"Si está viendo esto es muy probable que, tarde o temprano, vayas a comprarte una cámara nueva. Y, como todos sabemos, la fotografía no es precisamente un pasatiempo barato". Así comienza un artículo y vídeo del blog About photography en el que, directamente, recomiendan cinco cámaras que no deberíamos comprarnos. Por supuesto no se trata de modelos concretos sino de "tipologías" de cámaras, y nos ha parecido tan interesante que queríamos compartirlo con vosotros (incluyendo nuestros propias opiniones, claro).
Tal y como cuenta su autor, Martin Kaninsky (fotógrafo, escritor, YouTuber y máximo responsable de About photography), sea tu primera cámara de cierto nivel o simplemente una más, y aunque ya tengas una idea de lo que quieres, antes de tomar la decisión de compra debes tener en cuenta muchas cosas; en concreto, como decimos, recomienda evitar cinco tipos de cámaras:
La que no vamos a utilizar
El fotógrafo Chase Jarvis acuño la frase de que "la mejor cámara es la que llevas contigo", algo que ha sido usado posteriormente por muchos, incluyendo a Steve Jobs cuando promocionó la portabilidad del iPhone. Y lo cierto es que es algo que tiene mucho sentido, como así hemos dicho muchas veces en Xataka Foto. Ciertamente, cuando compras una cámara, sea para trabajo como para ocio, se trata de una inversión que vale la pena si se utiliza. Es por eso que, según Martin, el primer tipo de cámara que debemos evitar es la que no vamos a usar (o llevar con nosotros).
Por ejemplo, una cámara réflex grande con uno o dos objetivos de buen tamaño ¿realmente la vamos a sacar con tanta frecuencia como para justificar su compra? Martin pone también como ejemplo cuando él mismo utilizaba una flamante Leica M240 con la que, aunque mucha gente le decía que era una cámara demasiado cara, él se sentía encantado; sin embargo, cuenta como al viajar a países subdesarrollados o visitar zonas "poco seguras" se sentía incómodo llevando una cámara tan cara. Por eso, ahora dice sentirse feliz con una pequeña Ricoh GR en el bolsillo sin preocuparse por eso.
A esto nosotros añadiríamos, volviendo al ejemplo de la réflex, la variable del tamaño y el peso; porque, si no vamos a llevarnos la cámara habitualmente porque nos da pereza cargar con ella ¿qué sentido tiene comprarnos esa cámara? Quizá sea momento de buscar un modelo más pequeño, como una sin espejo o una compacta premium.
La que tiene más funciones de las que necesitamos
El titular es bastante claro ¿no os parece? Se trata de evitar las cámaras que tienen características que pensamos que necesitamos pero realmente no es así. Martin cuenta como, dado que el mercado fotográfico ofrece cada año nuevas cámaras cada vez más capaces, puede ser tentador querer hacerse con lo último y lo mejor. Sin embargo, hay que pensar en lo que realmente vamos a hacer con la cámara, y así nos daremos cuenta de que "no solo no necesitamos comprar la última tecnología, sino que también podemos ahorrarnos mucho dinero que usar más adelante para mejorar nuestro equipo" (por ejemplo invirtiendo en ópticas, añadimos nosotros).
Estamos de acuerdo en que puede ser tentador querer conseguir la última cámara del mercado que dispara a 20 o 30 fotogramas por segundo y con enfoque automático continuo; pero, como dice el autor. "si estás cubriendo los Juegos Olímpicos y necesitas entregar las fotos rápidamente ésta es, por supuesto, una característica increíble; pero si vas a fotografiar paisajes, no tanto". Otro ejemplo: "Comprar un objetivo f1.4 puede darte un efecto bokeh asombroso, pero cuando lo que sueles hacer son fotos callejeras a f8, no es algo que realmente necesites".
La que no nos podemos permitir
Al hilo de lo anterior, es inevitable que, al comprar una cámara u objetivo, no pase mucho tiempo cuando ya veamos un modelo más avanzado o una óptica más luminosa y, cómo no, todo más caro. "Ese equipo más rápido, liviano y nuevo me permitirá hacer mucho más y mejor, te dices a ti mismo" cuenta Martin, porque es cierto que la tentación de estar a la última es grande y, aunque nos empeñemos en buscar el equipo más adecuado para nosotros es fácil que siempre acabemos queriendo algo que se sale de nuestro presupuesto.
