En Xataka Foto hablamos mucho de la fotografía en blanco y negro. Tras unos principios dubitativos en el mundo digital, es un proceso que ha ido ganando más y más adeptos y ha recuperado el lugar que no debería haber perdido. Así que vamos a diseccionar cómo podemos conseguir una buena imagen en blanco y negro.
El blanco y negro es difícil. Pero no más complicado que la fotografía en color. No os fieis nunca de quien os dice lo contrario. No es tan fácil como mirar una foto y decidir en el momento que quedaría bien sin color alguno. Tampoco podemos ir por ese camino en el que muchos hemos caído una y otra vez intentando salvar lo insalvable: la pasamos a blanco y negro y todo solucionado.
La intuición es importante. Y puedes tener una visión que te anime a cambiar todas las fotografías de ese viaje para pasarlas a escala de grises. Pero este no es el mejor camino para lograr una imagen impactante.
Después de muchos años detrás de las claves para conseguir la mejor fotografía he llegado a varias conclusiones. Puede que no sean las mejores para ti, oh lector, pero seguro que os servirá para empezar a decidir cómo podéis hacerlo.
Las claves de la fotografía en blanco y negro
La fotografía digital permite conseguir algo que era muy difícil con la fotografía química. En los tiempos pasados teníamos un filtro por el que había que mirar un mero instante para ver la escena sin color. Solo funcionaba si eras rápido.
Ahora tenemos la opción de configurar la cámara en blanco y negro directamente para hacer la visualización mucho más sencilla. Ya no tenemos que imaginar, directamente la vemos en la pantalla o en el visor. Y lo mejor de todo es que seguimos teniendo a nuestro alcance la información original.
Así que es el momento de descubrir todos los pasos que podemos dar para conseguir el mejor blanco y negro. Y ojo, es mi método, no es que sea el único ni el mejor. Es algo que hay que especificar últimamente:
Visualizar la fotografía final
Esta es la clave. Y nos la dio Ansel Adams hace mucho tiempo. Es tan importante para mí, que en mis diez pasos de revelado ocupa el primer lugar.
Si no eres capaz de ver cómo quedará la fotografía en el momento justo en el que miras por el sensor es que te quedan muchas horas de aprendizaje.
Como ya hemos indicado, es posible ver en escala de grises en la cámara. Pero, por favor, hay que disparar siempre en RAW para evitar perder información muy valiosa. Salvo que tengas la Leica Q2 Monochrom, por supuesto, con sensor monocromático.
Componer en blanco y negro
A la hora de elegir el encuadre no podemos regirnos por las normas del color. Tiene poco que ver. El color es tan protagonista que puede destrozar un disparo solo porque en una pequeña porción de la imagen aparezca el color rojo de una señal de tráfico.
En blanco y negro estos matices no son tan importantes. Como nos contó Tino Soriano:
Cuando trabajas en blanco y negro estás pendiente de unas constantes como la textura, el volumen o las líneas... En color todo esto queda más desapercibido porque cuando lo que manda es el contraste cromático, la influencia de cada color.
Nos tenemos que fijar en menos cosas. Y podemos jugar más con el contraste que nos dé la luz en ese momento y cómo responden las diferentes texturas que entran en el encuadre.
El revelado es esencial
De nuevo tenemos que recordar a Ansel Adams. La técnica mejora notablemente todas las fotografías, pero en blanco y negro es obligatorio dominar el proceso que elijas para tener un estilo propio.
La técnica mejora notablemente todas las fotografías, pero en blanco y negro es obligatorio dominar el proceso que elijas para tener un estilo propio.
Otro aspecto que nos impide evolucionar es probar mil métodos distintos con cada fotografía hasta dar con el resultado apetecido. Así solo tendremos muchas imágenes en escala de grises, no un estilo propio.
Ansel Adams decía en sus manuales que para que una copia sea perfecta deberá tener un blanco y un negro absolutos y buena gama de grises en función de la luz que se captó en el momento del disparo.
Si no cuidamos algo tan sencillo nuestras fotografías serán planas o demasiado contrastadas, sin vida alguna.
Aprender más allá de nuestros propios límites
Cada vez me asombro más cuando doy clases a los fotógrafos más jóvenes. En los cursos están atentos a todas las técnicas de Adobe Photoshop, Lightroom o Capture One posibles. Pero cuando entramos en la historia se quejan.
Todavía recuerdo un día en el que una alumna que se atrevió a montar un motín en la clase si no dejaba de hablar de historia... solo eran seis horas en un curso anual... Al final convenció a dos más y por lo que veo en su Instagram han aprendido a la perfección las técnicas más complejas. Sin embargo, no se ve nada de ellos.
Estamos equivocados si pensamos que la técnica lo es todo. El blanco y negro es una forma artificial de ver las cosas. No existe en la realidad. Por este motivo tenemos que tener fuentes en las que beber... Si nada más aprendemos técnica lo único que haremos es clonar información.
Y de verdad no hay nada más que debamos tener en cuenta para mejorar nuestro blanco y negro. Hay que dedicarle tiempo, olvidarse de técnicas rápidas que hacen todo por nosotros y trabajar, trabajar y trabajar. Tan fácil y tan complicado.