin que lo parezca, hay varias estrategias posibles a seguir. La primera utilizar algún tipo de difusor para matizar la luz que sale de la antorcha, de modo que la que llegue al retratado sea más suave y matizada. Otra es bajar la potencia del flash (si es posible) para utilizarlo más como relleno que como luz principal en el caso de que estemos en un entorno en el que haya una cierta iluminación natural.

En ambos casos, como puedes entender, tendremos que ajustar la exposición acorde con la cantidad de luz que se pierde al usar estos dos recursos; y aunque no se puede decir un valor fijo (sobre todo si usamos difusores caseros), en principio con abrir el diafragma uno o dos pasos de luz debería ser suficiente.

Por otro lado, si lo que queremos es poder usar un diafragma abierto para lograr que el fondo pueda estar desenfocado, podemos recurrir a lo último (bajar la potencia del flash) y también a otro recurso interesante: Usar un filtro de densidad neutra. Así por ejemplo, si empleamos uno que reste tres pasos de luz, esto debería permitirnos disparar a ƒ2.8 en vez de a ƒ8.0 sin tocar el resto de valores de exposición.

En cualquier caso, la gran ventaja de la inmediatez de la fotografía digital nos permitirá ajustar in situ los valores e ir comprobando que los resultados son adecuados. Y esperamos que con estos consejos tengáis claro cómo se deben elegir los ajustes de la cámara para lograr que vuestros retratos suban de nivel.

Foto de portada | Matheus Ferrero