"Puedes decirte a ti mismo que hay maneras de pagar esa cámara, pensar en trabajar horas extra o vender tu otro equipo para que cuadre. Pero déjame decirte que no vale la pena. Siempre habrá equipo que sea un poco más caro de lo que has ahorrado". Estamos totalmente de acuerdo con el autor, y nuestro consejo es que no debemos obsesionarnos con este tema, ni endeudarnos con una cámara carísima; las hay a muy buenos precios y nos servirán perfectamente para disfrutar de la fotografía.
La que nos recomiendan "porque sí"
Ciertamente, en la era de Internet el proceso de compra de una nueva cámara ha cambiado mucho, porque ahora se pueden comparar todas las especificaciones de forma muy rápida y sencilla y consultar reviews y opiniones de expertos o usuarios que han comprado esa cámara que nos gusta. Sin embargo, como dice Martin, "con todo ese conocimiento útil surgen tantas opiniones como puedas imaginar [...] La desventaja es que siempre habrá una opinión que odie la lente o la cámara de tus sueños para la que has estado ahorrando".
Por eso el autor recomienda olvidarse de las recomendaciones y centrarse en lo que queremos y necesitamos. Un consejo que suscribimos aunque con reservas; y es que conocer lo que otros dicen sobre una cámara puede ser muy útil para decidirnos, pero siempre hay que tomarlo con reservas y adaptarlo a nuestras circunstancias. Por ejemplo, puede que tal o cual cámara no incluya cierta característica y por eso alguien le haya bajado la nota... Pero ¿es eso algo realmente relevante para nosotros y el uso que le vamos a dar?
La que nos compramos "porque podemos"
"Ya no estás feliz cuando miras tus fotografías. Empiezas a culpar a tu equipo, que es viejo y aburrido, y el nuevo que acabas de ver piensas que te convertirá en un mejor fotógrafo [...] Buscas en Internet para encontrar nuevos cuerpos de cámara y lentes "inspiradores". Quizás algunos de tus amigos te sugieran que alquiles el equipo para averiguar si realmente lo necesitas o incluso vender algo que no usas. ¡Pero eso es una tontería, ¿verdad?! ¿Por qué desperdiciar dinero alquilando si ya sabes que lo vas a comprar? Te prometes salir todos los días con la nueva cámara a pesar de que has estado sentado en casa navegando por Internet durante mucho tiempo. ¡Con ésta será diferente!".
Así ilustra Martin el último caso de cámara que aconseja no comprar, la que adquieres simplemente porque tienes el dinero para ello, dejándote llevar por eso que los anglosajones llaman gear acquisition syndrome (algo así como "síndrome de compra compulsiva de tecnología"). Es decir, compras un equipo sin tener una justificación real para ello, lo cual puede convertirse en un problema real para ti (que debes afrontar empezando por admitir que lo tienes) y que puede llegar a convertirse en "la pescadilla que se muerde la cola".
Dicho esto, el autor concluye diciendo que si, a pesar de todo, seguimos pensando en cambiar de equipo, debemos procurar no obsesionarnos con las llamativas estadísticas de las nuevas cámaras, leer las reseñas e ir a ver el equipo que nos guste en una tienda. También recomienda alquilar si no estamos seguros de que nos gustará ese producto y, finalmente, nos emplaza a "no cambiar a un modelo diferente en el último momento antes de realizar una compra y cuando finalmente decidamos lo que queremos, no dejemos que algunas críticas negativas nos hagan cambiar de opinión".
Nosotros suscribimos esto, y aunque ya hemos hablado de ello, añadimos la importancia de intentar comprar una cámara que se adapte a nosotros y a lo que vamos a hacer con ella, y no comprar por comprar. Por eso, es absurdo obsesionarse con si tal o cual modelo dispara dos fotos más por segundo o tiene un megapíxel más; es más interesante poder coger la cámara en las manos para ver qué tal nos sienta y, cuando ya nos hayamos decidido, disfrutar de la fotografía con la cámara que tengamos.
Vía | About photography/ Petapixel
Foto de portada | Mario Battaglia
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