Lo de fotografiar a personas saltando parece una de esas modas pasajeras. Sobre todo ahora que está tan de moda el autorretrato instantáneo. Capturar a unos amigos, la familia, a desconocidos, uno mismo e incluso a novios recién casados en pleno salto es muy divertido.
Es una foto diferente, ya sea cuando en un viaje llegamos a un sitio conocido, cuando estamos en un lugar solitario o bien rodeado de mucha gente. Pero también cuando estamos con amigos y hacemos una foto en grupo. Esas fotos son divertidas, originales y mejor si estamos preparados para atrapar ese instante de la mejor forma posible: que esté nítida, en el momento justo... repasamos algunos consejos para lograrlas.
Cuidar el fondo y el lugar del salto
Si queremos que la figura destaque, intentemos que el fondo no sea muy confuso o esté muy recargado. Si es así y no hay más remedio, una buena solución puede ser tomar la captura casi a ras de suelo, nos agachamos y elevamos la cámara. Aunque el ángulo quede en un contrapicado, el saltador aparecerá de forma más clara y también acentuará el salto, pareciendo que es más grande. Otro aspecto a destacar es que nos situemos cerca del saltador para que ocupe todo el encuadre y cobre todo el protagonismo, por ejemplo, usando un gran angular.
Por supuesto, hay que tener cuidado de que pueda realizar el salto sin riesgos, por ejemplo, evitar hacerlo junto a un mirador, balcón o en algún lugar donde pueda tropezar y caer. Y mejor si es un sitio con buena luz natural.
Prioridad a la obturación o modo manual
Como buscamos congelar el instante del salto tenemos que utilizar el modo de nuestra cámara en prioridad a la obturación. Con una velocidad que no debería ser menor de 1/2000 s. Esto significa que vamos a necesitar un lugar con bastante luz. Por lo que si estamos en una escena donde escasea la luminosidad será más complicado conseguirlo.
Si lo que vamos a capturar es un grupo saltando a la vez mejor usamos el modo manual. Así seleccionamos una apertura suficiente para que todos queden enfocados (por ejemplo f/5,6 o f/6,4) y no olvidemos seleccionar una velocidad igual o mayor de 1/2000 s. Si hacemos una medición previa y estos parámetros nos subexpone la captura, pues debemos subir el ISO lo suficiente hasta que consigamos compensarlo. Y mejor si utilizamos archivo RAW, así podremos recuperar un poco las zonas subexpuestas.
Y en todo caso, siempre podremos recurrir al uso del flash, que es otra solución ideal para congelar el movimiento del salto.
Ojo al enfoque automático
Si no tenemos una escena con demasiado contraste o hay varios saltadores, es posible que el autofocus de nuestra cámara no acierte completamente. Así que es conveniente hacer algunas pruebas previas (así los saltadores pueden ensayar y calentar para mejorar en cada salto). Una buena solución es apretar el obturador hasta la mitad, enfocando a los saltadores cuando están quietos y disparar cuando saltan. Eso sí, es importante que nuestros protagonistas no se muevan mucho hacia adelante o hacia atrás, que intenten saltar lo más verticalmente posible.
En caso de que la escena no sea fácil para el autofocus, siempre podemos optar por el enfoque manual. Simplemente preenfocamos manualmente y así, al momento de disparar, nos aseguramos que todo quede según lo previsto. Para ello, tendremos que asegurarnos también que nosotros no nos desplazamos una vez tenemos nuestro objetivo preenfocado (ni tampoco los saltadores).
Para saltos: mejor disparo en ráfaga
Como es complicado sincronizar el momento justo en el que el salto se produce con mejor resultado, ajustemos el disparo en ráfaga. Un salto que apenas dura un segundo lo podemos congelar en todo su proceso (desde el inicio hasta que bajan) con una ráfaga de no menos de cuatro capturas. Luego es cuestión de elegir el momento más divertido. Si nuestra cámara no nos permite una ráfaga muy amplia, optemos por disparar en JPEG, que es la opción con la que suelen ofrecer un mayor número de capturas por segundo.
Ensayar las posturas y gestos
Como necesitaremos realizar algunas pruebas previas (para medir la exposición y el enfoque) podemos pedirle a nuestro protagonista que ensaye bien el salto y la postura con la que queremos capturarlo. Abriendo los brazos, subiendo las piernas,... o justo lo contrario, todo en busca de ese salto original y divertido. Es mejor probar y ensayar previamente varias veces hasta conseguir el tipo de salto más acertado que improvisar a la primera. También depende de la experiencia del saltador y el fotógrafo en estas situaciones.
Para terminar, si se trata de un autorretrato todos los consejos son igualmente válidos, aunque simplemente tendremos que fijar la cámara en un sitio seguro y con el ángulo adecuado (si es con trípode y mando a distancia o disparador automático, mejor).
Ahora todos a saltar.
Foto | Fly away, por 55Laney69 En Xataka Foto | La excentricidad al servicio del autorretrato
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